San Francisco quedó impresionado por el parecido de un pueblo llamado Greccio con Belén, y le pidió a su amigo Juan, un pastor, que lo ayudara a celebrar allí el nacimiento de Jesús. Juan encontró una cueva donde San Francisco preparó un pesebre con animales y personas representando el nacimiento. Durante la misa de medianoche, apareció una estrella sobre la cueva y el Niño Jesús en el pesebre, antes de desaparecer al terminar la misa. Desde entonces, los frailes llevan heno a los
2. Un día, San Francisco se acercó a predicar a los
habitantes de Greccio. Al llegar al pueblo, el santo,
quedó impresionado por el parecido que tenía con
Belén, donde nació Jesús.
Vivía allí un amigo de San Francisco llamado Juan.
Era pastor y recorría toda la sierra cada semana
con sus ovejas.
3. Unas dos semanas
antes de la Navidad,
San Francisco le contó
a Juan cómo quería
celebrar ese año el
nacimiento de Jesús.
• -”Juan -le dijo
Francisco- si me
ayudas celebraremos
en tu pueblo el
nacimiento de
Jesús”. Juan lleno
• de alegría se ofreció
para prepararlo
todo.
4. San Francisco hizo una lista con todo lo
necesario:
un pesebre con paja, un buey, un burrito, una
joven cristiana, un joven apuesto, velas, incienso,
pan y vino.
5. Pero faltaba lo principal: la cueva.
Así que le pidió a Juan que buscara una cerca del
pueblo donde pudieran celebrar la misa y
participar todo el pueblo.
6. Llegó la noche anterior a la Navidad. Lo
que nosotros llamamos “nochebuena”.
San Francisco y sus frailes invitaron a
toda la gente de Greccio a seguirles
por la montaña. Todos iban cantando.
En filas. Con velas encendidas en la
mano, en medio de la noche.
7. Así llegaron a la cueva que había
buscado Juan. Allí encontraron al
buey, al burro, a José y María, al
sacerdote y la mesa preparada para
la misa.
8. A medianoche. A las doce en punto, una luz estrella
grande se posó encima de la cueva. Y mientras
todos miraban al cielo, en el pesebre apareció el
Niño Jesús, sonriente.
El buey y el burro se volvieron para calentar al
Niño, tal y como habían hecho en Belén. San
Francisco se arrodilló en adoración Él. Los
pastores y labradores se pusieron a cantar
villancicos, a tocar las flautas, panderetas y
zampoñas. Y los niños no pararon de agitar sus
9. Después de unos momentos, el Niño Jesús
desapareció y también la estrella. Con el
corazón lleno de alegría, terminó la misa. La
gente volvió a su casa cantando y agitando
velas y antorchas.
10. San Francisco se quedó un rato acariciando al buey y al burro. Y les
decía: -“Hermanos sois afortunados entre todos los animales
porque habéis podido ver con vuestros ojos a vuestro Señor y
Creador. Habéis podido calentarle con vuestro aliento”. El buey y
el burrito mirando al santo lloraron de alegría.
11. Luego San Francisco dijo a los frailes: -“Hermanos
míos, por amor a Nuestro Señor, quiero que todos los
años futuros, la noche de Navidad, deis de comer a los
animales. Particularmente echad heno a los bueyes y a
los burros”.
12. Y desde entonces los frailes
van por las cuadras de
Greccio a llevar buen heno a
todos los bueyes y burritos,
en la noche de Navidad.
13. Y, por eso, los cristianos celebramos la Navidad
construyendo belenes…
De barro…