4. En un principio los indios como fueron tomados por sorpresa en el desalojo de sus tierras no mostraron resistencia, pero Andrés se dio cuenta del proyecto de su patrón y convencido del peligro de perder sus tierras, organiza una resistencia indígena y declara el grito de guerra ñuncanchi Huasipungo! (nuestro huasipungo/ tierras) con su cuervo ancestral de guerra. Llega la ayuda y doscientos soldados matan a balazos sin piedad a los rebeldes, que sólo podían lanzarles piedras desde lo alto; los sobrevivientes de la masacre se refugian en la choza de Andrés, pero llegan los soldados y le prenden fuego a la casa y salen los asfixiados indios, incluso Andrés y su hijo gritando ¡ñuncanchi huasipungo!.Al día siguiente solo quedaron cenizas y cadáveres, pero se dice que en los vientos de los páramos de toda América se sigue oyendo el grito del indio ¡ñuncanchi huasipungo!.