1. LA RANITA DE LA VOZ LINDA
En un charco, a orillas de un río, vivía un grupo de ranas. Se lo pasaban todo el día croando y
croando. ¡Croooc! ¡Croooc!...
Aquel día era muy especial porque las ranitas pequeñas cantarían por primera vez. Una a una
fueron cantando: ¡Crooc! ¡Crooc!. Hasta que saltó al escenario, que era una piedra en medio
del agua, una ranita, que en vez del famoso ¡Crooc! ¡Crooc!, ¡cantó una hermosa melodía,
con una bellísima voz de soprano!.
Todos quedaron paralizados. Simplemente no lo podían creer. ¡Una rana que sí cantaba
bien!. La novedad corrió por todo el valle y llegó a oídos, de un representante de artistas, que
se apresuró a ir a buscar a la ranita cantora. La llevó a los más grandes escenarios del mundo
y grabó muchos discos. Todos la admiraban y querían tomarse fotos con ella.
Sin embargo, la ranita no era feliz. Ella quería volver a su charco, con su familia y sus amigos.
Pero era esclava de su voz y de su fama. No podía volver.
Hasta que, en medio de un recital, en un reino muy lejano, la ranita cantora cambió su dulce
canto, por el canto natural de las ranas, el ronco ¡Crooc! ¡Crooc!... El público la empezó a
pifiar y las pifias eran música para la pequeña, porque se dió cuenta que ahora podría volver a
su charco añorado.
Ahora la ranita sí es feliz. Y cantando ¡Crooc! ¡Crooc! ¡Crooc!, pero con su familia, sus amigos
y su charco.
LAS DOS GOTITAS
Aquel día llovía fuerte. Y en esa lluvia iban dos gotitas que eran muy amigas.
Mientras caían, iban conversando y preguntándose qué pasaría con ellas al llegar a tierra. En
eso estaban cuando el viento las separó.
Una gotita cayó en un lindo arroyuelo y feliz, se alejó cantando y gozando la vida, en aquel
húmedo y musical tobogán.
La otra gotita fue a dar a un desierto seco y feo. Ella pensó que su destino había sido muy
triste e inútil.
Pero mientras rodaba por la seca tierra del desierto, se encontró con una olvidada y sedienta
semillita.
La gotita se dejó beber por la semilla, e hizo posible que, en el medio del desierto, naciera una
hermosa flor.
La flor dió a beber de su néctar a las abejas. Las abejas hicieron, con el néctar, una dulce y
sabrosa miel. La miel endulzó la vida de mucha gente.
La gotita supo entonces que no importa donde vivas, lo que importa es lo que hagas con tu
vida.
2. MOTITA, LA NUBE PORFIADA
Un día, de entre las grandes nubes que habían en el cielo, salió corriendo y jugando una
pequeña nube. Su mamá, una gran nube blanca y esponjosa la llamó dulcemente... ¡Motita!,
¡Motita! ¡no te alejes mucho!. Pero Motita era una nubecita un poquito porfiada y no hizo caso
a los llamados de su mamá y siguió jugando en el amplio cielo y poco a poco se fue alejando.
El aire, lejos de su mamá, empezó a ponerse muy helado. Motita empezó a tiritar. Tiritaba y
tiritaba.
De pronto notó que su cuerpo se empezaba a transformar en cientos de gotitas y empezó a
caer hacia la tierra. ¡Se había transformado en lluvia!.
Al caer sobre el pasto de la pradera se unieron las gotitas en un pequeño charco y motita se
sentía muy rara transformada en agua.
Afortunadamente para Motita salió el sol y empezó a sentir un rico calorcito. El calor aumentó
y aumentó. Motita empezó a transpirar y se empezó a transformar en vapor. Entonces
empezó a subir y subir, y a medida que subía se convertía de nuevo en una nube.
Motita estaba feliz, y más feliz estuvo cuando abrazó a su mamá y le prometió no alejarse de
ella ni siquiera para jugar a ser lluvia...
LAS ABEJITAS JUGUETONAS
En un panal había tres abejitas, que por primera vez iban a buscar néctar de las flores del
campo. La reina de las abejas le dio un cántaro vacío a cada una y les ordenó traerlos bien
llenos al caer la tarde. Las abejitas partieron volando a cumplir su tarea. La abeja mayor
empezó inmediatamente. La del medio, se dedicó a escuchar las historias que le contaban las
flores y los insectos. La más pequeña juntó muestras de todos los colores que encontraba en
las florecillas. Sin que se dieran cuenta, de lo entretenidas que estaban, llegó la hora de
volver al panal. En la entrada las esperaba la reina y su corte.
