Mario Vargas Llosa describe en tres párrafos cómo aprendió a leer a los cinco años y cómo esto enriqueció su vida permitiéndole viajar a través de la literatura. Explica que siempre ha prolongado las historias que llenaron su infancia a través de su propia escritura. Finalmente, expresa su agradecimiento a su familia y su terquedad por haber podido dedicarse a la escritura.