1. Observatori del Deute en la Globalització/
LA DÉCADA PRODIGIOSA
Durante 13 años, Repsol se enriqueció externalizando beneficios y
pasivos ambientales
MARC GAVALDÀ.1 19 de abril de 2012
Artículo publicado en el número 173 del Periódico Diagonal que se puede encontrar en:
http://www.diagonalperiodico.net/
Rebosarán los periódicos con abultadas cifras de las inversiones que Repsol arriesgó en
Argentina, pero escasean los análisis sobre los impactos sociales y ambientales. Fueron
generados por una compañía que vampirizó la economía argentina con, hasta hace pocos días,
estrecha complicidad de sus autoridades. Intentamos repasarlos.
Antecedentes YPFianos
“YPF es la única empresa petrolera del mundo que produce pérdidas”. Bajo este argumento,
repetido una y otra vez, por el gobierno de Carlos Saúl Menem – implicado en corrupción y
tráfico de armas, entre otros – se crearon las condiciones para desprenderse de una compañía
que destinaba sus beneficios a sostener la renta nacional y ampliar reservas para el país. En el
lustro previo a su privatización, YPF invirtió sus activos en la compra de paquetes accionarios
de YPFB (Bolivia), Mexpetrol (Argentina), Bitech Petroleum Corporation (Rusia), varias
participaciones en Estados Unidos, así como dos petroquímicas en Bahía Blanca y una refinería
en Brasil. Por otro lado, se vendieron las áreas secundarias y menos rentables, expulsando a
miles de trabajadores, para sanear la empresa y hacerla más atractiva a la privatización.
De este modo, Yacimientos Petrolíferos Fiscales tenía en 1998 unas reservas probadas de
2.681 millones de barriles equivalentes de petróleo, que representaban el 44% de las reservas
de petróleo y el 33% de gas de Argentina. Además tenía yacimientos en Estados Unidos,
Venezuela, Perú, Guayana, Ecuador, Indonesia y participaba en el consorcio que privatizó en
1995 la mitad de los yacimientos públicos bolivianos.
El desembarco
En abril de 1999, Repsol lanzó una OPA a YPF en la bolsa de Nueva York por el monto de
15.000 millones de dólares, en un momento en que el barril estaba a 15 dólares (hoy cuesta
120). En la tasación, la consultora Merryl Linch redujo deliberadamente un 30% su estimación
de las reservas explotables con el objetivo de subestimar el valor de la empresa antes de la
venta.
En la transacción se entregaron ilegalmente las acciones que los trabajadores de YPF tenían en
su empresa, hecho que motivó un juicio histórico impulsado por los miles de familias afectadas
que esperan todavía cobrar aquello que era suyo.
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Marc Gavaldà es Ambientólogo y autor de numerosos libros, entre los que destacamos Las manchas del petróleo
boliviano (1999), La recolonización (2003), Viaje a Repsolandia (2006), RepsolYPF: un discurs socialment
irresponsable (2007), Patagonia Petrolera y El desierto permanente (2008). También ha hecho documentales como
Vivir sobre el Pozo (2002), Tentayapi (2005) y Patagonia Petrolera (2008). Algunos de sus artículos sobre REPSOL se
pueden leer en: http://www.rebelion.org/mostrar.php?tipo=5&id=Marc%20Gavald%E0&inicio=0
www.odg.cat 1
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Por otro lado, economistas han denunciado, analizando la Balanza de Pagos de 1999 –
elaborada por la Dirección de Cuentas Internacionales- que el dinero ofertado “no ingresó – al
menos en dicha magnitud- al país”.
En los primeros meses, Repsol se dedicó a transferir la propiedad de las áreas de Perú,
Ecuador y Venezuela a Repsol de España, con perjuicio para Argentina porque los impuestos
generados pasaron a transferirse a España y no a Argentina que fue la que invirtió en los
proyectos. También en Argentina, Repsol vendió diferentes concesiones a empresas como
ENAP (Chile) y British Petroleum, generando dinero en metálico por el trabajo anterior
realizado por YPF.
El desempleo
Aunque Repsol presume de haber aumentado la plantilla hasta más de 13.000 empleados, sólo
en Mosconi y Cutral Co, los despidos motivados por la privatización sumaban más de 10.000.
De hecho, el movimiento piquetero nació en los pueblos petroleros desvalijados. Históricas son
las reprimendas que sufrieron las familias que se apostaron en las rutas para exigir recuperar
su trabajo. En la Patagonia, la toma de la refinería de YPF en Cutral Co fue reprimida con
consecuencias mortales. También los pueblos de Mosconi y Tartagal, en la provincia de Salta,
varios cortes de ruta frente a las puertas de la planta Repsol en 2000 y 2001, fueron
reprimidos por el ejército causando al menos cinco muertos, entre ellos Aníbal Verón y Carlos
Santillán, que darían nombre a grupos piqueteros nacidos meses después al calor de la
revuelta provocada por el Corralito.
También poblaciones portuarias de Santa Cruz, como Las Heras y Caleta Olivia sufrieron la
represión y encarcelamiento de trabajadores petroleros que se movilizaron en 2004 por
recuperar sus puestos de trabajo.
La contaminación
La guinda del pastel argentino fue sin duda el mega-yacimiento de Loma de la Lata, que en el
momento de su adquisición aportaba la mitad de la producción de petróleo argentino y el 60%
de gas. En 2001, 17 años antes de expirar la concesión, consiguió arrancar una prórroga hasta
el año 2.027.
Según fuentes de la Secretaria de Energía de la Provincia de Neuquén, “esta fue una situación
totalmente irregular, a puerta cerrada, evitando la obligatoria evaluación económica y de
reservas”.
En el interior del yacimiento, las comunidades mapuches Paynemil y Kachipayiñ, acorraladas y
contaminadas por el entramado de cientos de pozos, elevaron una denuncia civil de 445
millones de dólares, exigiendo la reparación a la salud y a la cultura. En sus tejidos, acumulan
entre 17 y 30 metales pesados diferentes, con niveles exagerados de mercurio, cadmio y
plomo fruto de la condensación de gasolina en las napas freáticas de agua. Algo parecido
ocurre en la vecina localidad de Añelo, cuyos pobladores denuncian desde hace años la
presencia de metales en el agua de la red. Otras comunidades mapuches denuncian no sólo la
invasión de sus territorios por pozos de petróleo y gas sino también la forestación con especies
exóticas en la cordillera para obtener créditos de carbono.
En sus 13 años en Argentina, Repsol ha acumulado denuncias por mal manejo ambiental en
otras provincias, como la contaminación de suelos y quema de residuos tóxicos en la refinería
de Luján de Cuyo, sus actividades en la Reserva RAMSAR de Llancanelo, los vertidos en las
terminales exportadoras de Caleta Olivia y Caleta Córdoba o los conflictos en comunidades
guaranís y matacos de la provincia de Salta. Argumentos ambientales que cuantificados
pueden abaratar la expropiación de Repsol por parte del gobierno argentino.
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