2. 16No sea, pues, vituperado vuestro bien;
17porque el reino de Dios no es comida ni
bebida, sino justicia, paz y gozo en el
Espíritu Santo. 18Porque el que en esto
sirve a Cristo, agrada a Dios, y es
aprobado por los hombres. 19Así que,
sigamos lo que contribuye a la paz y a la
mutua edificación.
3. 3Porque nuestra exhortación no
procedió de error ni de impureza, ni
fue por engaño, 4sino que según
fuimos aprobados por Dios para que
se nos confiase el evangelio, así
hablamos; no como para agradar a
los hombres, sino a Dios, que prueba
nuestros corazones.
4. 15Así que, ofrezcamos siempre a
Dios, por medio de él, sacrificio de
alabanza, es decir, fruto de labios
que confiesan su nombre. 16Y de
hacer bien y de la ayuda mutua no os
olvidéis; porque de tales sacrificios se
agrada Dios.
5. 17Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas
los corazones, y que la rectitud te
agrada; por eso yo con rectitud de mi
corazón voluntariamente te he
ofrecido todo esto, y ahora he visto
con alegría que tu pueblo, reunido
aquí ahora, ha dado para ti
espontáneamente.
6. 4Ninguno que milita se enreda
en los negocios de la vida, a fin
de agradar a aquel que lo tomó
por soldado.
7. 26Porque al hombre que le
agrada, Dios le da sabiduría, ciencia
y gozo; mas al pecador da el trabajo
de recoger y amontonar, para darlo al
que agrada a Dios. También esto es
vanidad y aflicción de espíritu.
8. 26Y he hallado más amarga que la
muerte a la mujer cuyo corazón es
lazos y redes, y sus manos ligaduras.
El que agrada a Dios escapará de
ella; mas el pecador quedará en ella
preso.
9.
10. 17Habéis hecho cansar a Jehová con
vuestras palabras. Y decís: ¿En qué
le hemos cansado? En que decís:
Cualquiera que hace mal agrada a
Jehová, y en los tales se complace; o
si no, ¿dónde está el Dios de
justicia?
11. 6Porque el ocuparse de la carne es
muerte, pero el ocuparse del Espíritu
es vida y paz. 7Por cuanto los
designios de la carne son enemistad
contra Dios; porque no se sujetan a
la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8y
los que viven según la carne no
pueden agradar a Dios.
12. 6Pero sin fe es imposible agradar a
Dios; porque es necesario que el
que se acerca a Dios crea que le
hay, y que es galardonador de los
que le buscan.
13.
14. 28Y este varón Jeroboam era valiente y
esforzado; y viendo Salomón al joven que
era hombre activo, le encomendó todo el
cargo de la casa de José.
31y dijo a Jeroboam: Toma para ti los diez
pedazos; porque así dijo Jehová Dios de
Israel: He aquí que yo rompo el reino de
la mano de Salomón, y a ti te daré diez
tribus;
15. 37Yo, pues, te tomaré a ti, y tú reinarás en
todas las cosas que deseare tu alma, y
serás rey sobre Israel. 38Y si prestares
oído a todas las cosas que te mandare, y
anduvieres en mis caminos, e hicieres lo
recto delante de mis ojos, guardando mis
estatutos y mis mandamientos, como hizo
David mi siervo, yo estaré contigo y te
edificaré casa firme, como la edifiqué a
David, y yo te entregaré a Israel.
16.
17. 26Y dijo Jeroboam en su corazón: Ahora
se volverá el reino a la casa de David, 27si
este pueblo subiere a ofrecer sacrificios
en la casa de Jehová en Jerusalén;
porque el corazón de este pueblo se
volverá a su señor Roboam rey de
Judá, y me matarán a mí, y se volverán a
Roboam rey de Judá.
18. 28Y habiendo tenido consejo, hizo el rey
dos becerros de oro, y dijo al pueblo:
Bastante habéis subido a Jerusalén; he
aquí tus dioses, oh Israel, los cuales te
hicieron subir de la tierra de Egipto. 29Y
puso uno en Bet-el, y el otro en Dan. 30Y
esto fue causa de pecado; porque el
pueblo iba a adorar delante de uno hasta
Dan.
