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1. 1
TEXTOS PARA MEDIR LA
VELOCIDAD LECTORA
Y EL
MODO LECTOR
CURSOS:
1º de Educación Primaria
2º de Educación Primaria
3º de Educación Primaria
4º de Educación Primaria
5º de Educación Primaria
6º de Educación Primaria
Realizado por Antonio Jesús Montes Rodríguez

2. 2
INSTRUCCIONES
1- Seleccionaremos un texto adecuado a la edad de los estudiantes y desconocido por
ellos/as.
2- Para el Primer ciclo, el tamaño de la letra será 16 puntos. Para el Segundo ciclo, 14
puntos. Para el Tercer ciclo, 12 puntos.
3- Se debe de realizar la prueba en un lugar lo más silencioso posible y de manera
individual.
4- La prueba se ha de elaborar en 1 minuto de forma cronometrada. Pasado el minuto,
señalaremos en qué punto se ha quedado leyendo. Dicho número nos marcará la
“Velocidad lectora” en función de la siguiente tabla.
5- Tenemos que atender también al “Modo lector”, en función de la rúbrica que se
adjunta también a continuación.

3. 3
VELOCIDAD LECTORA
NIVEL
Nivel bajo
(Requiere apoyo)
( 1 )
Regular
( 2 )
Adecuado
( 3 )
Bueno
( 4 )
Excelente
( 5 )
1º Menor que 15 De 15 a 34 De 35 a 59 De 60 a 84 Más de 85
2º Menor que 35 De 35 a 59 De 60 a 84 De 85 a 99 Más de 100
3º Menor que 60 De 60 a 84 De 85 a 99 De 100 a 114 Más de 115
4º Menor que 85 De 85 a 99 De 100 a 114 De 115 a 124 Más de 125
5º Menor que 100 De 100 a 114 De 115 a 124 De 125 a 134 Más de 135
6º Menor que 115 De 115 a 124 De 125 a 134 De 135 a 149 Más de 150
MODO LECTOR
Nivel bajo /
Requiere apoyo
(Silábica)
( 1 )
Se acerca al estándar /
Regular
( 2 )
Estándar / Adecuado
(Corriente)
( 3 )
Avanzado /
Excelente
(Expresiva)
( 4 )
En este nivel el
alumno/a es capaz de
leer con dificultades
palabra por palabra.
En pocas ocasiones
puede leer dos o tres
palabras seguidas.
Presenta problemas
muy severos en
cuanto a ritmo,
continuidad y
entonación que
requiere el texto, lo
que implica un
proceso de lectura en
el que se pierde la
estructura sintáctica
del texto.
En este nivel el alumno/a
es capaz de realizar una
lectura de dos o tres
palabras agrupadas, quizás
cuatro como máximo.
Se puede presentar lectura
palabra por palabra.
Presenta problemas para
dar continuidad, ritmo y
entonación al texto, debido
a que el agrupamiento de
palabras no coincide con la
estructura sintáctica del
texto.
Omite signos de puntación
influyendo en el sentido
del mismo.
En este nivel el
alumno/a es capaz de
leer frases completas.
Tiene pocas
dificultades en la
interpretación de los
signos de puntuación
y su ritmo y
continuidad son
normales en general,
respetando la
estructura sintáctica.
La entonación es
apropiada y modula a
requerimiento del
texto aceptablemente.
En este nivel el
alumno/a es capaz
de leer oraciones e
incluso párrafos con
significado.
Los errores de ritmo
o de interpretación
de signos de
puntuación son
irrelevantes o no se
dan, conservando la
estructura sintáctica.
La entonación es
apropiada y modula
a requerimiento del
texto con soltura.

4. 4
1º E.P.
EL MAGO ATRAPADO
En un castillo vivía un mago que lloraba pues no tenía poderes.
Estaba metido en una botella y no podía salir. La botella estaba
guardada con llave, en el ropero de un pasillo. Un día vino un
duende al castillo, llegó con un tornillo poderoso. Tocó la puerta
y… de repente, se vio encima de una camilla, que corría por todas
partes. Cuando iba por un pasillo sintió un llanto, era el llanto
del mago. Sacó el tornillo de su bolsillo y lo mandó a destapar la
botella. El mago salió y lo saludó así:
—Me liberaste duende pillo, te saludo con gusto a ti y a tu
tornillo.

