El documento resume las discusiones y propuestas que se abordarán en el VI Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC)-Vía Campesina en Buenos Aires del 10 al 17 de abril. Más de 800 delegados de 18 países debatirán sobre la construcción de la soberanía alimentaria a través de reformas agrarias populares e integrales que permitan producir alimentos de manera sustentable. También abordarán la necesidad de limitar el tamaño de la propiedad de la tierra y prohibir su venta a ext
Carta de Sabrina Shorff enviada al juez Kevin Castel
Una Vía Campesina hacia el Buen Vivir
1. Una Vía Campesina hacia el Buen Vivir
Biodiversidad en América Latina y el Caribe, 8 abril 2015
Del 10 al 17 de abril, Buenos Aires volverá a respirar aires de debate,
propuestas y planes de acción. Tendrá lugar en la ciudad el VI
Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del
Campo (CLOC)-Vía Campesina, con la participación de más de 800
delegados, representando a un centenar de organizaciones de 18
países de América Latina y el Caribe junto a la V Asamblea
Continental de Mujeres y la IV Asamblea de la Juventud del sector.
El debate, esta vez, no se moverá alrededor de ideas como las de
emancipación o igualdad sino que hincará sus dientes en la disputa
con los agronegocios y buscará la construcción de una hoja de ruta
que permita alcanzar “la Soberanía Alimentaria sustentada en la
concreción de Reformas Agrarias Integrales y Populares, para
producir los alimentos que nuestros pueblos requieren y que la
humanidad necesita para garantizar su desarrollo por las tierras, los
territorios y las semillas campesinas e indígenas, generadas en una
relación de amor con la naturaleza, con la Madre Tierra, que nos
indica los caminos para el Buen Vivir”, según expresa la convocatoria.
A los bifes. Los miembros de la Coordinadora Latinoamericana no
andan por las ramas. Han desarrollado el repertorio de políticas
públicas que consideran imprescindibles para fortalecer la agricultura
campesina e indígena y lograr la soberanía alimentaria. Al tope de las
mismas, instalan una Reforma Agraria “popular e integral”, con
distribución de tierras y fortalecimiento del sector productivo; límites
al tamaño de la propiedad; prohibición de la venta de tierras para
extranjeros y expropiación de explotaciones con trabajo esclavo.
Reclaman además una política de acopios que permitan la regulación,
a través de compras estatales de la producción en período de zafra-
cosecha, depósito y posterior colocación en el mercado en el período
2. entre cosechas; precios mínimos, que garanticen la cobertura de los
costos de producción y un margen de renta para las familias
campesinas y limite los precios pagados por los trabajadores urbanos
y créditos subsidiados para la producción de alimentos, que permita a
las familias campesinas la producción de alimentos con obtención de
renta y colocación en el mercado a precios accesibles para los
trabajadores urbanos, además de compras estatales de esos
productos, con destino a los programas de alimentación escolar,
hospitales, asilos y al sistema previsional.
La lista de medidas, legislaciones, estímulos, recomendaciones y
exigencias es tan larga como un verdadero plan de gobierno para el
sector, destinado a hacerlo sustentable y a contribuir al desarrollo de
la soberanía alimentaria, contrario al modelo de los agronegocios,
considerado socialmente injusto, económicamente inviable, no
sustentable para el medio ambiente y su biodiversidad y con una
producción mercantil de alimentos con graves consecuencias para la
salud de la población.
El concepto de Soberanía Alimentaria, desarrollado por la CLOC-Vía
Campesina parte del principio de que los alimentos “no pueden ser
una mercancía”, ya que la alimentación es un derecho de
supervivencia de la humanidad y, por lo tanto, en todos los lugares
del mundo cada pueblo “tiene el derecho y el deber de producir sus
propios alimentos”.
Agricultura Familiar. El 2014 fue declarado Año Internacional de la
Agricultura Familiar (AIAF) por parte de la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con la
intención de visibilizar la agricultura familiar de los pequeños
productores, “enfocado en la importancia de los mismos para la
erradicación del hambre y la pobreza, destacando su capacidad de
proveer alimentos, gestionar los recursos naturales y proteger el
ambiente para el desarrollo sustentable puntualmente en las zonas
rurales”.
