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Historia del pesebre
1. HISTORIA DEL PESEBRE y
BENDICIÓN DEL PESEBRE O BELÉN
Es uno de los escenarios más tempranos y habituales del arte cristiano, pues
aparece ya en el siglo IV en la catacumba de San Sebastián de Roma.
Hasta la Baja Edad Media persistió la variante de origen bizantino de la Virgen
acostada, acompañada por dos comadronas.
Después, a partir del siglo XIV, la virgen está de rodillas y sin comadronas , pues
se impone la idea del parto sin dolor.
La tradición popular del belén, pesebre o nacimiento es mucho más reciente.
La primera celebración navideña en la que se montó un belén para la
conmemoración del nacimiento de Jesús fue en la Nochebuena de 1223, realizado
por San Francisco de Asís en una cueva próxima a la ermita de Greccio (Italia).
Preparó un establo e invitó a personas del pueblo para hacer una representación
con personas de verdad, con un verdadero pesebre y animales. Le llamo “crèche”,
que es "cuna" en francés. La gente del pueblo, hombres, mujeres y niños vinieron
con antorchas encendidas. Una vez más, pastores vinieron a adorar al niño. Esta
devoción fue relatada por Tomás de Celano.
Se celebró la misa nocturna acompañada de una representación simbólica de la
escena del nacimiento, mediante un pesebre (sin niño) con el buey y la mula,
basándose en la tradición cristiana, así como en la lectura de Isaías:
"Conoce el buey a su dueño,
y el asno el pesebre de su amo.
2. Israel no conoce,
mi pueblo no discierne" (Is. 1,3).
Estos animales ya aparecen en el pesebre del siglo IV, descubierto en las
catacumbas de la Basílica de San Sebastián de Roma, en el año 1877.
Cuenta San Buenaventura en su "Legende de Santi Francisci" que tras celebrar la
misa el sacerdote sobre el pesebre[2]
(utilizándolo como altar), San Franciso cantó
el Evangelio y realizó la predicación sobre el nacimiento de Cristo, hijo de Dios, en
circunstancias tan humildes como las que en aquel momento se reproducían
(es decir, en una fría noche de invierno, en el interior de una cueva, resguardado
en el lugar donde comían los animales que, junto al Niño, lo calentaban con su
aliento, causando una enorme emoción entre los asistentes, de tal forma que el
señor del lugar, Juan de Greccio "aseguró que vio un hermoso niño dormido en el
pesebre, que el padre Francisco cogió en sus brazos y lo hizo dormir"[3]
Se supone que tras esta primera ocasión, que más que un belén puede asimilarse
a un drama litúrgico[4]
se fue popularizando la instalación de belenes en las iglesias
durante la Navidad, con figuras de terracota, cera o madera en vez de seres vivos
En todo caso, a partir del siglo XIV, (fundamentalmente a través de los monjes
franciscanos, cuya regla consistente en estricta pobreza, humildad, sencillez y
cercanía al pueblo -frente a órdenes más ricas, "aristocráticas" y cercanas al poder
político- se avenía muy bien con el humilde nacimiento del Mesías, por lo que
usaron su representación como elemento de predicación, considerándose por
tanto el pesebre un invento franciscano, cultivado especialmente por éstos y por
sus las restantes órdenes franciscanas, como las clarisas y los capuchinos)
Después, Santa Clara la difundió por los conventos franciscanos de Italia y
posteriormente la propia difusión de la orden contribuyó a la extensión del pesebre
representado por seres vivos o figuras.
Durante la Edad Media y el Renacimiento era costumbre representar escenas de
Navidad en las iglesias. De ambas tradiciones arranca la de los belenes actuales
con sus figuras de madera, yeso, plomo, barro o cartón.
En algunas regiones de Italia los niños construían una especie de belenes de
madera, a los que llamaban la cabañita, con el Niño Jesús en su interior.
Tal vez recogía las dos tradiciones: la del árbol, o la del verdadero belén, la
llegada de hierbas, musgo, o ciprés parece encontrar orígenes gentilicios más que
cristianos. El musgo, por ejemplo, cuenta con un hada protectora, la mujercita del
musgo, según los alemanes.
Sucedió de esta forma en España, ya que cuando a mediados del siglo XVIII el
virrey de Nápoles Carlos III de Borbón pasó a ser rey de España, promovió la
3. difusión de los nacimientos entre la aristocracia española, llegando posteriormente
a la práctica popular en la toda España y en América.[9]
En el siglo XVIII en América, tras la disolución por decreto papal de la orden de los
jesuitas, los franciscanos ocuparon su lugar y usaron los belenes como método de
evangelización.
El nacimiento puede ser bendecido por un sacerdote.
Hay una tradición en que los niños ponen una paja en el pesebre (o en el establo
si el nacimiento es pequeño) cada día, representando así una buena obra que le
ofrecen al Niño Dios.
