Me abro confiado a tu gracia Tu amor siempre me sorprende Entro silencioso en el misterio de tu presencia, Señor. Nadie me habla al corazón como Tú Tu Espíritu me ayuda a estrenar libertad Recreas mi alegría y esperanza Esperas a cada ser humano con los brazos abiertos. De noche, con José, adoro al que es la Luz Contigo, María digo: Aquí está mi vida, Señor.