Un agujero negro se forma cuando una estrella masiva muere y colapsa bajo su propia gravedad, concentrándose en un punto de densidad infinita. La gravedad de un agujero negro es tan fuerte que ni siquiera la luz puede escapar, haciéndolos invisibles a menos que interactúen con materia cercana. Existen agujeros negros supermasivos en el centro de las galaxias, de masa estelar formados por estrellas muertas, y posiblemente primordiales creados en el universo temprano.