Benjamin Franklin inventó el pararrayos en 1752 mientras volaba una cometa durante una tormenta para probar que los rayos eran electricidad. El pararrayos es una barra de metal colocada en la parte superior de los edificios unida a una toma de tierra enterrada para conducir la electricidad de los rayos y proteger personas y edificios. El pararrayos más famoso es el de la Torre Eiffel en París, que mide 330 metros de altura.