Carta de Sabrina Shorff enviada al juez Kevin Castel
Saquemos la ética del placard
1. Saquemos la Ética del placard
Cuando un país crece a un ritmo del 9% anual, durante unos años , sus habitantes deberían ser
personas satisfechas ,felices y hasta orgullosas ,diría. Sería normal que se comportaran como
partes de un proyecto común.
Este fue el crecimiento de la Argentina , hasta hace unos cuatro años, desde el 2003 los
precios de los comodities no pararon de trepar, en un ritmo desconocido hasta entonces,
como ejemplo sirva la soja en 2001…U$S 147valía un tonelada, en2002…U$S 130 ,
en2003……U$S 359,estos eran los precios al inicio de esta centuria, en 2008 su valor era de
507 dólares la tonelada , hoy su valor trepa a 549 dólares .
Cuando se habla del famoso “viento de cola” quiere decir que las condiciones para el sector
alimentario es excepcional, si a eso le agregamos ,nuestro clima, suelo , calidad de los
productores y el paquete tecnológico aplicado, convierten a la Argentina en un protagonista
principal del momento.
Pero como todos sabemos, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner , realizo todas las
maniobras y tomo todas las medidas desacertadas para convertir un éxito en un fracaso.
El potencial de nuestro campo hoy ,es para 160 millones de toneladas , pero en días más el
gobierno “festejara” que se está llegando al record de 100 millones, desperdiciar semejante
potencial es por lo menos merecedor de una condena histórica del presente” modelo”
Resulta difícil de explicar la razón de semejante descontento , de las constantes transgresiones
a las reglas de la convivencia, la agresividad que hay en nuestras calles, el maltrato de palabra
y actitudes hacia el otro, que es nada más y nada menos que nuestro semejante, que se
traduce frecuentemente en violencia , en los colegios, estadios , locales nocturnos .
No se comprende ,en fin , la dicotomía entre crecimiento económico y malestar social.
Por más que nos aturdan con un despliegue de gráficos y cifras, si desconocen las causas del
crecimiento y su finalidad, se habrá convertido en un fin en si mismo. Y es malo , cuando un
medio se convierte en fin, porque ocurre lo que está pasando, que el fin empieza a justificar a
los medios.
Estamos narcotizados con el crecimiento económico de los últimos años,quien lo cuestiona
es inmediatamente tratado de hereje , ninguneado o descalificado.
Como decía Fromm “ el culto a las cosas, el culto a los productos, en nada difiere de la
idolatría que describen los profetas”.
Entonces parece no importar demasiado que el crecimiento económico vaya
acompañado de corrupción, de autoritarismo, de desprecio por lo institucional y lo
constitucional , que son pilares para la construcción de una visión común de nación.
2. Lo que de veras cuenta es que no falte el narcótico,que no decaiga la idolatría . Que
siga el baile.
Se puede crecer a ritmo asiático, se puede alardear y gritarlo a los cuatro vientos.
Podemos, en el orden personal, acelerar hacia el placer inmediato, hacia la
abundancia material, siendo ciegos ante el deterioro endémico de los vínculos
humanos, solo sintiendo el vacío esencial de una existencia basada solo en lo
aparente.
Despojados de convicciones éticas y valores morales, todos los éxitos económicos son
burbujas efímeras que, al estallar dejan decepción, vacío desesperanza.
La ética permite diferenciar el bien del mal y la moral, lo bueno de lo malo.
Mucho podemos discutir del bien y del mal, pero en algo coinciden todos los sistemas
éticos, matar robar o violar, entre otras cosas, está mal. No da lo mismo hacerlo que
no hacerlo. La corrupción, la indiferencia, transgredir las normas y leyes, conseguir los
medios por cualquier fin, el abandono del semejante o la intolerancia extrema van
contra los principios éticos y son actos inmorales.
Podemos idolatrar el crecimiento y creer que estos principios son menores o que
pueden esperar, que habrá tiempo para ocuparnos de ellos. Aquí es donde se juega la
respuesta a nuestra gran pregunta. Podemos elegir olvidándonos de la ética y la
moral, guardándolas en el placard, o sacarlas y honrarlas, depende de lo que elijamos
serán los resultados y así viviremos.