Este poema le habla a la Tristeza, diciéndole que nunca podrá estar delante del autor y solo podrá ver su espalda. Aunque la Tristeza intente oscurecer su camino, el autor seguirá adelante y expulsará a la Tristeza con una sonrisa. A través de las lágrimas, el autor ha forjado un corazón a prueba de la Tristeza y ha apostado a una vida llena de matices. El autor le dice a la Tristeza que ya lo ha escuchado y que puede marcharse.