2. Reglas Sociales
• Enseñar a un niño cómo debe saludar, cómo hablar por teléfono,
cómo despedirse, cómo relacionarse con personas mayores,
dependiendo de la personalidad o el temperamento de nuestro
hijo, puede ser más o menos complicado. Seguramente, todos los
padres hemos vivido situaciones en la que hemos hablado por
nuestros hijos al comprobar que éstos, bien por vergüenza o
desconocimiento, no estaban preparados para dar una respuesta
satisfactoria a una determinada situación social.
• Enseñar normas sociales a los niños
• La falta de normas sociales en los niños, muchas veces, es
interpretada como crueldad o como mala educación. Recuerdo una
ocasión, cuando mi hija tenía 3 ó 4 añitos, en la que esperando a
que nos cobraran en la caja del supermercado, había una anciana
delante de nosotras que tenía enfermedad de Parkinson y movía
con espasmos su cabeza y sus manos. Mi hija, al verla, me dijo a voz
en grito: "¡mamá, esta señora parece tonta, mira que cosas hace!".
Enseguida le expliqué lo que le ocurría, pero me dio pena que
aquella viejecita escuchara su "cruel comentario".
• El respeto a los mayores, el no hablar a gritos, el tratar con cariño a
los que son diferentes a él son conductas aprendidas como otras
más cotidianas. El ejemplo de los padres es como siempre
fundamental, pero darles cuando venga al caso unos pequeños
consejos para ser discretos, o fórmulas o frases para agradecer,
pedir perdón, pedir cosas, serán siempre un complemento a lo que
vean en los mayores.
• También hay muchos momentos que podemos aprovechar para que
se "entrenen" en situaciones sociales, como hablar por teléfono con
ellos, conversar sobre algo que les ha ocurrido, enviarles a comprar
el pan o traer invitados a casa. Intentemos en todo caso evitar el
"haz lo que digo y no lo que hago", porque ellos nos imitarán casi
siempre, nos escucharán de vez en cuando y, por supuesto,
imprimirán irremediablemente su personalidad en cada situación
que suponga un inicio a la convivencia con los otros.
6. Estudio de caso
“ Manuel salía con su madre de la Escuela, el día no había comenzado muy bien, pero ahora prometía un final
feliz. Su madre caminaba a paso firme junto a el. Iba en silencio con el rostro todavía encendido por la
discusión con la Directora de Escuela.
A Manuel le caía en gracia la señora, era afectuosa y muy serena.
Hasta hace un momento las cosas habían caminado dentro de lo previsto. Jugar “un cabeza “ dentro del aula
ya era una conducta arriesgada y si la pelota rompe el vidrio de una ventana el riesgo se convierte en desastre.
Manuel y sus compañeros podían anticipar la secuencia de hechos que se sucederían . Llegaba la maestra, les
sacaba la pelota de futbol, eran citados a la Dirección que a su vez citaba a los padres.
Señora lo lamentamos mucho, pero su hijo va a recibir una suspensión y usted tendrá que pagar con los padres
de los otros dos compañeros los gastos de reparación del vidrio y Manuel tendrá que venir el sábado próximo
para ayudar a colocar el vidrio nuevo.
La verdad que me decepcionas Manuel, yo te creía un chico responsable, digno de confianza, pero aquí
mostraste qu no respetas las cosas de todos.
1)Reconoce las normas de convivencia expresadas en el texto y señala características de las mismas.
2)Reflexiona en base a la necesidad de establecer normas que regulen el comportamiento humano.
3)Describe una situación similar al caso planteado donde se destaque las importancia de las normas.