1. E<br />l Ecuador vive una crisis financiera generalizada, unida a una crisis fiscal, una inflación acentuada y una recesión de la economía, agudizada por una errática política económica por parte del gobierno de recién depuesto presidente Mahuad. Generalmente se señala ésta es resultado de causas internas y externas, tales como, la inestabilidad política de los últimos años, la guerra con el Perú, el impacto del fenómeno de quot;
El Niñoquot;
, las crisis internacionales y la suspensión de la líneas de crédito a las economías emergentes, entre las cuales se cuenta el Ecuador. En términos específicos, sin embargo, tiene sus raíces inmediatas en la situación económica del país, el comportamiento del sector financiero en el nuevo marco legal, introducido por el gobierno de Durán Ballén (1992 –1996), y en las reacciones quot;
puntualesquot;
del Estado ante este comportamiento.<br />A diferencia de los que pensaban sus propulsores (De al Torre, 1997), el nuevo marco legal y, especialmente la Ley de Instituciones Financieras, al definir en forma difusa qué es un quot;
grupo financieroquot;
, abrió las puertas para que los banqueros se transformaran en quot;
empresariosquot;
y pudieran dedicarse a toda clase de negocios [2]. Posibilitó también la concentración y la vinculación de créditos en empresas de los principales accionistas de los bancos; permitió, a través de la fusión de las quot;
casas valoresquot;
, el surgimiento de bancos débiles y pequeños que repercutieron negativamente en el conjunto del sistema bancario. Más allá de sus enunciados no abrió, además, – al menos hasta noviembre de 1998, cuando ya era demasiado tarde – a la banca nacional a la inversión extranjera lo que impidió realizar alianzas estratégicas y fortalecer el sistema. Por otro lado, no se mejoraron los mecanismos de control por parte de la Superintendencia de Bancos. Por el contrario, luego de un proceso de quot;
modernizaciónquot;
caótico iniciado en 1994, que desmoronó la escasa capacidad técnica de las autoridades para intervenir quot;
ex antequot;
en el control los problemas que, poco después, se empezaron a detectar en el sistema financiero.<br />El nuevo marco, finalmente, no fue quot;
legitimado ni reconocidoquot;
, en la práctica, por el sistema judicial ecuatoriano. Esta situación dio origen a que la mayoría de los accionistas y dueños de los bancos, responsables de la crisis actual del Ecuador, hayan podido salir quot;
indemnesquot;
y que, por los oscuros caminos del juego político, hayan logrado transferirle al Estado sus costos y responsabilidad.<br />