2. Carlos era el tercer hijo varón de Felipe V que llegó a la vida adulta y el
primero que tuvo con su segunda mujer, Isabel Farnesio, por lo que
fueron sus medio hermanos Luis I y Fernando VI quienes sucedieron a
su padre en un primer momento. La muerte sin descendencia de estos
llevaría a Carlos a ocupar el trono español.
Carlos sirvió a la política familiar como una pieza en la lucha por
recuperar la influencia española en Italia: heredó inicialmente de su
madre los ducados de Parma y Plasencia en 1731; pero más tarde, al
reconquistar Felipe V el Reino de Nápoles y Sicilia en el curso de la
Guerra de Sucesión de Polonia (1733-1738), pasó a ser rey de aquellos
territorios con el nombre de Carlos VII. Contrajo matrimonio en 1738 con
María Amalia de Sajonia, hija de Federico Augusto II, duque de Sajonia y
de Lituania y rey de Polonia.
3. Durante su reinado en Nápoles y Sicilia (Carlos VII, Carlo VII en italiano, o simplemente Carlo di
Borbone, que es como se le suele llamar allí), intentó reformar y modernizar el reino, unificándolo,
conquistando el afecto de los ciudadanos junto con su esposa María Amalia de Sajonia.
Carlos contrajo matrimonio en 1738 con María Amalia Walburga de Sajonia, de 14 años. Ella era
una princesa alemana de familia rica y fecunda, y su matrimonio tuvo un interés político, sin
embargo fue también bien avenido. Se casaron por poderes en el Palacio de Dresde, en Sajonia, el
9 de mayo de 1738 y la boda se celebró en Nápoles el 9 de junio de ese año.5
Intentó dotar a la capital, Nápoles, del aspecto que debía tener una Corte. Hizo hincapié en mejorar
las edificaciones públicas, como el Hospicio, y trató de adaptar el palacio virreinal de acuerdo con la
moda que imperaba desde la construcción de Versalles. También hizo construir complejos
palaciegos en otros lugares del reino, como el Palacio Real de Caserta, uno de los mayores
palacios reales del mundo. Otra de sus aportaciones fue el Teatro de San Carlos, para las
representaciones de ópera.
Sus años como rey de las Dos Sicilias le dieron una experiencia muy valiosa como rey de España.
Los barones y la Iglesia acaparaban más del 50 % de las tierras, y en el caso de los primeros tenían
además jurisdicción sobre las mismas, por lo que impedían el acceso de sus vasallos a los
tribunales. El rey limitó su influencia política, dejando clara la supremacía de la Corona, pero su
poder económico siguió intacto. El 3 de julio de 1738, en ocasión de su matrimonio, fundó la Insigne
y Real Orden de San Jenaro, de la cual fue su primer gran maestre.6