1. LAS MUJERES EN LAS SOCIEDADES DEL CONOCIMIENTO
“Las mujeres en las sociedades del conocimiento” es un tema muy
interesante para tratar, soy mujer y como tal me interesa. Me afecta
mucho, tanto como para no dejar pasar por alto esta cuestión.
Parece mentira que hoy en día todavía sigan habiendo desigualdades
socioculturales, que en realidad son las causantes de la desigualdad de
los hombres y las mujeres ante el conocimiento, dejando libre de culpa a
las diferencias cognitivas.
Todas las mujeres, o casi todas, en algún momento de nuestra vida nos
hemos preguntado ¿por qué los hombres tienen acceso a cualquier tipo
de trabajo, siendo los requisitos exigidos para un puesto los mismos
para ambos sexos?,¿por qué para nosotras casi siempre es más difícil
todo?. A mi parecer sigue existiendo la discriminación del sexo
femenino. Vivimos en una sociedad con mente machista, hecho que se
contradice con que jurídicamente las mujeres tienen los mismos
derechos con respecto al conocimiento, aunque yo personalmente llego
a ponerlo en duda, porque por ejemplo, a la mujer le cuesta más estudiar
debido a que tiene que compatibilizar los estudios con sus labores
domésticas y familiares. ¡Menos mal que cada vez son más los hombres
que también colaboran en esas tareas!.
“La igualdad entre los sexos constituye uno de los principales desafíos
para la aplicación de sociedades del conocimiento”. Considero esta
afirmación una gran verdad, porque ya en la Cuarta Conferencia Mundial
sobre la mujer, organizada por las Naciones Unidas en Beijing en el año
1995, se tomó conciencia del papel que desempeñan el conocimiento y
las nuevas tecnologías en la movilización, autonomía y participación de
las mujeres de los países en desarrollo. Todo esto influye a la hora de
crear sociedades de aprovechamiento compartido del saber, si se tiene
en cuenta que se excluyen a más de la mitad de la población mundial,
que son las mujeres.
En los países en desarrollo, donde todavía domina el hombre sobre la
mujer se puede apreciar claramente un nivel mayor de discriminación
hacia ésta, a diferencia de los países más desarrollados en los que este
nivel de discriminación es menor, y la mujer suele estar más integrada a
todos los niveles: de trabajo, de educación, etc.
Es evidente la brutal diferencia entre hombres y mujeres sobre todo
los países árabes, en Asia Meridional y Occidental, y en el África
Subsahariana, debido a sus costumbres y distinta evolución
sociocultural, lo cual impide su incorporación con normalidad a una vida
activa, en la que la mujer pueda estudiar o trabajar fuera de casa.
También se puede observar que los países que han tenido un rápido
desarrollo industrial y de las nuevas tecnologías, ha facilitado el acceso
de la mujer a la educación, al trabajo y a los productos multimedia.
Otro caso en el que la mujer se ve afectada es en el trabajo, a partir del
momento en que va a ser madre, disminuyendo las perspectivas
profesionales, y entonces la mujer se ve obligada a redoblar su esfuerzo
por el simple hecho de ser mujer, y de ese modo demostrar que está a la
altura profesional del hombre, algo que me parece realmente injusto.
2. Para poder reestablecer la igualdad de los hombres y mujeres ante el
conocimiento, será necesario que la mujer tenga libre acceso a una
educación general, pero también tendrá que formarse en las enseñanzas
de las nuevas tecnologías, ya que puede facilitarles una independencia
financiera al poder trabajar en distintas profesiones, también a
distancia, realizando por ejemplo trabajos a través de Internet desde
casa. Imprescindible también aumentar el número de mujeres que
cursen estudios superiores y que se decanten por profesiones
científicas y técnicas más habituales en los hombres.
Las nuevas tecnologías han facilitado diversas iniciativas de índole
asociativa que permiten a la mujer romper su aislamiento relativo, y a los
hombres comprender mejor la condición femenina, donde las más
adelantadas cuentan sus experiencias a las demás, de modo que las más
desventajazas progresan. Un ejemplo de ello lo encontramos en Cruz
Roja, donde algunas mujeres imparten clases de español a las mujeres
árabes; la mayoría de ellas tiene que ir a clase a escondidas porque los
maridos no quieren que ellas aprendan nada para que se mantengan
siempre por debajo de ellos y a su disposición, robándole de este modo
la independencia como persona y el derecho a la evolución educacional.
Es un claro ejemplo de influencia sociocultural, que por suerte o al
menos se intenta, hará que estas mujeres avancen algo en la sociedad
del conocimiento.
Las perspectivas de la condición femenina en las sociedades del
conocimiento se pueden ver mejoradas si las mujeres se muestran más
activas en la concepción de nuevos instrumentos cognitivos, porque le
facilitan la incorporación a determinados puestos de trabajo, como el
teletrabajo, que se puede realizar en casa, sin tener que renunciar a la
actividad profesional.
Para reducir la brecha cognitiva mundial será necesario garantizar a
los hombres y mujeres un acceso universal y equitativo al conocimiento,
siendo para ello imprescindible la promoción de igualdad entre los
sexos, hecho fundamental para el desarrollo de una sociedad
democrática.
El mayor o menor nivel de participación de la mujer en la sociedad del
conocimiento determinará si se han cumplido los objetivos de la misma.