Prueba libre de Geografía para obtención título Bachillerato - 2024
Manuela López García, Manolita: maestra y poetisa
1. POEMAS DE MANUELA LÓPEZ
“Manolita”
Maestra y poetisa
Nace en Cacabelos en 1910. Estudia magisterio.
La guerra destrozó sus ilusiones, y el dolor que le produce
hace germinar la semilla poética que lleva dentro.
Ejerce su carrera en pueblos pequeños y lleva con resignación las
incomodidades de las escuelas y ambientes de la postguerra.
Adora a los niños de los que dice que son su “complemento directo”.
Publica y recibe varios premios:
Cauce para un latido. Valladolid, 1977
Caminos de soledad, 1982
Caminito de papel, 1987
Arena y viento, 1989
Caminando por la ausencia, 1989
Cuando arde el silencio, 1989
Poemas infantiles, 1992
Entre brumas, 2003
Muere en Cacabelos el 2 de enero de 2005.
2. Yo supe… “Cauce para un latido”
Yo supe del pan duro; y con ellos bebí
del hambre dura; la copa del salitre.
del surco estéril; Yo atisbé un mundo de belleza,
del hermano llamado Caín De flores, de ilusiones
y aborté mis penas Que siempre me negaron.
con el corazón hundido Yo supe que era bueno
en el silencio. Amar y soñar,
Y amé y soné,
Yo supe del hollín; Mas todo lo arrastró el vendaval.
del mutismo detrás de las puertas; Y ahora
del sudor en la mancera; En un mapa yermo,
del ansia de esperar Paladeando ceniza
cuando no cabe la esperanza; Voy con el alma a cuestas,
del amor sin retorno. (¡cómo pesa el alma!).
Mi vida
Yo supe de injusticias; Una letra de cambio a corto plazo,
de miedos; Y en mi oquedad
de herrumbres; Un tercer mundo
de aristas, Triste y hambriento
de púas; Con su miedo,
de escozores; Con su miseria irredenta,
de hermanos hambrientos; ¡tiritando entre la niebla!
3. Por los caminos “Cauce para un latido”
Multitud de caminos
guardan mis pisadas,
caminos con asfalto,
sin asfalto,
caminos empedrados.
Soy un poco camino de mi misma,
de mis pasos.
Me atenazan los verdes
en libertad de campos.
Certidumbre de encuentros
con la briza que pasa
sollozando…
La vida se nos da
en un momento,
¡la vida es un camino
muy cansado!
Dejamos en jirones
nuestro tiempo
por los caminos desgarrado.
4. Busque tu nombre… “Cauce para un latido”
Busqué tu nombre entre los nombres
de todos los tiempos.
Recorrí caminos y multitudes
por oír tu acento,
y sentí muy hondo el dolor acerbo
cuando te perdiste
en la encrucijada de mi pensamiento.
Luego te soñé en las noches largas
mirando a los cielos.
Desgrané los astros;
exprimí luceros;
arranqué las sombras
y encontré la nada llenando los huecos.
Ya no sé tu nombre que trepó en el viento.
Se perdió en un orbe
corrupto de hieles,
mientras que mis brazos,
se hacían eternos,
y mecí mi alma
con la resonancia cóncava del eco.
5. “Cauce para un latido”
Viajera
Si todo quedó atrás. Si ya vacio
se encuentra el corazón en esta hora;
si en ocaso se transformó la aurora
y en la mar se perdió mi dulce río.
Si el cristal de las gotas de rocío
no refleja ya el alba reidora;
si se secó la fuente abrevadora;
si el anhelo llegó al escalofrío,
es el momento de soltar la mano;
de huir a mi trigal y a mi manzano,
a un paisaje de ensueño y de bonanza,
Que está frio el andén esta mañana
y en la estación ya suena la campana
que anuncia el gran viaje a lontananza.
6. “Cauce para un latido”
Dos palabras
La soledad. Este cansancio herido
que se apresura por mi sangre errante,
que penetra en el hueso, palpitante
como un río de lava incontenido.
