La batalla de Ayacucho en 1824 fue el último enfrentamiento entre los ejércitos español y patriota en la lucha por la independencia del Perú. La victoria patriota selló la independencia del Perú y América del Sur. Anteriormente, la victoria patriota en Junín en 1824 había aumentado la moral de las tropas independentistas. El general español Canterac había abandonado el campo de batalla anteriormente, cediendo el control de la sierra central a los patriotas.