1. Republica “relatada” y republica real
La república, como sistema de gobierno, pasa por uno de los peores momentos de nuestra
historia. En realidad, que hace rato que sufre los embates de sucesivos gobiernos, quienes no
dejan de adoptar medidas que la dañan irremediablemente.
Todo comenzó con el traspaso a perpetuidad al jefe de Gabinete,de la facultad de disponer
discrecionalmente el destino de los recursos previstos en el presupuesto y la ley que regula los
Decretos de necesidad y urgencia (DNU) – es decir entregarle al Presidente las atribuciones del
Congreso-, en virtud de la cual los legisladores no tienen plazo alguno para ratificarlos o
dejarlos sin efecto, lo que permite su vigencia eterna.Leer el artículo 29 de nuestra
Constitución. Con esos dos golpes auto infringidos alegremente por los parlamentarios
kirchneristas, transformaron uno de los tres poderes de la Republica, el Legislativo,en una
escribanía dispuesta a aprobar todo lo que venga del poder Ejecutivo.
En 1860, la Constitución Nacional dispuso que uno de los nombres oficiales de nuestro país sea
República Argentina. A la luz de las actuales circunstancias, no cabe duda de que se trata de
una denominación vacía de contenido, porque si bien el constituyente estableció que“ la
Nación argentina adopta para su gobierno la forma representativa, republicana y federal”, la
realidad está lejos de esta práctica institucional.
El sistema republicano, constituye una verdadera garantía para los ciudadanos, quienes, con su
vigencia, tenemos la seguridad jurídica de que no existe un funcionario que hace todo sin otro
límite que su propia voluntad. Por eso dicho sistema, está consagrado expresamente en la Ley
Fundamental.
Sin embargo cuando la Presidente, además de ejercer sus propias atribuciones (por medio de
decretos autónomos y reglamentarios), también ejerce las que la Constitución Nacional asigno
al Congreso de la Nación (por medio de los decretos de necesidad y urgencia), y lo hace sin que
estén reglamentados los mecanismos constitucionales que lo habilitan para ello- tal como
viene ocurriendo desde 1994- la consecuencia no puede ser otra que el paulatino
debilitamiento de la república , como sistema de gobierno.
El turno ahora es el poder Judicial, un paquete de medidas viciadas de inconstitucionalidad a
todas luces, fueron aprobadas contra reloj en la escribanía oficial llamada parlamento, poder
discrecional para la remoción y nombramiento de jueces, el derecho de amparo casi eliminado
y dos instancias de Casación más, para hacer más lentos todavía los reclamos de los
ciudadanos, en conclusión , carta blanca para la corrupción y una justicia a medida de los
poderosos, ya que el costo de una demanda es inaccesible para un trabajador argentino.
En vista que las leyes van a ser declaradas inconstitucionales por los jueces, la instancia que
dirimirá si dichas leyes se ajustan a derecho, o no, es la Corte Suprema, máximo órgano
competente para velar por el respeto de la Carta Magna. Cristina Kirchner, previendo una
nueva derrota en su loca carrera de “vamos por todo”, comenzó el proceso de desprestigio de
los integrantes de la Corte, apelando a la edad del juez Fayt , 95 años ( hace 20 años que
excedió el límite de 75, los años todavía se cumplen de a uno) y a la supuesta simpatía política
de otros. No es otro manotazo desesperado de tener la suma del poder.
2. Republica “relatada” y republica real
Señora Presidente, el haber ganado las pasadas elecciones generales le dan a su gobierno
LEGITIMIDAD de origen, nada más, con los actos de gobierno Ud se debería ganar la
LEGITIMIDAD de ejercicio, materia en la que esta aplazada.Los ciudadanos estamos alarmados
por su estilo de “gobernar a lo guapa”, quizás crea que no tenemos capacidad de reacción y
organización, que puede hacer lo que se le de la real gana, pero nuevamente se equivoca, si
cree que no le pondremos freno a su desmesura y atropello, será el costo político que pagara
más caro en su vida.
Vascoviejo