Cansancio y soledad. He resumido
en sólo dos palabras la constante
de toda mi existencia. Hoy caminante
entre cardos y brumas me he perdido.
Ceñido a mi estatura tengo un fuego
Que consume el anhelo con que busco
La eterna longitud de la belleza.
Cansancio y soledad a él entrego,
y rompo, y rompo nieblas, y rebusco
Allá en el hueco donde el alma empieza.
7. Tras la nube asoma… “Caminitos de papel”
Tras la nube asoma
la luna su cara,
¡luna colorín, La niña le envía
luna colorada! desde su balcón
un dedito suyo
La niña la mira ¡como el algodón!
desde su balcón.
La luna le tira A la rueda, rueda,
un limón. ¡el lucero, niña
te besa, te besa!...
Los pájaros vuelan
en torno a un lucero.
Pica que te pica
¡le han comido un
dedo!
¡ay, y era el dedito
con que sazonaba
con sal y pimienta
la rica ensalada!
Ilustración de Norberto Beberide
8. Al monumento a La Vendimia,
símbolo de Cacabelos
Hombre honrado de estirpe labradora,
llevas sobre los hombros tu destino,
néctar y luz, que un día serán vino
y una vida esforzada y luchadora.
En tus sienes se refleja la aurora,
y vuelve a reflejarse el vespertino.
Hay sonrisa arrugada en tu camino;
callosa es esa mano que labora.
Aunque el frío se ciña en tu cintura
y un cansancio inmortal en piedra dura
borren del sol los dulces resplandores,
siempre dirán en la “Villa del Cúa”
que eres su símbolo, el que perpetua
su vino, sus esfuerzos, sus amores.
1983. Poema dedicado al Monumento a la Vendimia. Cacabelos
9. La una y las dos… “Caminitos de papel”
A la una, una, ¡Tin, tan, la ilusión,
la una, una línea. tin, tan, la alegría!
Camina el reloj Toca la campana,
con la cara de niña. la niña suspira
La una y las dos, y se ha puesto hermosa
las dos, son dos líneas. toda la campiña.
Se enfadan, regañan, La una y las dos
¡y llora la niña! Ahora, ¡tan amigas!
Tiemblan doce números
por la esfera nívea
en aquel reloj
con cara de niña.
Y le dice el tiempo:
-Sonríe, querida.
Toma, te regalo
esta campanita.
10. “Caminitos de papel”
Zapirón, pon, pon
Zapirón, pon, pon
mi gatito comilón
y gordinflón
que se ha comido un ratón,
Que se ha comido un melón,
Que se ha comido un jamón.
¡Qué zampón es Zapirón
el gatito comilón
el gatito gordinflón,
pon, pon!
11. Golondrina “Caminitos de papel”
Golondrina: ¿De Canarias?
¿del África ecuatorial?
¿Traes calorcito en reserva
para enhuerar?
¿Traes en tus ojos paisajes
de la orillita del mar?
¿Traes en tus sueños belleza
tropical?
Golondrinita errante
que vienes con tu cabás
al llegar la primavera,
-blanco y negro el delantal-
como una linda turista
que llega a veranear,
y al sentir el primer frío
coge de nuevo el cabás
y se vuelve muy graciosa
al trópico a invernar.
¡Qué turista, qué turista
Sois, mandam(e)!
12. De tierra adentro “Caminitos de papel”
Un barquito por el mar,
un caballito en el pueblo,
en él quiero cabalgar
porque soy de tierra adentro.
No hay sirenas ni gaviotas
allá donde yo nací,
pero hay alondras y álamos
y una rosa carmesí.
¿De dónde el gran oleaje
en ese amarillo mar?,
juegan la ola y la brisa
en el inmenso trigal,
y vienen los gorriones
muy pícaros a robar,
mientras la lagartija
se acuesta –dulce- a soñar.
13. Portadas libros
Publicación realizada por Carmen Núñez Barrio