1. Capítulo II
Fui directo a su casa que estaba a cuatro calles, al llegar me di cuenta de que todo estaba
oscuro en su casa, pensé (aun seguirá dormida) me estacione y me baje de la moto la deje
encendida por si estaba infectada, llegue a la puerta y la abrí lentamente y cuando la abrí
completamente me paso rosando la cabeza una shuriken y enfrente de mi estaba ella parada
con una larga katana, me quede frio y ella dijo:
¿Quién es?- con voz agua y seria. Le respondí.
Perfecto en pleno apocalipsis y tú me quieres matar, menos mal que siempre fuiste mala
con la shuriken- ella me interrumpió.
Pero no con la espada- con voz de querer matarme.
Mira te vine a buscar porque te quiero, vienes o te mueres.
Mmm voy – como ni no hubiera de otra.
Adónde vamos- pregunto.
A la comisaria, allí estará Sebastián y John.
Bien- respondió.
Nos montamos en la moto estacionada y encendida pero me di cuenta de que fue un error
estaban parado dos personas en frente de ella heridas y el otro estaba actuando extraño, de
repente las personas de la moto salieron corriendo en nuestra dirección y Daniela no dudo
que eran infectados, yo me quede paralizado del miedo pero ella saco dos shuriken y las
lanzo contra los infectados, uno de ellos la shuriken se le clavo en la cabeza y al otro le
llego a la pierna, pero siguió corriendo como si nada le hubiera pasado nada, Daniela saco
su espada y de un solo tajo le corto la cabeza y cayó al suelo. Luego de lo ocurrido me
clavo las uñas para que me moviera, recupere la movilidad y me monte rápidamente en mi
monto, segundos después ella se monto también. Camino a la comisaria pasamos por los
policías con los que hable hace rato y vi que todo su grupo estaba muerto incluyendo el,
acelere la moto ya que había muchos infectados policías y vecinos conocidos era horrible
verlos así pero no podía hacer nada. Llegamos a la comisaria era una masacre en la parte de
enfrente estaban muchas luces que dejaban ciegos a cualquier persona y se escuchaban
muchos disparos, un cartel mediano decía con una flecha (supervivientes por la parte de
atrás) lo primero que pensé fue (debe ser una broma) pase con mi moto y la estacione cerca
de la entrada trasera de la comisaria. Entramos y enseguida me saludo una voz familiar que
dijo:
2. ¡Ey! por aquí Albert es John- con voz agitada.
No puedo creerlo eres tu viejo ¿Qué pasa? ¿Cómo te va en el apocalipsis?- dije bromeando
Pareces calmado, no me vas a joder estas mas asustado que un niño solo en su casa de
noche ¡a que si! – Daniela paso a mi lado y confirmo diciendo.
En verdad se quedo muerto con dos infectados- la mire con desprecio y con algo de ira.
John soltó una carcajada- si me lo imagino esto no es un juego esto es la vida real así que a
lo mejor ya estas acostumbrado a ver este tipo de cosas ¿no?
Bueno si comparas un juego con esto es muy diferente aunque si estoy acostumbrado a ver
gente muerta y zombis por los lados pero no tengo armas con que defenderme ella por lo
menos es una especia de ninja moderno – en ese momento Daniela soltó una risita y dijo.
Ni con un arma sería capaz de matar a un infectado – antes de que siga hablando quiero
decirte que si me das un rifle date por muerta- con voz desafiante le dije.
¿Así? A ver John tienes uno ¿verdad?- ¡sí! Voy a buscarlo-dijo John en ese momento salió
a buscar, ella siguió hablando- quiero que subas al tejado y mates por lo menos a 5
infectados si te la das de tan profesional como dices- dijo desafiando.
¡Bien! Será fácil – ¡aquí esta!- John me lanzo el arma y casi se me cae pero disimule,
busque las escaleras y subiéndolas Daniela me dijo
Nos vemos en un rato mi gatito ¡meow!- me quede viéndola y seguí subiendo, al subir
pensé en que amor más extraño tengo con ella, pero fui interrumpido por mi amigo
Sebastián que estaba sentado me escucho subir al tejado, me dijo la frase de siempre.
Holiwi viejo- con voz calmada, note que tenía un escopeta de ocho cartuchos, a mi me
gustaban pero eran lentas para recargar y con los nervios peor seria, le dije.
¿Qué paso? A ver déjame preguntar qué carajos haces con una escopeta que es de corto
alcance en un tejado, tu lógica se va a la mierda, me interrumpió diciendo.
Así como el mundo ¿no? – si ¿recuerdas al policía que conocimos hace poco?
¡Sí! ¿Qué paso? – murió todo ellos murieron- dije con tristeza.
Bueno que se puede hacer por lo menos índico que fuéramos aquí para refugiarnos- dijo
viendo a los infectados dantos pasos lentos.
¡A verdad el reto de Daniela!- recordé rápidamente cuando vi los infectados.
¿Qué reto? ¿Ya llego Daniela?-dijo preguntando.
