Bajo la pantalla de fomento del libre comercio, el mundo que promueve el TTIP es un mundo con escasos derechos laborales, con alimentación industrial donde el uso de hormonas y productos genéticamente modificados son cotidianos (como es en EEUU), donde los derechos medioambientales son sacrificados ante el ansia de ganancia de las grandes multinacionales. Las siguientes preguntas básicas nos permitirán conocer mejor ese mundo TTIP.
Red de Fraude de Markus Schad Müller en Fondos de Inversión.pdf
Algunas preguntas que quizá te has hecho sobre el TTIP
1. Algunas preguntas que quizá te has hecho sobre el TTIP
El Salmon Contracorriente. 2 de abril de 2015
David García* CAMPAÑA NOALTTIP
Bajo la pantalla de fomento del libre comercio, el mundo que
promueve el TTIP es un mundo con escasos derechos
laborales, con alimentación industrial donde el uso de
hormonas y productos genéticamente modificados son
cotidianos (como es en EEUU), donde los derechos
medioambientales son sacrificados ante el ansia de ganancia
de las grandes multinacionales. Las siguientes preguntas
básicas nos permitirán conocer mejor ese mundo TTIP.
Qué es el acuerdo y qué entraña la "armonización" de las
regulaciones y criterios
El denominado acuerdo de Libre Comercio e Inversión es un acuerdo
de amplísimo alcance que se está negociando entre la UE y los EEUU.
Afecta al libre comercio, cierto, pero en muy escasa medida. Su
verdadero objetivo está en lo que en la jerga se llama "barreras no
tarifarias" o lo que es lo mismo en las normas que regulan el
conjunto de nuestra vida en común. Aquí entra toda la regulación
existente: las normas de protección al consumidor, la normativa
laboral, la ambiental, etc.
Dicho de otro modo, el libre comercio sirve de pantalla para poner en
marcha un cambio radical del modo en que organizamos nuestra
sociedad. Pese al nombre del acuerdo, el TTIP no trata más que
apenas de libre comercio. El TTIP busca reorganizar nuestra
sociedad en torno al interés de las compañías transnacionales.
Este cambio no puede ser llevado a cabo por medios democráticos y
2. transparentes. Es por ello que se utilizan instrumentos a modo de
intermediario para alcanzar lo que el pueblo en pleno conocimiento
jamás aceptaría.
Una de estas medidas es la pretendida armonización. Por medio de
este mecanismo y en aras del libre comercio, se persigue ir acabando
con toda regulación contraria al interés pecuniario de las grandes
corporaciones. La traducción práctica de esta armonización es
la rebaja de los estándares y medidas que protegen a los
ciudadanos y ciudadanas. Normalmente se rebajan los europeos
por ser más elevados, pero también los estadounidenses cuando
estos son más altos.
Pero lo malo de este TTIP, es que todavía hay mucho más...
Quién lo está negociando, cuándo y cómo
Lo negocia la Comisión, que recibió el encargo del Parlamento
Europeo y del Consejo Europeo. El jefe del grupo negociador es un
funcionario español, Ignacio García Bercero. Por parte de los EEUU el
grupo negociador depende directamente de la Casa Blanca, siendo su
máximo responsable L. Daniel Mullaney.
Las negociaciones se lanzan oficialmente en julio de 2013 pero las
discusiones empezaron unos 15 años antes. En 1998 se creó el TABD
(Trasatlantic Business Dialogue) y en 2007 fue creado el Consejo
Económico Transatlántico (CET) compuesto por altos funcionarios
estadounidenses y europeos. La TABD (es decir la patronal
transatlántica) estuvo desde el comienzo implicado en estas
discusiones entre administraciones todavía informales. En 2011 se
crea otra estructura el Grupo de Trabajo de Alto Nivel sobre las
Negociaciones Transatlánticas, donde son frecuentemente invitados la
TABD, pero también el Businnes Europe y la Cámara de Comercio de
los EEUU. Desde el principio entonces este proyecto ha sido
pilotado por las multinacionales que han tenido muchos años para
ir afinando su estrategia.
¿Por qué ahora, entonces? Parece que Obama tiene un especial
interés en el TTIP, como también en el TPP (Acuerdo Transpacífico).
Su objetivo estaba en tenerlo todo firmado antes del final de este año
2015, para cuando abandone la presidencia. Por supuesto la parte
europea también está a favor, pero las prisas vienen de la parte
norteamericana que por otro lado ya estaba negociando el
TPP con países del arco Pacífico. Este es un aspecto que no debe
olvidarse, pues a mi entender la parte norteamericana comprender
mejor que la europea que el TTIP va mucho más allá del comercio y
del orden neoliberal de la sociedad.