La abejita mayor entregó su cántaro lleno y fue felicitada por todas las abejas. Luego le tocó a
la del medio. Cuando mostró su cántaro con solo la mitad con néctar, la reina le dijo
enojada: “¿Eso es todo lo que traes?” “No”, dijo la abejita. “Además tengo muchas
noticias y chismes que me contaron las flores y los insectos.” Y así entretuvo a la reina y
al panal por mucho tiempo. Las abejas también la felicitaron.
Al final le tocó a la más pequeña. La reina le preguntó: “¿Y tú, cuánto néctar traes?”, la
chiquita dijo: “Yo, traigo un tercio del cántaro con néctar y muchos colores, para que
todas nos pintemos y nos veamos muy lindas...” las abejas se pintaron e hicieron una
fiesta.
Ese día aprendieron que todos los talentos
son bienvenidos en el panal.
3. LA SEMILLA
Una vez en el campo, se encontraron, un par de semillas de sandía, que son muy grandes y
una semillita pequeña y tímida.
De inmediato, las grandotas, empezaron a molestar a la pequeña.
- “Eres enana”, le decían.
- “Casi no te ves.”
- “Cuidado que te aplastamos”, se reían.
La semillita estaba a punto de llorar.
En eso estaban, cuando llegó la hora de entrar en la tierra, para iniciar el largo y natural
proceso de transformarse en plantas.
Pasó el tiempo y empezaron a crecer. Las sandías no crecieron mucho, porque sus frutos
eran muy grandes y pesados.
Mientras tanto, la pequeña semilla resultó ser un árbol, y crecía y crecía. Y en ese momento
miró para todos lados y dijo:
- “¿A dónde se habrán ido las semillas que me molestaban tanto?”
Y las sandías se pusieron verdes de envidia por fuera y rojas de vergüenza por dentro.
¡Cuidado abusadores! Dentro de un pequeño,
puede estar escondido un gigante...
LOS DOS CANGREJOS
Cierta vez, un señor Cangrejo tenia un hijo que andaba solo de costado ya que
tenia sus piernas torcidas. Este Padre, siempre hacia lo posible porque su hijo
corrija su defecto. Un día le dijo:
"Hijo mio, no roces tu cuerpo contra las piedras mojadas. ¿No crees que seria
mejor que eches tu cuerpo hacia delante?"
El Cangrejito le dijo:
"Pero Padre, yo no hago nada mas lo que tu haces. Si usted anda de la misma
manera, ¿como quiere que yo me corrija?"
Y tras mirar a su Padre nuevamente, el Cangrejito agregó:
"¿Sabes Padre?, creo que usted debe corregir su caminar primero, para que luego
yo, pueda seguir vuestro ejemplo."
Moraleja
Mas enseñan las buenas acciones,
que amorosos sermones.
4. GUERRA ENTRE GATOS Y RATONES
Cierta vez, los Ratones gritaron para iniciar una feroz batalla contra losGatos:
"¡Vamos!, ¡corran por aquí!"
Mucho después del enfrentamiento, ninguno de ellos reconocía la razón de su
derrota.
Uno de ellos que era un Ratón General dijo a sus colegas:
"Amigos míos, creo que no somos débiles. Demostremos al enemigo que somos
muy valientes, y que juntos, ¡podremos vencerlos!"
Muy motivados y decididos los Ratones, nombraron nuevos Generales y
emprendieron rápidamente otro enfrentamiento contra los Gatos.
Tras el segundo asalto, los Gatos lograron dominaron el pobre ataque de
los Ratones y así, se los comieron rápidamente demostrando que, por jugar con
vanidades, sus vidas fueron el precio a pagar.
Moraleja
Quien mucho se quiere hinchar,
por fuerza ha de reventar.
LA LECHERA
Una vez, una Lechera caminaba alegremente de camino al mercado, y a la vez,
llevaba un Cántaro con Leche. En su camino muy feliz, iba imaginando las cosas
hermosas que añoraba en su futuro, y se decía:
"Llevo muy buena leche y de gran calidad. Estoy muy segura que me pagarán muy
bien por ella. Con eso, compraré una canasta de huevos para incubarlos y tener
muchos pollitos. Luego, venderé los pollitos para comprarme un bonito Cerdito que
lo engordaré cuidadosamente, y cuando este grande, lo venderé por mucho
dinero. Luego compraré una Vaca con un Ternerito que jugará por el campo todos
los días."
5. La Lechera seguía en su fantasía con muchos pensamientos bonitos sobre su
futuro, hasta que por desgracia, se tropezó y su Cántaro fue a caer al piso
rompiéndose y derramando toda la Leche.
La Lechera, muy triste solo podía ver cómo la tierra absorbía la Leche y se
desvanecían sus ilusiones.
Moraleja
No anheles impaciente el bien futuro,
mira que ni el presente está seguro.
