Kusko nació en abril de 2011 como uno de 10 cachorros. Era el más hermoso con ojos grandes negros, nariz chata y pelo largo. Después de un mes podía ver y era muy juguetón, aunque a veces lastimaba a sus hermanos al jugar. Juan y Jesika lo eligieron para hacerles compañía y lo llevaron al veterinario para vacunas y artículos de cuidado personal como una cama y champú, con el consejo de bañarlo cada 15 días.