3. ¡Shh! luego te cuento tengo que hacer algo antes de decirte- puse mi ojo en la mira y cerré
el otro, me apoye en un muro pequeño del tejado para mejor estabilidad. Sebastián dijo.
¿A que estas campeando? (era como cazar en términos gamer) – ¡Shh!- está bien me callo
pero ¿Que reto estás haciendo?
Te puedes callar me trato de concentrar- apunte a un infectado a la cabeza con la mira, subí
un poco para compensar la caída y la moví un poco a la izquierda ya que pegaba viendo a la
derecha, no tenía ni la más remota idea de que hacía solo lo sé porque lo había hecho en un
juego, aguante la respiración para estabilizar la mira y dispare, sentí como si un camión
chocara contra mi hombro y el rifle casi se me cae pero lo logre agarrar y observe por la
mira a ver si le había dado, entusiasmado dije
¡Buena! ¡Justo en la cabeza lugar perfecto para matar un zombi! a un infectado quiero
decir.
De tanto jugar juegos así no me sorprende que hallas aprendido algo-dijo una voz detrás
de mí.
Mmm Daniela está detrás de mi ¿no? Sebastián.
Si desde que apuntabas estaba- afirmo Sebastián
Porque no me dijiste que pasa si me hubiera pegado un susto, hubiera fallado y quedado
en ridículo, sabes que ella es más mala que la misma palabra.
No es para tanto mi gatito, sabes que soy una gata tranquila ¡meow!- dijo tranquilamente.
Pensé (¡sí! Claro) bueno por lo menos le di a uno ¡faltan cuatro más! – dije como si no fue
nada pero no quiera disparar más me dolía el hombro.
Está bien con eso gatito, en ese momento me abrazo y ronroneo- si es raro lo sé pero bueno
le dije a Sebastián. Que se estaba muriendo de risa por dentro.
Pero ese momento duro poco porque John subió también pero lanzo un grito diciendo
¡Horda de infectados a las doce!- todos nos miramos uno al otro John bajo y le dije
rápidamente a Sebastián.
¡Baja! tú tienes escopeta no puedes matar nada desde aquí- ¡voy al tiro!-Salió corriendo a
la escalera- Daniela me dijo
Por fin los dos solos amor - ¡no hay tiempo para eso! Hay una horda y tu quieres tener tu
sabes que, no quiero ser agua fiesta pero es ¡hora de matar zombis! Siempre quise decir eso.
4. Daniela también bajo y yo me quede solo en el tejado con mi rifle, observe por la mira y vi
como una manada de infectados venían a toda prisa a la comisaria, escuche que abajo decía
John gritando.
¡Dispara tienes un rifle y no haces nada!- ¡voy!- apunte aguante la reparación y dispare tres
balas, rompí el silencio y detrás de los tres disparos se escucharon veinte mas, de escopetas
y pistolas, los infectaron empezaron a caer pero faltaban muchos más, dispare la última
bala que tenia y cayeron dos y dije en ese momento Doble kill (muerte doble), saque el
cartucho de balas pero me di cuenta que no tenia munición, gritando dije.
¡No tengo munición! – ¡baja que aquí hay! Dijo Sebastián gritando, que logre escuchar
entre tantos disparos, me levante y corrí hacia la escalera, me deslice hasta llegar a la planta
baja y vi que todos estaban en las ventanas disparando, el sonido ensordecía, algo aturdido
fui al almacén de municiones, busque de rifle y recogí tres cajas de munición, intente
recargar mi rifle pero se me cayó el cartucho, lo recogí rápidamente y cargue el rifle. Al
salir del almacén se escuchaban golpes en la puerta que tenia tablas de madera clavadas a la
puerta además de los disparos de mis compañeros y novia. Me asome a la ventana al lado
de John y entre disparos le dije gritando.
¿De dónde carajos salen tantos infectados?- ¡son las luces atrajeron a todo el pueblo a la
comisaria!- pues apágalas – ya es muy tarde ¡Sebastián quítalos de la bendita puerta o
quieren que pasen y te den un abrazo!- ¡recargo! ¡Cúbreme!- ¡voy!
Así si fue como pasamos treinta minutos de disparos y infectados una gran cantidad de
cadáveres estaban en las ventanas y en la entrada había un olor putrefacto todos nos
sentamos en las mesas que estaban en el medio de la sala cansados, John saco unos
colchones, unas almohadas y sabanas, que coloco en el piso y dijo
Dormiremos aquí hay tres colchones así que Albert ya sabes- dijo viéndome y yo quite la
mirada para ver a Daniela que me estaba viendo, yo mismo me dije
(Ay dios) bueno dale quien se va a turnar para hacer guardia aquí está el rifle- yo primero
dijo John pero el rifle quédate cada quien que haga guardia con su arma.
Bien buenas noches viejo avísame cuando sea mi turno- ok dijo John y subió las escaleras.
Sebastián se acostó y yo también, Daniela se metió a la cama un rato después me abrazo y
caí dormido no sé cuándo. Pero lo que paso el otro día fue lo más extraño que había visto.