2. 19Otra vez os digo, que si dos de vosotros
se pusieren de acuerdo en la tierra acerca
de cualquiera cosa que pidieren, les será
hecho por mi Padre que está en los cielos.
20Porque donde están dos o tres congregados
en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
3.
4. 26Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los
hombres, para que habiten sobre toda la faz de la
tierra; y les ha prefijado el orden de los
tiempos, y los límites de su habitación; 27para
que busquen a Dios, si en alguna manera,
palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente
no está lejos de cada uno de nosotros.
5.
6. 38Aconteció que yendo de camino, entró en una
aldea; y una mujer llamada Marta le recibió
en su casa. 39Esta tenía una hermana que
se llamaba María, la cual, sentándose a los
pies de Jesús, oía su palabra.
7.
8. 19Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y
Priscila, con la iglesia que está en su casa,
os saludan mucho en el Señor. 20Os saludan
todos los hermanos. Saludaos los unos a los
otros con ósculo santo.
9. 15Saludad a los hermanos que están en
Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está
en su casa. 16Cuando esta carta haya sido
leída entre vosotros, haced que también se lea
en la iglesia de los laodicenses, y que la de
Laodicea la leáis también vosotros.
10. 30y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo
hacer para ser salvo? 31Ellos dijeron: Cree en el
Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.
32Y le hablaron la palabra del Señor a él y
a todos los que estaban en su casa. 33Y él,
tomándolos en aquella misma hora de la noche,
les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él
con todos los suyos.
11. 12Y habiendo considerado esto, llegó a
casa de María la madre de Juan, el que
tenía por sobrenombre Marcos, donde
muchos estaban reunidos orando.
12.
13. 17Y él es antes de todas las cosas, y todas las
cosas en él subsisten; 18y él es la cabeza
del cuerpo que es la iglesia, él que es el
principio, el primogénito de entre los muertos,
para que en todo tenga la preeminencia;
14.
15. 4Porque de la manera que en un cuerpo
tenemos muchos miembros, pero no
todos los miembros tienen la misma función,
5así nosotros, siendo muchos,
somos un cuerpo en Cristo, y todos
miembros los unos de los otros.
19. 22Ellos dijeron: Cornelio el centurión, varón
justo y temeroso de Dios, y que tiene buen
testimonio en toda la nación de los judíos, ha
recibido instrucciones de un santo ángel, de
hacerte venir a su casa para oír tus palabras.
24Al otro día entraron en Cesarea. Y Cornelio los
estaba esperando, habiendo convocado a
sus parientes y amigos más íntimos.
25. 42Y perseveraban en la doctrina de los
apóstoles, en la comunión unos con otros,
en el partimiento del pan y en las
oraciones. 43Y sobrevino temor a toda
persona; y muchas maravillas y señales eran
hechas por los apóstoles.
26. 46Y perseverando unánimes cada día en el
templo, y partiendo el pan en las casas,
comían juntos con alegría y sencillez de
corazón, 47alabando a Dios, y teniendo
favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía
cada día a la iglesia los que habían de ser
salvos.
27. 19sirviendo al Señor con toda humildad, y con
muchas lágrimas, y pruebas que me han
venido por las asechanzas de los judíos; 20y
cómo nada que fuese útil he rehuido de
anunciaros y enseñaros, públicamente y
por las casas, 21testificando a judíos y a
gentiles acerca del arrepentimiento para con
Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.
28.
29. 12Y el Señor os haga crecer y abundar en
amor unos para con otros y para con todos,
como también lo hacemos nosotros para con
vosotros, 13para que sean afirmados vuestros
corazones, irreprensibles en santidad
delante de Dios nuestro Padre, en la venida de
nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.
30. 40Y convinieron con él; y llamando a los
apóstoles, después de azotarlos, les intimaron
que no hablasen en el nombre de Jesús, y los
pusieron en libertad. 41Y ellos salieron de la
presencia del concilio, gozosos de haber sido
tenidos por dignos de padecer afrenta por causa
del Nombre. 42Y todos los días, en el templo y
por las casas, no cesaban de enseñar y
predicar a Jesucristo.
31.
32. 9Cualquiera que se extravía, y no persevera en
la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que
persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene
al Padre y al Hijo. 10Si alguno viene a vosotros,
y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa,
ni le digáis: ¡Bienvenido! 11Porque el que le
dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras.
33. 10Porque hay aún muchos contumaces,
habladores de vanidades y engañadores,
mayormente los de la circuncisión, 11a
los cuales es preciso tapar la boca; que
trastornan casas enteras, enseñando por
ganancia deshonesta lo que no conviene.
34. 46Guardaos de los escribas, que gustan de andar
con ropas largas, y aman las salutaciones en las
plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y
los primeros asientos en las cenas; 47que
devoran las casas de las viudas, y por
pretexto hacen largas oraciones; éstos recibirán
mayor condenación.
35. 6Porque de éstos son los que se meten en las
casas y llevan cautivas a las mujercillas
cargadas de pecados, arrastradas por diversas
concupiscencias. 7Estas siempre están
aprendiendo, y nunca pueden llegar al
conocimiento de la verdad. 8Y de la manera que
Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también
éstos resisten a la verdad; hombres corruptos
de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe.
36.
37. 1Palabra fiel: Si alguno anhela obispado,
buena obra desea. 2Pero es necesario que el
obispo sea irreprensible, marido de una sola
mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador,
apto para enseñar; 3no dado al vino, no
pendenciero, no codicioso de ganancias
deshonestas, sino amable, apacible, no avaro;
38. 4que gobierne bien su casa, que tenga a
sus hijos en sujeción con toda honestidad
5(pues el que no sabe gobernar su propia
casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?)