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EL MAGO ATRAPADO
En un castillo vivía un mago que lloraba pues no tenía poderes.
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Estaba metido en una botella y no podía salir. La botella estaba
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guardada con llave, en el ropero de un pasillo. Un día vino un
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duende al castillo, llegó con un tornillo poderoso. Tocó la puerta
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y… de repente, se vio encima de una camilla, que corría por todas
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partes. Cuando iba por un pasillo sintió un llanto, era el llanto
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del mago. Sacó el tornillo de su bolsillo y lo mandó a destapar la
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botella. El mago salió y lo saludó así:
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—Me liberaste duende pillo, te saludo con gusto a ti y a tu
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tornillo.
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1º E.P.
LA CARTA
Hola abuelos:
Os escribo esta carta sentada en un tronco detrás de mi
tienda de campaña. Ahora estamos acampados cerca de
un río. Esta mañana he visto una rana y también
muchas lagartijas. Diego quería coger a la rana, pero se
ha escapado saltando. Papá dice que mañana haremos
una marcha siguiendo el cauce del río, para ver dónde
nace. Seguro que será divertido. Le diré a mamá que haga
unas fotos y os las enseñaremos al volver a casa.
Un beso muy fuerte.
Celia

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LA CARTA
Hola abuelos:
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Os escribo esta carta sentada en un tronco detrás de mi tienda de
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campaña. Ahora estamos acampados cerca de un río. Esta
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mañana he visto una rana y también muchas lagartijas. Diego
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quería coger a la rana, pero se ha escapado saltando. Papá dice
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que mañana haremos una marcha siguiendo el cauce del río,
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para ver dónde nace. Seguro que será divertido. Le diré a mamá
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que haga unas fotos y os las enseñaremos al volver a casa.
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Un beso muy fuerte. Celia
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1º E.P.
UN DÍA EN LA FERIA
Nico ha ido con su padre a la feria y ha regresado muy
contento. Primero se ha montado en los cochecitos
eléctricos. Aunque su padre lo ha acompañado, ha
conducido él. Después han comprado unos boletos en la
tómbola. Les ha tocado un patinete y además le han
regalado un sombrero de papel. Por último, se ha subido él
solo en un caballito del tiovivo. ¡Qué divertido es todo...!
Nico ha regresado a casa montado en el patinete. El
sombrero de papel lo ha traído su padre en la mano.

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UN DÍA EN LA FERIA
Nico ha ido con su padre a la feria y ha regresado muy contento.
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Primero se ha montado en los cochecitos eléctricos. Aunque su
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padre lo ha acompañado, ha conducido él. Después han comprado
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unos boletos en la tómbola. Les ha tocado un patinete y además le
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han regalado un sombrero de papel. Por último, se ha subido él
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solo en un caballito del tiovivo. ¡Qué divertido es todo...! Nico ha
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regresado a casa montado en el patinete. El sombrero de papel lo
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ha traído su padre en la mano.
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2º E.P.
EL PAJARITO DE NIEVE
El niño hizo un pajarito con un poco de nieve que había
en la ventana. Le puso un pico y dos patitas y dos alas y
una colita muy pequeña. Quedó hecho una preciosidad. La
mamá llamó al niño, y el niño dejó a su pajarito junto a
la estufa para que no se enfriase, porque hacía mucho frío
y estaba nieva que te nevarás. Y cuando volvió a su
cuarto de jugar ¿sabéis lo que encontró? Pues un charquito
de agua, porque el pajarito estaba hecho de nieve y la
nieve se había derretido con el calor. Y así se acaba el
cuento del pajarito de nieve.

