El petróleo procedente de fuentes no convencionales, tales como las arenas bituminosas o de petróleo de esquisto, tiene unas emisiones asociadas de CO2 muy superiores a las del petróleo convencional, de acuerdo a un nuevo informe. En concreto los estudios revelan unas emisiones un 23% superiores para el primero, y de un 50% para el segundo. La UE debería diferenciar así entre las emisiones de cada tipo de petróleo, para evitar el consumo masivo de petróleos no convencionales, y no ceder a las presiones de las compañías petrolíferas y del gobierno de Canadá.
La UE debe decir no a las presiones para importar petróleo canadiense
1. La UE debe decir no a las presiones para importar petróleo
canadiense
9 de mayo de 2013
El petróleo procedente de fuentes no convencionales, tales como las
arenas bituminosas o de petróleo de esquisto, tiene unas emisiones
asociadas de CO2 muy superiores a las del petróleo convencional, de
acuerdo a un nuevo informe. En concreto los estudios revelan unas
emisiones un 23% superiores para el primero, y de un 50% para el
segundo. La UE debería diferenciar así entre las emisiones de cada
tipo de petróleo, para evitar el consumo masivo de petróleos no
convencionales, y no ceder a las presiones de las compañías
petrolíferas y del gobierno de Canadá. De lo contrario echaría al
traste el compromiso de reducir en un 6% las emisiones de CO2
debidas al consumo de combustibles fósiles en 2020.
Según la Directiva de Calidad de Combustibles de la Unión Europea,
para 2020 los combustibles fósiles consumidos en la UE deberían
emitir un 6% menos de emisiones de CO2 respecto a los consumidos
en 2010. Para su correcta aplicación la Directiva tiene que establecer
las emisiones medias de CO2 de cada tipo de combustible, teniendo
en cuenta también la energía invertida en su extracción y
procesamiento. Como es lógico, y así lo atestiguan los estudios
realizados hasta el momento, los combustibles no convencionales que
requieren de un mayor consumo de energía para su obtención,
suponen un 23% más de emisiones en el caso de las arenas
bituminosas, y de un 50% más en el caso de los procedentes de
petróleos de esquisto
La única manera de que la UE cumpla con el compromiso establecido
en esta Directiva -el cuál forma parte del compromiso más amplio de
2. la UE por reducir en 2020 un 20% de sus emisiones de CO2 respecto
a 1990- es diferenciando entre unos petróleos y otros, para de este
modo dirigir el mercado de combustibles hacia aquellos con unas
emisiones asociadas menores.
Esto choca con los intereses de las compañías petrolíferas, como
Repsol, y de algunos gobiernos como el de Canadá, los cuáles están
presionando para que no haya unos límites diferenciados por tipo de
petróleo, sino uno homogéneo para todos, y de esta forma poder
introducir los petróleos no convencionales como si nada. El gobierno
de Canadá está utilizando incluso las negociaciones sobre el acuerdo
comercial con la UE, para lograr este objetivo, y poder así introducir
el petróleo de arenas bituminosas que hay en su territorio; las tercera
mayor reserva de este tipo de petróleo en el mundo. Actualmente la
UE importa una proporción pequeña de arenas bituminosas de
Canadá, pero esta situación podría cambiar tanto por la construcción
del polémico oleoducto Keystone XL que atravesará Norteamérica de
Norte a Sur, que permitiría colocar una mayor cantidad de arenas
bituminosas en el mercado global. Canadá está ejerciendo una
tremenda presión de lobby sobre la UE para conseguir sus objetivos.
El ministro canadiense de Recursos Naturales Joel Olvier, se
encuentra de visita en Europa esta semana con este objetivo.
Para Ecologistas en Acción, la UE no debe ceder a las presiones de las
compañías petrolíferas y del gobierno canadiense, por incluir un único
valor límite homogéneo para todo tipo de combustible, que supondría
una renuncia manifiesta a lograr el objetivo de reducción de
emisiones de CO2 para 2020, así como una cesión inaceptable a los
intereses lucrativos de las petroleras.
Por esta razón Ecologistas en Acción insta al gobierno y a los
europarlamentarios del Estado español a que voten por la inclusión
de valores diferenciados por tipo de petróleo y ajustados a los
resultados obtenidos de los últimos estudios científicos.
El agotamiento de las reservas de petróleo convencional en el mundo
está llevando a que las compañías petrolíferas estén realizando
proyectos de extracción de lo que se denomina “combustibles no
convencionales”. Es decir la extracción de petróleo de reservas
generalmente menos accesibles y de peor calidad, que requieren de
una mayor complejidad tecnológica y de unos mayores consumos de
energía para su obtención. Pero también de unos impactos
socioambientales muy superiores, asumiendo riesgos catastróficos
muy elevados.
La elevada demanda de petróleo de la economía global y la reducción
de la oferta, elevan los precios hasta unos niveles que hacen
rentables los elevados costes de extracción y procesamiento que
3. implican los combustibles no convencionales.
Sin embargo en términos ambientales no es deseable seguir
consumiendo los niveles actuales de petróleo si no se quiere llegar al
caos climático. Pero tampoco es económicamente sostenible, por
cuanto no es factible sostener una economía basada en una fuente
energética finita como es el petróleo.
En todo caso la compañías petrolíferas, con el lucro como único
objetivo, continúan argumentando que la extracción y procesamiento
de este tipo de petróleos no implican riesgos medioambientales
superiores. Y así la búsqueda de petróleo en plataformas marinas,
cada vez a mayor profundidad o incluso en zonas árticas, en arenas
bituminosas o esquistos bituminosos resulta cada vez más frecuente.
La extracción de este tipo de petróleos ocasiona por el contrario
severos impactos socioambientales en los lugares de extracción,
como es el caso de las enfermedades que padecen las poblaciones
mapuches ubicadas en el yacimiento petrolífero de la Vaca Muerta en
Argentina. Pero también colisionan en algunos casos con la normativa
medioambiental, como es el caso de la Unión Europea.
Nota: El informe ha sido realizado por Carbon Matters y CE Delft y
publicado por Transport and Environment.
Más información: Mariano González 617 65 07 85