Guillot, un zorro, busca trabajo como cartero para dejar de estar triste. Consigue el puesto y empieza a repartir cartas a los vecinos, aunque se disfraza para que no lo reconozcan. Sin embargo, una vecina lo descubre y los demás lo persiguen, por lo que el señor Sello lo despide. Más tarde, Guillot recibe una carta de sus amigos pidiéndole que sea su cartero, así que vuelve a conseguir el trabajo.