El documento habla sobre el mito griego de Teseo y el Minotauro. Según la mitología, Dédalo construyó un laberinto en Creta para encerrar al Minotauro, un monstruo mitad hombre y mitad toro. Teseo entró al laberinto y, gracias a un hilo dado por Ariadna, logró matar al Minotauro y escapar junto a los demás jóvenes atrapados.
1. TESEO Y EL MINUTAURO
Entre los laberintos más famosos de la Antigüedad se destaca el de Creta, una
fantasía derivada, con toda seguridad, de la complicada planta del palacio de Cnosos.
Según la mitología griega, Dédalo construyó este laberinto para encerrar al
Minotauro, una bestia sanguinaria con cuerpo humano y cabeza de toro.
Diego Díaz Mateos/Javier Redero García
Ariadna: en la mitología
griega, hija de Minos, rey
de Creta, y de Pasífae,
hija de Helios, el dios del
sol. Cuando Ariadna vio a
Teseo, se enamoró de él
y se ofreció a ayudarlo si
le prometía volver a
Atenas y casarse con ella.
Teseo, cuando
estuvo tan lejos
que no veía la
luz del día, tomó
el ovillo, ató el
extremo del hilo
al muro y fue
desenrollándolo
a medida que
avanzaba por los
corredores.Para
salir del
Laberinto, a
Teseo le bastó
con seguir el hilo
de Ariadna, en
sentido inverso .
Dédalo: en la mitología griega, el
arquitecto e inventor que diseñó para
el rey Minos de Creta el laberinto en
el que fue aprisionado el Minotauro,
un monstruo comedor de hombres
que era mitad hombre y mitad toro. El
laberinto fue tan hábilmente diseñado
que nadie podía escapar del
Minotauro.
Cuando Teseo se
encontró con el
Minotauro dormido,
golpeó al monstruo
hasta matarlo y salvó
también a los demás
jóvenes y doncellas
condenados al
sacrificio haciendo
que siguieran el
recorrido del hilo
hasta la entrada.
Minotauro: en la mitología griega,
monstruo con cabeza de toro y cuerpo
de hombre. El Minotauro era hijo de
Pasífae, reina de Creta, y de un toro
blanco como la nieve que el dios
Poseidón había enviado al marido de
Pasífae, el rey Minos.
Cuando Minos se negó a
sacrificar el animal,
Poseidón hizo que Pasífae se
enamorara de él y diera a
luz al Minotauro. Después del
nacimiento del Minotauro, Minos ordenó
al arquitecto e inventor Dédalo que
construyera un laberinto tan intrincado
que fuera imposible salir de él sin
ayuda.
En cada novilunio
había que sacrificar
un
hombre al Minotauro,
pues cuando el
monstruo no tenía con
qué satisfacer su
hambre se precipitaba
fuera para sembrar la
muerte y la desolación
entre los habitantes de
la comarca.