1. El Rio Grande de nuestra señora de la Magdalena en la literatura Colombiana Licenciado Héctor Fernando Pedraza Castro IETPS
2. Rio Magdalena Fue el principal afluente para ingresar al interior del país. Fue la inspiración de autores Colombianos e Hispanos. La principal vía para mover la economía del país.
4. Literatura Colombiana José Eustasio Rivera, Autor Colombiano, Donde se dejo enamorar de la Belleza del Rio Magdalena:” ….en el río vemos la mortecina pero también se reflejan los astros del cosmos; el cauce viene “Turbio de pesadumbre, anchuroso y profundo”, como la vida de los pueblos, de la selva lejana, con su “voz solemne”, inaugural, primigenia, donde reposan los huesos sagrados de los fundadores, por lo cual el hombre maculado se ha de “purificar en sus ondas”, como quien realiza esponsales en la india inmaculada y “la montaña púber huele a virginidad”, en la doble amalgama, mientras el poeta espera como el río, una estrella que “vendrá de los cielos a bogar en mis ondas”. Éxtasis imbricador que no deshecha el avizoramiento del vacío.” ….
5. Literatura Colombiana Paeces con el poema Yuma Con mis cantos Reluciente y puro vas, Al mar inmortal. Déjame sumergirme En la frescura de tus aguas Para purificar mi espíritu Y refrescar mi cuerpo. Dulce Yuma: Ven a mi corazón. No te vayas al mar cruel, Ven a mi corazón, que el amor es eterno, Ven, yo soy la bella princesa Furatena.
6. Literatura Colombiana Gabriel García Márquez Tomado de http://www.colombiabuena.com/wp-content/uploads/2010/04/t146278-0.jpg Los amores en tiempo del Cólera (1985)
7. Literatura Colombiana " Terminaron por conocerse tanto, que antes de los treinta años de casados eran como un mismo ser dividido, y se sentían incómodos por la frecuencia con la que se adivinaban el pensamiento sin proponérselo, o por el accidente ridículo de que el uno se anticipara en público a lo que el otro iba a decir. Habían sorteado juntos las incomprensiones cotidianas, los odios instantáneos, las porquerías reciprocas y los fabulosos relámpagos de gloria de la complicidad conyugal. Fue la época en que se amaron mejor, sin prisa y sin excesos, y ambos fueron mas conscientes y agradecidos de sus victorias inverosímiles contra la adversidad. La vida había de depararles todavía otras pruebas mortales, por supuesto, pero ya no importaba: estaban en la otra orilla. “ Tomado de Los amores del tiempo del Cólera
8. Literatura Colombiana " Después de afeitarse al tacto —pues carecía de espejo desde hacía mucho tiempo— el coronel se vistió en silencio. Los pantalones, casi tan ajustados a las piernas como los calzoncillos largos, cerrados en los tobillos con lazos corredizos, se sostenían en la cintura con dos lengüetas del mismo paño que pasaban a través de dos hebillas doradas cosidas a la altura de los riñones. No usaba correa. La camisa color de cartón antiguo, dura como un cartón, se cerraba con un botón de cobre que servía al mismo tiempo para sostener el cuello postizo. Pero el cuello postizo estaba roto, de manera que el coronel renunció a la corbata. Hacía cada cosa como si fuera un acto trascendental. Los huesos de sus manos estaban forrados por un pellejo lúcido y tenso, manchado de carate como la piel del cuello. Antes de ponerse los botines de charol raspó el barro incrustado en la costura. Su esposa lo vio en ese instante, vestido como el día de su matrimonio. Sólo entonces advirtió cuánto había envejecido su esposo. La mujer lo examinó. Pensó que no. El coronel no parecía un papagayo. Era un hombre árido, de huesos sólidos articulados a tuerca y tornillo. Por la vitalidad de sus ojos no parecía conservado en formol. “ tomado de El Coronel no tiene quien le escriba- Gabriel García Márquez