La policía detuvo arbitrariamente a 106 manifestantes que se dirigían en tres autobuses desde Arauca a Bogotá para participar en la marcha de las mujeres por la paz. Los manifestantes fueron interrogados sin orden judicial ni derecho a defensa. Procedían de una región azotada por la pobreza y el conflicto armado, y se unían a la marcha para exigir el cese de la violencia, justicia social y participación de las mujeres en las negociaciones de paz.