Esa intención dio marco a avances que se dieron en algunos países
de la región en relación a la creación de espacios institucionales o al
desarrollo de legislaciones, como las producidas en la Argentina con
la sanción de la Ley de la Agricultura Familiar a fines de 2014 o la
creación de la Secretaría respectiva, en el seno del Ministerio de
Agricultura, Ganadería y Pesca, acciones que constituyen para los
referentes agrarios “un avance institucional” y la posibilidad de que
“el agricultor pueda sentarse, debatir y consensuar” políticas, con “la
intervención del Estado en beneficio de los pequeños productores y
los consumidores”. Evo Morales, presidente del Estado Plurinacional
de Bolivia, es uno de los líderes mundiales que articulan los
conceptos de “vivir bien”, soberanía alimentaria y cambio climático y
expresa la necesidad de promover transformaciones profundas. Llevó
3. sus propuestas y mostró las acciones desarrolladas en su país ante la
Conferencia Climática de Copenhague de diciembre de 2009, desde
donde reclamó ese “vivir bien”, con solidaridad, complementariedad y
reciprocidad, como antítesis del “vivir mejor” capitalista que, a su
juicio, lleva implícito el “explotar seres humanos”, “agotar recursos
naturales”, “siempre a costa de otro” y “de la destrucción del
ambiente”, con “egoísmo e individualismo”,
El presidente de Bolivia pidió que “no cambiemos el clima,
¡cambiemos el sistema!” apuntó al corazón del problema y, en
simultáneo, abrió espacio para una agenda compleja y abarcativa,
con muchos actores opuestos a su desarrollo. Esa visión, además de
desnudar la responsabilidad negativa del cambio climático sobre la
vida en la Tierra, avanza hacia el origen del mismo, concluyendo que
es el propio modelo de desarrollo el que impulsa los eventos que
generan los desastres socionaturales que sufren a diario los pueblos
de la región, con inundaciones, sequías, incendios forestales que
jamás son “naturales”.
Los organizadores de la Coordinadora Latinoamericana de
Organizaciones del Campo, que se reunirá desde el próximo 10 en
Buenos Aires, consideran que la CLOC expresa el ideario y las luchas
organizadas de millones de campesinos y campesinas de América
latina y el Caribe, muchas de ellas impregnadas de los legados de los
pueblos originarios, de los trabajadores de la ciudad, de los
pescadores, las batallas juveniles y las luchas estudiantiles y de las
resistencias de los pueblos indo-afro-americanos, que rechazan los
“sistemas productivos de monocultivos, el uso intensivo de tecnología
y de agrotóxicos, que destruyen nuestra biodiversidad y acaban con
la vida y la salud del pueblo”.
Buenos Aires, entonces, será escenario del diseño de esa Vía
Campesina.
Carlos A. Villalba. Miradas al Sur
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05 de Abril de 2015
Hablan los organizadores del congreso
Campesinos, una batalla cultural, política y económica
Hernán Viudes. Miradas al Sur
Que más de mil delegadas/os de toda América latina y el Caribe, con
representantes de África, Asia y Europa del Comité de Coordinación
Internacional de la Vía Campesina (CCI) se reúnan a discutir sobre el
destino de los campesinos, es un hecho político indiscutible en sí
4. mismo. Más aún que el encuentro sea en el marco del “VI Congreso
de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo-Vía
Campesina (CLOC-VC), bajo el lema: “Contra el Capitalismo, por la
soberanía de nuestros pueblos. ¡América Unida Sigue en Lucha!”. Y si
a todo ello se le agrega que el encuentro se realiza en Buenos Aires,
ya es inédito. “El Congreso lo convocamos cada cuatro años para
acrecentar, renovar y acumular en función del Sujeto Popular de una
economía que llamamos Popular y Solidaria, como ruptura de los
parámetros mercantilistas con sus ganancias injustas”, según
describe Ángel Strapazzón, referente de los Movimientos Campesinos
de Santiago de Estero (Mocase) y del Nacional Campesino Indígena
(MNCI). “Un Congreso que es memoria y desafío, ya que la CLOC-VC
ha ofrecido cuadros y militantes a los procesos de cambios, tanto en
los Estados como en muchos de los Gobiernos de América Latina”.
Esta Coordinadora Latinoamericana nació luchando al enfrentar una
concepción cultural que era hegemónica y reivindicaba la conquista
de América. Continuó durante los años ’90 con la resistencia al
neoliberalismo. “En la actualidad –cuenta Diego Montón, integrante
mendocino del MNCI y de la Secretaría de la CLOC–, las/os
campesinas/os estamos expuestos a violaciones sistémicas de
nuestros derechos. El capital financiero, de la mano de empresas
transnacionales, desató una gran ofensiva para subordinar los bienes
naturales, la tierra y la agricultura, a los intereses de la banca
internacional, destruyendo mercados locales, desalojando
campesinos, desmontando millones de hectáreas de bosques,
provocando desplazados y desatando la mayor crisis alimentaria de la
historia de la humanidad. La mercantilización de los alimentos y la
concentración del sector agroalimentario permiten a los grupos
corporativos manipular los precios y regular el abastecimiento de
alimentos en los mercados, ocasionando, en muchos casos, que esos
intereses condicionen y presionen a los gobiernos y lesionen las
democracias”.