LA SOMBRA DEL ASNO
Una vez, un Comerciante contrato a un Arriero y a su Asno para que lleven su
mercadería por el desierto. Mientras caminaban, el Comerciantemuy cansado
pensó:
"Vaya, si que está muy caluroso el Sol, para colmo, no se ve ningún oasis como
para beber un poco de agua."
Luego, el Comerciante que ya estaba muy cansado, no lo pensó dos veces y se
sentó en el suelo para descansar bajo la sombra del Asno. El Dueño del
Asno quien vio todo, se acercó al Comerciante y lo empujo para tomar su sitio, y
le dijo:
"Yo te alquile el Asno para llevar tu carga, pero si vas a usar su Sombra, tendrás
que hacer otro contrato para que la disfrutes."
Moraleja
Para el ambicioso y loco,
todo cuanto recibe es poco.
LAS GALLINAS GORDAS Y LAS FLACAS
6. Hace mucho, vivían en un corral varias Gallinas. Unas eran Gordas y bien
alimentadas, y por otro lado, estaban las Gallinas flacas y escuálidas.
LasGallinas Gordas estaban muy orgullosas de su buena facha y constantemente
se burlaban de las Gallinas Flacas diciéndoles calaveras vivientes, muertas de
hambre, desnutridas y demás cosas.
Un día, el Cocinero de la casa debía preparar un gran banquete por Año nuevo,
así que bajó al Gallinero y eligió las mejores Gallinas para el festín. La elección
fue obvia, las elegidas fueron nada mas y nada menos que lasGallinas Gordas.
Estas viéndose en tal aprieto, envidiaron a las Gallinas Flacas que pudieron
escapar fácilmente de este cruel destino.
Moraleja
La suerte de la fea,
la bonita la desea.
8.1. El grano de mostaza: Mateo 13,31-32
El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y
lo sembró en su campo. Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla, pero
cuando crece es mayor que las hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto de que
las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas”.
Lo que Jesús experimenta es un Dios humilde, paciente, esperando sin
desesperar a ver cuándo me abro, aguantándome. Sin la experiencia de Jesús las
parábolas no tienen sentido. Ese es el lenguaje de Jesús: traducciones modestas
de lo que acontece en Él, descritas sencillamente para quien les escucha.
Parábola del sembrador Mc. 4,26-29:
“También decía: El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la
tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él
7. sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga,
después trigo abundante en la espiga. Y cuando el fruto lo admite, en seguida se
le mete la hoz, porque ha llegado la siega”.
Dicho en forma más simple: Dios es como un grano de trigo que se siembra y el
sembrador no tiene que ponerle cuidado sino que el grano crece solo. Dios trabaja
las 24 horas del día aunque tu no tomes conciencia de eso. Dios está
permanentemente creando, esperando, es el infinito aguante de Dios Creador
frente a su criatura porque la ama infinitamente. Está más interesado Dios en mí
que yo mismo en mi mismo. Jesús habla así porque así experimenta a Dios.
Siente que Dios lo crea sin descanso, no suspende su acción creadora.
Constantemente habitando, creándome.
El contexto de la parábola es la experiencia de Jesús mismo. Entonces, volviendo
a la parábola Dios es como un granito que se siembra... y crece solo. Dios
funciona creas o no en Él, te empecates o no, lo acojas o no lo acojas. Está
obrando siempre. Ese es el Dios real.
8.4.1. El tesoro escondido: Mt. 13,44.
”... El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que,
al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va,
vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.”
Aquí Dios es el tesoro. Imaginemos que es Jesús que descubre a Dios en Él, se
la juega todo. Lo mismo nosotros, el día que descubramos a Dios, nos la jugamos
todo por tenerlo.
8. 8.4.2. La perla fina: Mt. 13,45.
“También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando
perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que
tiene y la compra”.
Aquí Dios es el mercader . Aquí es el proceder de Dios frente a nosotros. Dios
nos ve a nosotros como si Dios fuera el mercader y nosotros las perlas. Es la
responsabilidad de Dios. Dios se la juega toda por mí, por tenerme, por poseerme.
En la anterior parábola, yo me la juego todo por Dios; en esta, Dios se enamora de
mi y se la juega todo por mi.
8.4.3. La oveja perdida: Mt. 18,12.
“¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas,
¿no dejará en los montes la noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada?
Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por
las noventa y nueve no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de
vuestro Padre Celestial que se pierda uno solo de estos pequeños”.
Esta parábola es ciertamente de Jesús. En el contexto de Jesús es el actuar de
Jesús con relación a los pecadores. Está mostrando Jesús su relación con los
pecadores. Lo que más le duele a Dios es que se pierda un solo ser humano.