El camino de Jesús hacia la felicidad pasa por el amor. Las bienaventuranzas inauguran un mundo nuevo en el que los valores son radicalmente distintos. El dinero, el poder y la violencia, dejan paso a la paz, la misericordia, el amor. La 1ª bienaventuranza destaca el camino para llegar a amar: ser pobre. Una opción: para mí el dinero no es lo más importante; no quiero acumular dinero”. Este compromiso va eliminando la injusticia del mundo Y Dios nos dice: “tú eres de los míos, yo me cuido de ti”.