Aplicar la ética a las inversiones es operar con inteligencia. No hay duda: hay otros factores además de los estrictamente financieros que inciden en los resultados de una inversión. Tener en cuenta elementos como el buen gobierno corporativo, el cambio climático o el impacto social de un negocio no solo puede generar mayor rentabilidad , sino además reducir riesgos y volatilidad.