En el evangelio de Lucas es éste el primer himno en boca de María que canta el gozo de la salvación ya experimentada por ella y el gozo de poder anunciarla y cantarla. Se pueden reconocer dos grandes partes, aunque no claramente distintas, que tienen en su centro la acción de Dios. La primera parte (vv. 46b-49) se caracteriza por las partículas «mi» y «me», que se refieren a la persona que canta. La segunda parte evoca la historia de Israel, las grandes actuaciones de Yahvé en la historia de la salvación, y comienza en el v. 50.