1. La Fortaleza de Dios
A San Gabriel se le encomendó la misión de anunciarle a la Virgen María que sería la
Madre del Salvador.
Pero no es razonable suponer con la tradición cristiana que es él quien se apareció a San
José y a los pastores, y también que fue él quien "fortaleció" a nuestro Señor en el jardín.
Y las propias palabras de San Gabriel, "Yo soy Gabriel que asisto a la vista de Dios"
(Lc, 1, 19), esto se explica generalmente refiriéndose a su rango como el mayor de los
mensajeros de Dios, y no ubicándolos entre los Serafines y Querubines
Oh glorioso Arcángel San Gabriel, llamado fortaleza de Dios, príncipe excelentísimo
entre los espíritus angélicos, embajador del Altísimo, que mereciste ser escogido para
anunciar a la Santísima Virgen la Encarnación de divino Verbo en sus purísimas
entrañas: yo te suplico tengas a bien rogar a Dios por mí, miserable pecador, para que
conociendo y adorando este inefable misterio, logre gozar el fruto de la divina
redención en la gloria celestial. Amén.
(Padrenuestro)
2. San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha.
Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio.
Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica.
Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido,
arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo
para la perdición de las almas. Amén.
(Padrenuestro)
Considerado como el protector de su Iglesia y el vencedor de la gran batalla
contra el enemigo. Según las Sagradas Escrituras, logró detener a su homólogo
del mal; el arcángel de los ángeles caídos: Lucifer (Apocalipsis 12,7). En
honor a esta batalla ganada, el arte lo recuerda siempre ataviado con una
armadura de general romano y portando una lanza o espada. Pero esta no era
su única labor como enviado de Dios, sino que también era el elegido para
rescatar las almas de los infieles en manos del enemigo, sobre todo cuando se
encontraban a escasos pasos de la muerte, por lo que también se le otorga el
título de 'sanador'.
3. Oh poderoso Príncipe de la gloria San Rafael, llamado medicina de Dios, salud
de los enfermos, luz de los ciegos, guía de caminantes, protector de la limosna,
del ayuno y de la oración: por aquella caridad con que acompañaste al joven
Tobías, te pido, oh glorioso protector mío, me libres de todos los males y peligros,
y me acompañes en la peregrinación de esta vida mortal, para llegar felizmente a
puerto de salvación en la eterna.
(Padrenuestro)
Medicina de Dios” o “Dios ha obrado la salud”
Las funciones atribuidas a Rafael, tenemos un poco más que su declaración a
Tobías, que cuando el último estuvo ocupado en su trabajo de misericordia y
caridad, él (Rafael) ofreció sus plegarias al Señor, ya que él fue enviado por el
Señor para curar a Tobías de su ceguera y para sacar a Sara, la esposa de su
hijo, de las garras del demonio.
Gracias a sus misiones, Rafael se ha convertido en patrono de los
farmacéuticos y por haber sido el guía de Tobías, hijo de Tobit, en un viaje por
tierra y mar, por lo que también es considerado patrono de los viajes.