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EL PAJARITO DE NIEVE
El niño hizo un pajarito con un poco de nieve que había en la
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ventana. Le puso un pico y dos patitas y dos alas y una colita
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muy pequeña. Quedó hecho una preciosidad. La mamá llamó al
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niño, y el niño dejó a su pajarito junto a la estufa para que no se
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enfriase, porque hacía mucho frío y estaba nieva que te nevarás.
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Y cuando volvió a su cuarto de jugar ¿sabéis lo que encontró?
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Pues un charquito de agua, porque el pajarito estaba hecho de
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nieve y la nieve se había derretido con el calor. Y así se acaba el
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cuento del pajarito de nieve.
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2º E.P.
LA GALLINA HILDA
Hilda era una gallina pequeña, roja y moteada. Vivía en
la granja Benítez, en un pueblo llamado Villachica. Hilda
estaba muy excitada. Su tía acababa de tener cinco
pollitos, e Hilda estaba deseando verlos. El problema era
que su tía vivía en Villagrande y eso estaba a ocho
kilómetros. ¿Cómo iba Hilda a llegar hasta allí? Estaba
demasiado lejos para ir andando. Se sentó en su lugar
preferido, debajo del seto y se puso a pensar. De repente
Hilda levantó la cabeza. ¡Claro! Tendría que encontrar un
vehículo. Se abrió paso a través del seto y salió corriendo
de la granja. No podía ver muy bien pero aquello parecía
estar lleno de paquetes rotos, latas vacías, cenizas. Olía
muy mal.

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LA GALLINA HILDA
Hilda era una gallina pequeña, roja y moteada. Vivía en la
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granja Benítez, en un pueblo llamado Villachica. Hilda estaba
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muy excitada. Su tía acababa de tener cinco pollitos, e Hilda
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estaba deseando verlos. El problema era que su tía vivía en
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Villagrande y eso estaba a ocho kilómetros. ¿Cómo iba Hilda a
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llegar hasta allí? Estaba demasiado lejos para ir andando. Se
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sentó en su lugar preferido, debajo del seto y se puso a pensar. De
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repente Hilda levantó la cabeza. ¡Claro! Tendría que encontrar un
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vehículo. Se abrió paso a través del seto y salió corriendo de la
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granja. No podía ver muy bien pero aquello parecía estar lleno de
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paquetes rotos, latas vacías, cenizas. Olía muy mal.
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2º E.P.
EL LEÓN Y EL RATÓN
Había una vez un ratoncillo que cayó prisionero en las
garras de un león, al que estaba molestando mientras
intentaba descansar. Ya iba a comérselo cuando el ratón,
llorando, le suplicó perdón: ―¡Por favor, no me comas! Si
me dejas libre, quizá algún día yo pueda ayudarte, si tú
me necesitas. Además, yo soy una pieza insignificante
para alguien tan poderoso como tú. Al león le hizo gracia
la petición del ratón y con tono orgulloso dijo:
―Está bien, te perdono. El ratón le dio las gracias y salió
corriendo lo más deprisa que pudo, antes de que el león
pudiese arrepentirse de haberle liberado. Poco tiempo
después, el león mientras cazaba tropezó con una red
oculta en la maleza. La habían tendido los cazadores, y
allí quedó preso. Afortunadamente, el ratoncillo libre lo
escuchó y llegó corriendo. Comenzó a roer la cuerda con
sus dientecillos, y al final el león quedó liberado.

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EL LEÓN Y EL RATÓN
Había una vez un ratoncillo que cayó prisionero en las garras de
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un león, al que estaba molestando mientras intentaba descansar.
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Ya iba a comérselo cuando el ratón, llorando, le suplicó perdón:
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―¡Por favor, no me comas! Si me dejas libre, quizá algún día yo
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pueda ayudarte, si tú me necesitas. Además, yo soy una pieza
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insignificante para alguien tan poderoso como tú. Al león le hizo
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gracia la petición del ratón y con tono orgulloso dijo:
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―Está bien, te perdono. El ratón le dio las gracias y salió
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corriendo lo más deprisa que pudo, antes de que el león pudiese
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arrepentirse de haberle liberado. Poco tiempo después, el león
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mientras cazaba tropezó con una red oculta en la maleza. La
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habían tendido los cazadores, y allí quedó preso.
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Afortunadamente, el ratoncillo libre lo escuchó y llegó corriendo.
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Comenzó a roer la cuerda con sus dientecillos, y al final el león
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quedó liberado.
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