2. TEXTO CLAVE:
“Examina la
senda de tus
pies, y todos tus
caminos sean
rectos.
No te desvíes a
la derecha ni a
la izquierda;
aparta tu pie del
mal”
(Prov. 4:26-27).
4. INTRODUCCIÓN
La ciencia ha demostrado
que el oír impacta en nuestra
forma de caminar, y que aun
nuestro equilibrio es influido
por cuán bien escuchamos.
Así, la instrucción o la
educación es decir, lo que
escuchamos,son vitales para
nuestra forma de vivir. “La
sabiduría es lo primero”,
dice Proverbios 4:7 (NVI).
No obstante, no importa cuán buena sea la instrucción, el estudiante
debe prestar atención. No sin cierta ironía, un antiguo maestro
egipcio notó que “el oído del muchacho está en su espalda; escucha
cuando lo azotan”. (En el arte egipcio, a menudo se representa al
estudiante con grandes orejas en su espalda.)
5. No es suficiente con
saber acerca del bien y
del mal; necesitamos
saber cómo elegir lo
correcto, y no lo malo.
El adiestramiento en la
sabiduría consiste en
escuchar la instrucción
adecuada y en seguir y
obedecer lo que hemos
aprendido, para no
terminar andando en la
dirección equivocada.
6. «Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y
sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia»
(Proverbios 4:7)
Salomón nos transmite la enseñanza acerca de la
sabiduría, que recibió de su padre (v. 4) en forma de
instrucción, como si fuera un regalo precioso (v. 2);
la enseña en forma de secretos de felicidad y éxito.
Para adquirir la sabiduría debemos escucharla
de otros (v. 1), estudiarla y aplicarla (v. 5).
Somos invitados a buscarla, poniendo en ello
todas nuestras facultades intelectuales (oyendo
con atención, v. 10) y sentimentales (amándola
de corazón, v. 4 y 6)
7. ¡OÍD!
Lee Proverbios 4. ¿Qué verdad práctica se encuentra aquí?
¿De qué modo podemos aplicarla a nuestras propias vidas,
mientras procuramos vivir con fidelidad a Dios?
El acto de “oír” señala el
primer paso en la educación.
En el pensamiento hebreo, el
asiento de la sabiduría, o la
inteligencia, está ubicado no
en el cerebro, sino en los
oídos. Esto implica que antes
de procurar conceptualizar o
resolver un problema nece-
sitamos oír sobre él. Esto
significa que debemos escu-
char. Cuando Salomón pidió
sabiduría, pidió específica-
mente un “corazón oyente” (1
Rey. 3:9, traducción literal).
8. El primer acto de la sabiduría es, entonces, “oír”; lo que sugiere que la
sabiduría proviene de una fuente externa (en este caso, los padres). No
podemos descubrir la sabiduría por nosotros mismos.
El concepto del hombre
que se hace con su propio
esfuerzo es imposible en
el área de la sabiduría
bíblica.
La sabiduría, en
primer lugar, es algo que
recibimos, no algo que
formamos con nuestras
propias habilidades o que descubrimos mediante nuestro brillo y
razonamiento. La capacidad de “estar atentos” (en hebreo, “poner el
corazón”) implica la participación del corazón. La búsqueda de sabiduría,
entonces, no es meramente una empresa fría y objetiva. El corazón, que
es el núcleo de la persona y, en el pensamiento hebreo, el asiento de las
emociones, participa en la búsqueda de la sabiduría.
9. Lee Mateo 13:44 y Jeremías 29:13. ¿Qué vínculo
encuentras entre estos versículos y la búsqueda de la
sabiduría como se expresa en Proverbios 4?
Las emociones
desempeñan un
papel vital en existencia básica como seres humanos y, por ello, no pueden
ni deben ser ignoradas en nuestra relación con Dios. ¿De qué forma apren-
demos cuál es el lugar apropiado y el valor de las emociones con respecto a
nuestra vida espiritual? ¿Cómo te han conducido tus emociones (correcta o
equivocadamente), y qué aprendiste de tales experiencias?
REFLEXIÓN
10. «Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, y su paladar es
más blando que el aceite; mas su fin es amargo como el ajenjo, agudo
como espada de dos filos» (Proverbios 5:3-4)
La «mujer extraña» se refiere a
aquella que no es la legítima
esposa (o el legítimo esposo).
