2. Adolescencia
• Etapa de expansión de posibilidades de
desarrollo, búsqueda efectiva de participación
social, valoración ética y estética, sueños,
solidaridad, creatividad, alegría, vitalidad,
afectividad, placer y aporte significativo al grupo
social y cultura de las que se participa.
• Oportunidad para que las y los adolescentes
vivan sus experiencias y, a la vez, puedan
reflexionar sobre aspectos trascendentales de
su propio desarrollo humano.
3. Visión errónea sobre la Adolescencia
• Se basa en considerar la etapa de la adultez
como meta ideal y referente máximo del
desarrollo humano.
4. Desde esta visión errónea se afirma que:
• La adolescencia es sólo
una etapa de “tránsito”
que sirve para la
integración de procesos
de desarrollo iniciados
desde el nacimiento,
tendientes a consolidarse
y cristalizarse
“definitivamente” en la
adultez.
5. • La adolescencia es una etapa de carencia,
incompletud y cambios caóticos, que debemos
asociar a trastornos, malestar o sufrimiento, así
como a vulnerabilidad y riesgos en quienes
participan en ella.
• La posición expresada en las anteriores
opiniones conduce a considerar no sólo a la
adolescencia sino a la niñez y a la tercera edad
como períodos de la vida deficitarios, carentes
de valor en sí mismos, comparados con la
adultez.
6. Fases o momentos en el desarrollo de la
adolescencia
• Tres momentos: pre - adolescencia o pubertad (hasta
los 13 años), adolescencia media o adolescencia
propiamente dicha (hasta los 15 años), y
posadolescencia, cuyo término progresivo se considera
entre los 17 y 19 años.
• La palabra “pubertad”, pone énfasis en los cambios en la
zona de pubis, tanto en cuanto a la pilosidad como en el
tamaño del pene y escroto, y el volumen de la vulva, así
como en la pigmentación de la piel en los genitales, en
ambos casos.
• La menarquia en las preadolescentes ocurre alrededor
de los 11 años, y la primera eyaculación en los varones
–mayormente nocturna y en sueños- alrededor de los 12
años.
7. Masturbación
• Aunque esta actividad no es exclusiva de esta
etapa de la vida, tiene la particularidad de
tratarse de un acto intencional de búsqueda de
placer y orgasmo, acompañándose, muchas
veces, en ambos sexos, de fantasías eróticas.
• La masturbación, en consecuencia, no surge
espontáneamente en la adolescencia, su
referente es el autoerotismo que nos acompaña
desde el nacimiento.
8. • Las actividades autoeróticas se
inscriben en los procesos de
reconocimiento del propio
cuerpo, y de separación del
cuerpo de la madre o persona
significativa que suple este rol.
En otras palabras, estas
actividades placenteras sin el
concurso del otro, son
asociadas, de un modo u otro, a
los progresos en la autonomía
de las niñas y los niños, que,
como sabemos es un
componente esencial del
desarrollo humano.
9. Enamoramiento
• Las y los adolescentes se
enamoran y experimentan deseo
sexual. A veces vemos el
enamoramiento circunscrito a la
mediana adolescencia o
posadolescencia. Sin embargo,
algunas y algunos
preadolescentes también se
enamoran.
• No se debe perder de vista que
algunos primeros enamoramientos
contienen una carga de
sobrevaloración del objeto amado,
debido a mecanismos de
desplazamiento del vínculo
afectivo idealizado con los padres
u otros ídolos y figuras de la
infancia.
10. Enamoramiento
• No obstante, conforme los cambios
en el pensamiento, la autonomía y
la identidad propia ganan terreno,
se instala la objetividad en el
enamoramiento entre las y los
adolescentes, pudiendo reconocer
ellas y ellos que en su relación es
necesario el compromiso, el
diálogo, la escucha, la capacidad
de cambio, el respeto mutuo, la
aceptación del otro, la perspectiva
de futuro individual y en pareja,
entre otros aspectos, sin que esto
excluya la capacidad de soñar e
imaginar conjuntamente.
11. Deseo sexual
• Abarca la vivencia individual de la sexualidad en la
adolescencia y las relaciones de pareja. Involucra
fantasías, sueños, imágenes, olores, y se intensifica por
actividades íntimas, como caricias y besos. Es necesario
señalar que el deseo sexual, desde la ESI se enmarca
en el concepto más amplio de sexualidad humana, que
no se basa en una sola dimensión, por ejemplo,
biológico-reproductiva, sino en tres grandes
dimensiones del desarrollo humano puestas en
interacción. Esto significa que el especial interés por el
otro y el erotismo que acompañan al deseo sexual, si
bien pueden conducir a la pareja a sostener relaciones
sexuales, no es estrictamente necesario que esto ocurra
para que la pareja sea feliz.
12. Integralidad de nuestra sexualidad
• Reviste la mayor importancia
que las y los docentes en su
acción educativa con sus
estudiantes adolescentes
contribuyan a construir con
ellas y ellos la noción de
integración de factores
sociales, afectivos, biológicos
y ético-morales en la vivencia
de su sexualidad, una de
cuyas expresiones es el
deseo sexual.