El documento describe varias tendencias en el uso de espacios verdes en entornos urbanos, incluyendo jardines artificiales en azoteas y aparcamientos, cubiertas verdes vivas en edificios, y proyectos para introducir vegetación en espacios subterráneos e infraestructuras abandonadas. También menciona huertos urbanos y jardines verticales como formas creativas de añadir naturaleza a la ciudad donde el espacio es limitado.
Verde, que te quiero verde. Colaboración de Rita Monfort en Ciudad Sostenible, número 17,
1. Verde, que te
quiero verde
TENDENCIAS
Paisajes artificiales
En este apartado podría hablar de alcorques,
isletas y rotondas… del aporte de espacios privados como jardines de casas, terrazas o áticos,
o incluso de instalaciones temporales para reivindicar esa falta de espacio como el parking
day. Sin embargo, lo he reservado para una
ilusión óptica: la de aquellos jardines que por
restricciones del lugar no pueden ser naturales,
por estar en azoteas o encima de aparcamientos y no poder superar cierto peso, no tener el
espacio suficiente para echar raíces, o, incluso,
por prever la falta de futuro mantenimiento. Así
que, aunque no aporten oxígeno ni eliminen
la contaminación, al menos con un poco de
plástico alegran la vista y colorean un espacio
normalmente gris. Incluso el MOMA de Nueva
York ha caído rendido ante este modelo de jardín para su cubierta.
Nadie duda ya de los beneficios que aportan los espacios verdes en las ciudades, beneficios
físicos y psicológicos muchas veces olvidados. Puede que Central Park sea el más famoso de
todos esos espacios, fama conseguida gracias a la historia y mito de Nueva York, pero los
espacios verdes no son solo parques y jardines. Hay muchos más modelos que aportan su
oxígeno, reducen la polución y hacen la vida en la ciudad mucho más encantadora.
texto:
Rita Monfort.
arquitecta.fundadora de ciudadobservatorio
Lugares extraños
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Cubiertas vivas
Ahora saltamos a las azoteas, creando cubiertas verdes como
si los jardines (o incluso cultivos) se hubiesen elevado unos
cuantos metros sobre la cota cero (como en la Biblioteca
Mercè Rodoreda de Sant Joan Despí) o como si intentasen
ocultar lo que hay debajo (como en la Universidad de Mujeres
Ewha de Seúl). Con menos habitualidad de la que sería ideal,
pero cada vez con más ejemplos, las cubiertas verdes no sólo
regalan un poco más de oxigeno y naturaleza a la ciudad,
también aportan unas vistas mucho más agradables a los espectadores que están por encima de ellas, y más superficie de
ocio y esparcimiento cuando son transitables.
Siempre hay ubicaciones insólitas, y si antes hablábamos del High Line,
ahora lo hacemos del que se ha convertido popularmente por contraposición en el Low Line: el mejor ejemplo en este caso (también
en Nueva York, cómo no). Este proyecto, cuanto menos interesante,
consiste en rehabilitar el espacio subterráneo ocupado por una terminal abandonada en uno de los barrios más antiguos de la ciudad,
haciendo llegar la luz para que crezca la vegetación a base de fibra
óptica. Aunque parezca de
ciencia ficción, si se consigue
llevar a cabo, abre la incógnita
de cómo afectará al urbanismo, ya que en el subsuelo habrá cabida para algo más que
aparcamientos y el metro.
Infraestructuras recicladas
Utilizar los vacíos que dejan las infraestructuras para llenarlos de
naturaleza y adaptarlos al peatón siempre es una buena opción.
Las de ferrocarril son un pozo sin fondo cuando se trata de estos espacios. Por todos es conocido el High Line de Nueva York
que ha conseguido adaptar la antigua vía de tren elevada a la
ciudad actual y sus necesidades, sorprendiendo y convirtiéndose
en un ejemplo de este tipo de transformación. El cauce del río y
sus márgenes también son una buena opción, como ocurre en
Valencia, donde, incongruencias de la vida, estuvo a punto de
convertirse en una autopista que cruzaría la ciudad, en lugar de
su pulmón principal.
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Jardines verticales
Huertos
urbanos
Huertos de ocio, allotment gardens,
green guerrillas, jardins familiaux…
Agricultura en la ciudad con cada
vez más adeptos. Es ocio, espacio
verde, produce alimento, crea redes
vecinales y acerca la cultura agrícola a todo peatón que pase cerca y
eche un vistazo. Seguramente es el
espacio verde que más aporta a la
sociedad, un reducto de relax y paz
en medio del estrés que acompaña
a la ciudad. Pero no solo nos encontramos los cultivos en cota cero a pie
de calle, ya hace tiempo que se están colando en terrazas, repisas de
ventanas, azoteas o en las propias
viviendas.
Con tantos admiradores como detractores, el verde
ha conseguido de esta manera una nueva dimensión para ubicarse en el espacio urbano donde, a
veces, falta ese espacio, y otras se prefiere utilizar
para usos no tan benignos como calzadas. Aunque
se pone en duda si realmente tiene el mismo grado de sostenibilidad que un jardín ubicado en el
suelo, lo que sí que es cierto es que es una manera
de aportar vegetación utilizando el mínimo espacio
posible en lugares donde de otra forma sería imposible que la hubiese. Además, desde que se creó el
jardín vertical del Caixa Forum en Madrid, nadie se
olvida de la aportación estética que hacen facilitando un nuevo material con el que cubrir fachadas.
Ciudad Observatorio es un blog dirigido por Rita Monfort
sobre tendencias en urbanismo, paisaje, movilidad y diseño.
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