19. 33Sacrificó, pues, sobre el altar que
él había hecho en Bet-el, a los
quince días del mes octavo, el mes
que él había inventado de su propio
corazón; e hizo fiesta a los hijos de
Israel, y subió al altar para quemar
incienso.
20.
21. 1He aquí que un varón de Dios por
palabra de Jehová vino de Judá a
Bet-el; y estando Jeroboam junto al
altar para quemar incienso, 2aquél
clamó contra el altar por palabra de
Jehová y dijo: Altar, altar, así ha dicho
Jehová: …….
22. 4Cuando el rey Jeroboam oyó la palabra
del varón de Dios, que había clamado
contra el altar de Bet-el, extendiendo su
mano desde el altar, dijo: ¡Prendedle! Mas
la mano que había extendido contra él, se
le secó, y no la pudo enderezar. 5Y el altar
se rompió, y se derramó la ceniza del
altar, conforme a la señal que el varón de
Dios había dado por palabra de Jehová.
23. 6Entonces respondiendo el rey, dijo al
varón de Dios: Te pido que ruegues ante
la presencia de Jehová tu Dios, y ores
por mí, para que mi mano me sea
restaurada. Y el varón de Dios oró a
Jehová, y la mano del rey se le
restauró, y quedó como era antes.
24. 33Con todo esto, no se apartó Jeroboam
de su mal camino, sino que volvió a hacer
sacerdotes de los lugares altos de entre
el pueblo, y a quien quería lo consagraba
para que fuese de los sacerdotes de los
lugares altos. 34Y esto fue causa de
pecado a la casa de Jeroboam, por lo
cual fue cortada y raída de sobre la faz
de la tierra.
25.
26. 7Y el rey dijo al varón de Dios: Ven
conmigo a casa, y comerás, y yo te daré
un presente. 8Pero el varón de Dios dijo
al rey: Aunque me dieras la mitad de tu
casa, no iría contigo, ni comería pan ni
bebería agua en este lugar. 9Porque así
me está ordenado por palabra de Jehová,
diciendo: No comas pan, ni bebas agua,
ni regreses por el camino que fueres.
27. 11Moraba entonces en Bet-el un viejo
profeta, al cual vino su hijo y le contó
todo lo que el varón de Dios había
hecho aquel día en Bet-el; le
contaron también a su padre las
palabras que había hablado al rey.
28. 13Y él dijo a sus hijos: Ensilladme el
asno. Y ellos le ensillaron el asno, y
él lo montó. 14Y yendo tras el varón
de Dios, le halló sentado debajo de
una encina, y le dijo: ¿Eres tú el
varón de Dios que vino de Judá? El
dijo: Yo soy.
29. 15Entonces le dijo: Ven conmigo a casa, y
come pan. 16Mas él respondió: No podré
volver contigo, ni iré contigo, ni tampoco
comeré pan ni beberé agua contigo en
este lugar. 17Porque por palabra de Dios
me ha sido dicho: No comas pan ni bebas
agua allí, ni regreses por el camino por
donde fueres.
30. 18Y el otro le dijo, mintiéndole: Yo también
soy profeta como tú, y un ángel me ha
hablado por palabra de Jehová, diciendo:
Tráele contigo a tu casa, para que coma
pan y beba agua. 19Entonces volvió con
él, y comió pan en su casa, y bebió agua.
20Y aconteció que estando ellos en la
mesa, vino palabra de Jehová al profeta
que le había hecho volver.
31. 21Y clamó al varón de Dios que había
venido de Judá, diciendo: Así dijo Jehová:
Por cuanto has sido rebelde al mandato de
Jehová, y no guardaste el mandamiento
que Jehová tu Dios te había prescrito,
22sino que volviste, y comiste pan y bebiste
agua en el lugar donde Jehová te había
dicho que no comieses pan ni bebieses
agua, no entrará tu cuerpo en el sepulcro
de tus padres.
32. 23Cuando había comido pan y
bebido, el que le había hecho volver
le ensilló el asno. 24Y yéndose, le
topó un león en el camino, y le mató;
y su cuerpo estaba echado en el
camino, y el asno junto a él, y el león
también junto al cuerpo.
33.
34. 10Pues, ¿busco ahora el favor de los
hombres, o el de Dios? ¿O trato de
agradar a los hombres? Pues si
todavía agradara a los hombres, no
sería siervo de Cristo.