Frente a esta situación, la organización política avanza dando una
batalla cultural y política. Para Deolinda Carrizo, también integrante
del Mocase y de la Secretaría de la CLOC, “es en esta última década
que se va despertando la conciencia y la lucha en las poblaciones
urbanas, por la tierra, el agua y el ambiente. Durante décadas
habíamos luchado casi en soledad por los alimentos y la naturaleza.
Hoy, varios de nuestros movimientos están integrados por
organizaciones y movimientos urbanos, y desde las urbes se toma la
Soberanía Alimentaria como paradigma de vida. Estamos integrando
sindicatos heterogéneos de la economía social y solidaria”.
Las organizaciones campesinas resistieron la globalización neoliberal
con acciones de masas, pacíficas pero contundentes, frenando
desalojos y realizando ocupaciones de tierras improductivas.
“Siempre abiertos al diálogo para la construcción de alternativas,
5. pero con la claridad de que la tierra no se negocia”. Se opusieron a
quienes pretendieron responsabilizar del hambre al “atraso
tecnológico y la escala de producción de los campesinos, y
anunciaron “el fin del campesinado” como complemento del “fin de la
historia”. La propuesta del capital para la agricultura fue la revolución
verde en su versión transgénica”. Diego Montón explica cómo van a
encarar la discusión que se viene: “El derecho a la tierra, por
ejemplo, puede ser un aspecto determinante para el desarrollo de la
vida y de muchos otros derechos. Así, una campesina, quien se siente
parte/hija de la tierra y la naturaleza, al ser despojada de la misma
pierde parte de su ser, además de su lugar de estar, queda con su
identidad herida. Tanto las observaciones generales de los Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (DESC), como las recientes
Directrices Voluntarias de la Tierra que aprobó la FAO, van en ese
sentido. Sin embargo, al ser sólo orientaciones, los Estados no están
obligados a cumplirlas. El Poder Judicial, generalmente relacionado
con el poder económico, desconoce todos esos instrumentos”.
Hoy, con más de tres años de discusión en el Consejo de Derechos
Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, en la CLOC
“militan una Declaración de los Derechos de los Campesinos y otras
personas que trabajan en el medio rural, una Convención
Internacional de los Derechos Campesinos para jerarquizar los
derechos existentes y consolidar los nuevos. El derecho a la tierra, la
función social de la tierra y la necesidad de reformas agrarias como
obligaciones de los Estados, así como la definición del sujeto de la
declaración y la necesidad de garantizar la vida digna en el campo, en
servicios, salud, educación. Esta Declaración será un momento
histórico de América latina.”
Y todo ello en el VI Congreso de la CLOC-VC en Buenos Aires, como
un reconocimiento al MNCI por haber logrado romper con el mito de
que Argentina era una excepción en América latina, porque
supuestamente no existen campesinos. Es así que Strapazzón
destaca que esta designación “honra al MNCI. Imaginen los grandes
movimientos Latinoamericanos de Centroamérica y El Caribe
dándonos este mandato”.
Programa de actividades
VI Congreso Continental CLOC-VC, del 10 al 17 de abril en CeReNa,
Ezeiza, Buenos Aires. “Contra el Capitalismo. Por la Soberanía de
Nuestros Pueblos. América Unida sigue en lucha.”
10 de abril. IV Asamblea de la Juventud Rural. Apertura y
bienvenida.
Panel: Luchas, resistencias y propuestas de la juventud rural en
América latina.
6. Presentación de la realidad por regiones del continente. Mesas de
exposición sobre ejes transversales.
11 de abril. Plenario devolución de ejes transversales de la juventud
rural y de la ciudad. Lectura de la declaración final.
12 de abril. V Asamblea de las Mujeres del Campo. Acto de
inauguración.
Panel: Análisis de coyuntura - Contexto político general. Presentación
Subregiones.
Panel: Capitalismo patriarcal y la opresión de las mujeres.
Mística Campaña de Violencia Hacia las Mujeres. Campaña “Basta de
Violencia hacia las Mujeres en el Campo”.
13 de abril. Panel: Feminismo campesino y popular. Declaración
final de la Asamblea de Mujeres.