Ésta incita al adulterio al
incauto que no sigue los tres
consejos dados en este
capítulo:
Cuidar lo que
decimos. La
conversación
sobre nuestra
vida íntima con
una persona
«extraña» nos
expone a la
tentación.
«Para que
guardes
consejo, y
tus labios
conserven la
ciencia»
(v. 2)
Alejarnos cuanto
sea posible de la
tentación.
«Aleja de
ella tu
camino, y no
te acerques a
la puerta de
su casa»
(v. 8)
Gozarnos con
nuestro cónyuge
(1ª de Corintios
7:5). La mejor
protección contra
la tentación de
amar a otra
mujer u hombre
es amar a
nuestro cónyuge.
«Sea bendito
tu manantial,
y alégrate
con la mujer
de tu
juventud»
(v. 18)
11. PROTEGE A TU FAMILIA
Una vez que decidimos
andar en la senda de la
sabiduría permanece
nuestra necesidad de
ejercer mucho cuidado,
porque encontraremos
obstáculos a lo largo de
ese camino (ver 1 Ped.
5:8). Uno de los mayores
peligros que afrontamos
tiene que ver con
nuestra familia, el área
más preciosa, sensible e
íntima de nuestra vida.
12. Lee Proverbios 5. ¿Con respecto a qué peligros
debemos ser precavidos, según este pasaje?
El primer peligro comienza
en nosotros mismos; se
encuentra en nuestras
palabras. Tenemos que
vigilar nuestra lengua para
asegurarnos de que
lo que decimos no
transmita un mensaje
inadecuado o confuso.
Nuestros labios deben
estar en armonía con
nuestro conocimiento y
reflejar nuestra perspectiva
espiritual.
13. El segundo peligro proviene de
otra mujer, u otro hombre, que
interfiera en la familia (aunque
el texto se refiere al peligro que
viene de una “mujer extraña”,
el lenguaje debe entenderse en
un sentido general; la tentación
puede provenir de un hombre
o una mujer).
Cualquiera de
ellos puede seducir a un
cónyuge para que viole sus votos
matrimoniales, y
¿quién no ha visto, o
experimentado, cuán destructivo
es este pecado?
14. Según el texto, la mejor manera de resistir estas
tentaciones, que a menudo
comienzan con palabras
atrayentes, es escuchar las
Palabras de la sabiduría.
Al prestar atención y obedecer la
instrucción inspirada, es más
probable que nos mantengamos
concentrados en lo esencial y
que, así, estemos protegidos
del adulterio, o de cualquiera
otra tentación que se nos cruce
en el camino.
Por supuesto, no solo debemos evitar el adulterio, también
debemos evitar ir al lugar donde reside la “tentadora” (Prov.
5:10): no debemos ni acercarnos a su puerta (5:8).
15. Tal vez, la mejor
protección contra la
tentación de amar a
otra mujer u hombre
es amar a tu cónyuge,
“la mujer [o el hombre]
de tu juventud” (5:18).
El autor de Eclesiastés
da un consejo similar:
“Goza de la vida con la
mujer que amas, todos
los días de la vida de tu
vanidad que te son
dados debajo del sol”
(Ecl. 9:9). Sé
agradecido por lo que
tienes, y no mires
hacia otra parte.
REFLEXIÓN: Lee 1 Corintios 10:13. Con esta pro-
mesa delante de ti, ¿qué pasos definitivos y
prácticos necesitas dar, ahora mismo, para
protegerte de las pasiones que pueden estar
agitándose dentro de ti?
16. REFLEXIÓN:
Lee 1 Corintios 10:13.
Con esta promesa delante de ti,
¿qué pasos definitivos y prácticos necesitas dar,
ahora mismo, para protegerte de las pasiones que
pueden estar agitándose dentro de ti?
17. «Hijo mío, si salieres fiador por tu
amigo, si has empeñado tu palabra a
un extraño, te has enlazado con las
palabras de tu boca, y has quedado
preso en los dichos de tus labios.
Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate,
ya que has caído en la mano de tu
prójimo; ve, humíllate, y asegúrate
de tu amigo» (Proverbios 6:1-3)
Tu amigo ha contraído una deuda con
un extraño. Tú, sin reflexionarlo mucho
(¡es tu amigo!), has salido como fiador
de su deuda. Si has hecho esto, has
empeñado tu palabra a un extraño (el
acreedor de tu amigo).
¿Has pensado lo que ocurrirá si tu
amigo no paga y tú no tienes lo
suficiente para asumir su deuda?
Humíllate, se persistente y asegúrate
de que tu amigo pague su deuda.
Y la próxima vez… no prometas a un
amigo necesitado más que el dinero
del cual dispongas en ese momento.
Guarda ese dinero durante el tiempo
que dure la promesa, para que el
acreedor no pueda exigir una suma
que exceda de tus posibilidades
económicas.
18. «Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; la cual no
teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida,
y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento» (Proverbios 6:6-8)
¿Qué podemos aprender de la
laboriosidad de las hormigas?
Cada una tiene su rol, su trabajo, y
lo hacen en equipo.
No hay ninguna holgazana.
Confían unas en otras.
Se preparan para el invierno.
Son diligentes, trabajadoras y
centradas.
Cada una lleva su propia carga, y se
ayudan cuando es necesario.
Se reúnen para planificar y recibir
instrucciones.
Se comunican unas con otras de
diversas maneras.
Tienen la capacidad de
reagruparse.
Necesitan a la comunidad. Si se las
aísla, mueren.
19. «Perezoso, ¿hasta cuándo has de
dormir? ¿Cuándo te levantarás de
tu sueño? Un poco de sueño, un
poco de dormitar, y cruzar por un
poco las manos para reposo; así
vendrá tu necesidad como
caminante, y tu pobreza como
hombre armado» (Proverbios 6:9-11)
¿Qué podemos aprender de la
indolencia del perezoso?
«En ocasión de la creación, el trabajo fue establecido como una bendición.
Implicaba desarrollo, poder y felicidad. El cambio producido en la
condición de la tierra, debido a la maldición del pecado, ha modificado
también las condiciones del trabajo, y aunque va acompañado ahora de
ansiedad, cansancio y dolor, sigue siendo una fuente de felicidad y
desarrollo. Es también una salvaguardia contra la tentación. Su disciplina
pone freno a la complacencia, y promueve la laboriosidad, la pureza y la
firmeza. Forma parte, pues, del gran plan de Dios para que nos repongamos
de la caída»
E.G.W. (La educación, pg. 214)
20. La sabiduría nos protege de la necedad.
Al hombre necio le falta visión a largo plazo. No ve que «su calamidad vendrá de
repente; súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio» (v. 15).
El hombre sabio, en cambio, cuidará de no hacer nada de aquello que Dios aborrece.
Siete cosas hace el hombre malo,
perverso (v. 12-14)
Anda en perversidad de
boca.
Guiña los ojos.
Habla con los pies.
Hace señas con los dedos.
Perversidades hay en su
corazón.
Anda pensando el mal en
todo tiempo.
Siembra las discordias.
Siete cosas aborrece Jehová y
abomina su alma (v. 16-19)
Los ojos altivos.
La lengua mentirosa.
Las manos derramadoras
de sangre inocente.
El corazón que maquina
pensamientos inicuos.
Los pies presurosos para
correr al mal.
El testigo falso que habla
mentiras.
El que siembra discordia
entre hermanos.
21. No es suficiente con saber acerca del bien y del mal; necesitamos saber cómo
elegir lo correcto, y no lo malo. El adiestramiento en la sabiduría consiste en
escuchar la instrucción adecuada y en seguir y obedecer lo que hemos
aprendido, para no terminar andando en la dirección equivocada.
22. CONCLUSIONES
1. El verdadero cristiano deshecha la ignorancia, valora
mas la sabiduría que viene de Dios a la que procede
de los hombres(Santiago 3:15-17).
2. Protegido por la verdadera sabiduría el cristiano
obtendrá:
Ser celoso en su relación al modelo bíblico de
familia y de fidelidad.
Evitará ser fiador de otro.
Es diligente en su trabajo, el cual es una
bendición del Señor.
Guarda su corazón de lo perverso de este mundo
23. EL LLAMADO DE LA SABIDURÍA
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lecciones que tratan sobre el tema:
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