3. Las negociaciones fueron secretas la mayor parte del tiempo.
El nivel de secretismo llegaba al paroxismo, pues ni las mismas
personas que serán las encargadas de aprobarlo podían saber qué se
negociaba. Para un acuerdo tan maravilloso como dicen que es el
TTIP.... Una de dos: o la Comisión pretendía darnos a los ciudadanos
europeos la mayor sorpresa de nuestra vida con un regalo estupendo,
o en realidad estaban negociando algo tan tremendo que tenía que
estar bajo siete llaves. Descubriendo poco a poco lo que estaban
planeando, va a ser que la segunda posibilidad es la correcta.
Argumentos en contra y a favor del TTIP en Europa
Me imagino que querrás la respuesta desde la perspectiva de la
ciudadanía, aunque sería interesante darte la respuesta desde „el
otro bando“.
La primera parte de la pregunta es fácil de responder: Ninguna. Cero.
Nada. Alguien dirá que la respuesta es demasiado fácil y que algo
bueno tendrá. Sin embargo no hay nada que tenga ni un atisbo de
ser positivo. Veámoslo desde más cerca desde la perspectiva de
algunos sectores:
Para la agricultura y ganadería europea el TTIP llevará
inexorablemente a la desaparición de los pequeños productores. Es
literalmente imposible competir con la agricultura estadounidense y
menos aún con la ganadería. Sin ninguna limitación, la producción
industrial norteamericana sencillamente aniquilará la pequeña
producción, pues esta última es mucho más competitiva. Esta
competitividad se gana con el empleo de hormonas, plantas
genéticamente modificadas, escasos controles sanitarios, legislación
laboral que permite hasta el trabajo infantil y subvenciones masivas
para los insumos energéticos. El ejemplo de México debiera
servirnos de aviso a navegantes. El Nafta literalmente destrozó el
campo mexicano. El país que inventó el maiz, con sus cultura basada
en este planta y con cientos de variedades, sencillamente tiene que
importar maíz. Otro ejemplo es Haití, donde la apertura del país al
arroz norteamericano ha destrozado la producción autóctona. No
olvidemos que Monsanto y Cargill están entre las más fervientes
defensoras del tratado.
Para el consumidor, si consideramos la protección al consumidor es
un valor a defender, este pierde claramente. El principio de
prudencia se abandonará por una aproximación cientifista (que
promueve que son los consumidores quienes tienen que demostrar si
algo es dañino y no la industria que es inocuo). Por aquí entrarán los
4. OGM, la carne hormonada, el pollo clorado. Incluso si Europa lo
prohibiera, tendría que aceptar los productos
estadounidenses, pues se planea hacer obligatorio el aceptar los
productos autorizados por la contraparte. Esto ha de hacerse “sin
discriminación“, es decir no se puede exigir ni siquiera el etiquetaje
que permita al consumidor rechazar lo que no desea. Incluso indicar
el origen se considera discriminación. Y ya sabemos que el 70% de
los productos estadounidenses son genéticamente modificados, pues
nadie ha demostrado hasta hoy “científicamente“ que estos productos
sean dañinos. Los claros indicios de que esto es así no son aceptados,
como también es el caso de la carne hormonada, que fue declarada
segura por la OMC. La libertad de elección del consumidor basada en
el conocimiento es discriminación. Sólo la libertad de las
multinacionales cuenta. Además las denominaciones de origen
desaparecerán, con lo cual crear nichos de calidad será mucho más
difícil, pues la identificación de éstos será mucho más complicada
Para los trabajadores y trabajadoras, los Estados Unidos se
negaron a ratificar muchos de los convenios de la Organización
Internacional del Trabajo sobre normas laborales básicas como la
negociación colectiva, la libertad de asociación y el derecho a
organizarse. ¿Es que cree la Comisión que ahora de golpe EEUU va a
aceptar todo esto? Esto no se producirá, y probablemente serán
nuestros estándares los que se "flexibilicen".
Pero de nuevo el ejemplo del NAFTA con México y Canadá nos
muestra qué ocurrirá. En los EEUU unas 682.000 o según otras
fuentes hasta 1.000.000 de personas perdieron su empleo. El que se
generó después es de mucha peor calidad. La pobreza en México por
otra parte apenas se ha reducido y desde luego mucho menos que en
países de su entorno. Europa perderá empleos porque la fuerza
laboral es más cara que EEUU, con más protecciones y por tanto
menos competitiva.
Incluso la “mano pública“ y los Estados como tales pierden con el
TTIP. Pero para hablar de esto tendríamos que analizar el TTIP desde
otra perspectiva.
¿Quién gana? Pues es fácil, las grandes corporaciones.
*David García es miembro de la red andaluza y de la campaña estatal
NoalTTIP
David García* Campaña NOalTTIP