Jesús ama a la humanidad, es la obra del Padre, el proyecto creador lleno de vida y de verdad. En su entrega de amor por todos, nos ha dejado ver su amor entrañable, cercano y vulnerable. Pero la humanidad, como Lázaro, está enferma de muerte, tiene parado su corazón, sus latidos y ritmos son irregulares, su vida es muy débil. Los amigos y amigas de Jesús queremos pedir hoy la salud para la humanidad y le decimos: ¡Señor, los hombres y mujeres que tú amas están enfermos! Con frecuencia prescinden de ti, sus pasos se encaminan hacia la muerte. Sus raíces más profundas se están secando, el agua de su pozo escasea.