San Francisco comprendió que la pobreza de la Sagrada Familia era una
invitación a renunciar a los apegos materiales e imitarle en una auténtica sencillez
evangélica. Sólo así podemos ser sinceros cristianos.
Las familias, postradas ante el pesebre, adoran al Niño Dios como lo hicieron los
pastores.
Le piden su presencia continua para ser una familia como la Sagrada Familia.
Hoy tú puedes dar a conocer el amor de Dios haciendo un Belén cada Navidad.
Que todos recuerden la humildad de Dios, su misericordia y perdón.
BENDICIÓN DEL PESEBRE O BELÉN
"Es laudable la costumbre de instalar en las casas un 'belén' o 'nacimiento', 'que
recuerda y ayuda a vivir el misterio de la Navidad.
Para dar más sentido religioso para significar su inauguración puede hacerse un
rito de bendición, que signifique el comienzo de, las solemnes fiestas navideñas".
Reunida la familia, el padre o la madre dice:
En el nombr e del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
R/ Amén
Durante estos días contemplaremos asiduamente en nuestro hogar este pesebre y
meditaremos el gran amor del Hijo de Dios, que ha querido habitar con nosotros.
Pidamos pues a Dios que el pesebre colocado en nuestro hogar avive en
nosotros la fe cristiana y nos ayude a celebrar más intensamente estas fiestas de
Navidad.
Uno de los miembros de la familia lee un texto de la sagrada Escritura.
4. Escuchad ahora, hermanos, las palabras del santo Evangelio según San Lucas
(Lc 2, 4-7a)
En aquellos días José, que era de la casa y familia de David, subió desde la
ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea,
para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaban allí
le llegó el tiempo del parto, y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales
y lo acostó en un pesebre.
Palabra del Señor
.
PRECES
Ahora que nos hemos reunido toda la familia para iniciar las fiestas de Navidad,
dirijamos nuestra oración a Cristo, Hijo de Dios, que quiso ser también hijo de una
familia humana; digámosle:
R/ Por tu nacimiento, Señor, protege a esta familia.
Oh Cristo, por el misterio de tu sumisión a María y a José, enséñanos el respeto y
la obediencia hacia quienes dirigen esta familia. R/
Tú, que amaste y fuiste amado por tus padres, afianza a nuestra familia en el amor
y la concordia. R/
Tú, que estuviste siempre atento a las cosas dé tu Padre, haz que en nuestra
familia Dios sea honorificado. R/
Tú, que has dado parte de tu gloria a María y aJosé, admite a nuestros familiares,
que otros años celebraban las .fiestas de Navidad con nosotros, en tu familia
eterna. R/
ORACION DE BENDICION
Señor Dios, Padre nuestro,
que tanto amaste al mundo
que nos entregaste a tu Hijo único
nacido de María la Virgen,
dígnate bendecir este nacimiento
y a la comunidad cristiana que está aquí presente,
para que las imágenes de este Belén
ayuden a profundizar en la fe
a los adultos y a los niños.
Te lo pedimos por Jesús, tu Hijo amado,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
R/ Amén.
Cristo, el Señor, que se ha aparecido en la tierra y ha querido
convivir con los hombres nos bendiga y nos guarde en su amor.
5. R/ Amén.
El Papa bendice las figurillas del Niño Jesús traídas por miles de pequeños
Miles de niños y niñas de Roma acuden cada año durante el Adviento van al
encuentro del domingo con el Papa llevando en sus manos imágenes del Niño
Jesús.
Es una antigua tradición romana, según la cual, en estos días las familias
preparan en sus casas el Belén, que en muchas ocasiones es realmente artístico.
Los papás entregan este día a los más pequeños la imagen del Niño para que sea
bendecida en este domingo por el Santo Padre.
Se trata de un momento de alegría y convivencia familiar particularmente querido
por el obispo de Roma.
Así lo reconoció cuando, dirigiéndose a los presentes en la plaza de San Pedro,
explicó que
«una de las expresiones populares de la espera gozosa de la Navidad es la
preparación del portal de Belén en las familias. En las casas cristianas, en
estos días, se escoge un rincón adaptado para poner las figuras, dejando un
6. espacio, entre María y José, para el Niño. Al pensar en todas las familias
cristianas que preparan sus belenes, os bendigo con gusto a vosotros
chicos y chicas de Roma que, coordinados por el Centro de Parroquias de
Roma habéis venido en gran número trayendo las imágenes del Niño
Jesús».
Adaptado de Zenit
7. espacio, entre María y José, para el Niño. Al pensar en todas las familias
cristianas que preparan sus belenes, os bendigo con gusto a vosotros
chicos y chicas de Roma que, coordinados por el Centro de Parroquias de
Roma habéis venido en gran número trayendo las imágenes del Niño
Jesús».
Adaptado de Zenit