14 de abril. VI Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de
Organizaciones del Campo (CLOC)-Vía Campesina. Acto de apertura.
Panel: CLOC 20 años. Debate de la situación de la CLOC-VC.
Coyuntura política y agraria: Ofensiva del Imperio en América latina.
15 de abril. Panel: Agricultura campesina e indígena. Intervención
del I Congresito. Trabajos en comisiones temáticas: Minería,
asalariados, migrantes, soberanía alimentaria.
16 de abril. Panel: Socialismo y feminismo comunitario. Desafíos y
lineamientos del movimiento continental.
17 de abril. Día internacional de la lucha campesina. Movilización
callejera.
Es necesaria acreditación previa en mnci.vc.prensa@gmail.com o
clocomunicación@gmail.com.
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05 de Abril de 2015
La región tiene 7 millones de pobladores rurales desplazados
Con amigos y enemigos precisos
Agronegocios, hidronegocios y gran minería figuran en la agenda de
las organizaciones campesinas que discutirán en Buenos Aires a partir
del 8 de abril.
Semanas antes del comienzo del VI Congreso se reunió en Buenos
Aires la Comisión Política de la CLOC-VC. Al término del encuentro
preparatorio, Marina Dos Santos, miembro de la Coordinación
Nacional del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST)
de Brasil, aseguró que “los campesinos latinoamericanos y caribeños
vivimos un momento muy parecido en todos los países, en la
resistencia al modelo del agronegocio y las transnacionales, por la
7. soberanía alimentaria, lucha que debe interesar a la sociedad en su
conjunto”.
Explicó que “de un lado, están los agronegocios, los hidronegocios y
la gran minería, que disputan el control de los bienes naturales para
incrementar aún más sus ganancias”. Y del otro, “los campesinos,
indígenas, afrodescendientes, trabajadores rurales, pescadores y
todos los trabajadores del campo, con el desafío de resistir este
modelo del agronegocio y las trasnacionales”. Dejó en claro que éste
será uno de los temas centrales del Congreso que se realiza en la
capital argentina.
Del 10 al 13 de abril, sesionarán las asambleas de jóvenes y de
mujeres del movimiento, y entre el 14 y el 17 se realizará el
Congreso continental. Diego Montón, secretario operativo de la CLOC-
VC, adelantó que el 17 de abril, Día Internacional de la Lucha
Campesina, “vamos a hacer una movilización para sacar al Congreso
de la CLOC a las calles de la ciudad de Buenos Aires”.
Consideró que junto a la confrontación con el modelo de
agronegocios, existen desafíos como la integración latinoamericana,
la agroecología como componente de la producción campesina y la
actualización de la reforma agraria, “no sólo la tierra para el que la
trabaja sino también la vuelta al campo”.
Por su parte, Eberto Díaz Montes, presidente de Fensuagro de
Colombia, señaló que el agronegocio en sus diversas variantes (como
la soja y el eucaliptus transgénicos) expulsa población rural hacia las
ciudades y se refirió a la situación en su país, con secuelas del
conflicto armado y el paramilitarismo. Enfatizó que “hay cerca de
siete millones de pobladores rurales que han sido desplazados y diez
millones de hectáreas expropiadas, en lo que algunos llaman el
mayor proceso de contrarreforma agraria de América latina, ya que
se les quitaron tierras a pequeños productores para engrosar la
propiedad de grandes terratenientes”.
Montón consideró que la realización del encuentro en la Argentina
“viene a coronar una etapa de mayor visibilidad de un sujeto que
estaba invisibilizado y sin voz”, con logros como el “espacio
institucional en el Ministerio de Agricultura (con la constitución de la
Secretaría de Agricultura Familiar, a cargo de Emilio Pérsico), una ley
de la Agricultura Familiar y un Consejo de la Agricultura Familiar
Campesino-Indígena”. Sobre el particular, destacó “el compromiso”
de la Jefatura de Gabinete de la Presidencia de la Nación, que
aseguró un presupuesto de 1.500 millones de pesos para el año en
curso.
A su turno, Marina dos Santos apuntó como importante la relación de
la CLOC con gobiernos como los de Venezuela y Bolivia, “que tienen
una posición en defensa de los territorios campesinos y de la
8. soberanía alimentaria”. La dirigente del MST también consignó el
“diálogo” que llevan a cabo en otros países con “gobiernos más
democráticos que los del pasado pero que no hacen propia la agenda
del campesinado, como en el caso de Brasil, donde el 1% de los
propietarios tienen el 46% de las tierras productivas”.
Fuente: Miradas al Sur