proyecto de mayo inicial 5 añitos aprender es bueno para tu niño
Alimentación equilibrada durante embarazo y lactancia
1. ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA DURANTE EMBARAZO Y
LACTANCIA
Una alimentación equilibrada y variada. No sólo es importante cuidar lo que
comemos para no aumentar de peso o sentirnos bien, sino para que nuestro bebé
comience a familiarizarse con una amplia gama de sabores desde que se encuentra
en nuestro vientre. Es importante recordar que durante el embarazo y la lactancia no
se trata de comer por dos, se trata de comer mejor. Desde luego que
ocasionalmente podemos ceder ante algún antojo en el embarazo, pero es
importante recordar que todo lo que nosotras comemos, también lo comen nuestros
bebés mientras estamos embarazadas.
Durante la lactancia aunque sí es importante llevar una dieta equilibrada por
cuestiones de salud, lo que comemos no llega de una manera tan directa pues es
leche compuesta por nuestro cuerpo eligiendo lo que es mejor para el bebé. Así que
no hay necesidad de hacer dietas especiales a menos que se presente una alergia
alimentaria en tu bebé, simplemente es alimentarse mejor para sentirnos mejor.
Muchas madres sienten que deben limitarse a comer una gran cantidad de cosas
durante la lactancia, sin embargo se ha comprobado que la leche materna,
independientemente de la calidad de alimentación de la madre, siempre será
buena y mejor que las leches artificiales. Así de maravilloso es el cuerpo de la mujer.
Aunque este estudio demuestra que la leche materna sigue siendo la mejor opción
para alimentar al bebé, no es motivo para que se sientan mal las madres que no
pudieron amamantar. Las madres que dieron fórmula pueden ayudar a que sus hijos
le tomen agrado a los vegetales introduciéndolos desde el inicio de la ablactación,
procurando que se les proporcione a sus hijos una amplia variedad de sabores para
que los conozcan y se familiaricen con ellos.
2. La lactancia maternaprotege contralas infecciones
respiratoriasen la infancia
A estas alturas, decir que la leche materna es el mejor alimento para el bebé es una
obviedad. Es una sustancia viva que se adapta a las necesidades nutricionales en
cada etapa de desarrollo, pero también es un escudo protector contra enfermedades
y especialmente contra infecciones respiratorias. Por algo se considera la leche
materna como la primera vacuna del bebé.
A la hora de proteger a tu bebé contra las infecciones respiratorias, la lactancia
materna es una práctica a tener en cuenta como medida preventiva, puesto que un
nuevo estudio acaba de confirmar que la lactancia materna protege contra las
infecciones respiratorias, no solo durante el primer año, un dato que ya se había
confirmado, sino también en la infancia. Un estudio examinó la asociación entre la
lactancia materna con las infecciones de las vías respiratorias en niños de hasta 4
años de edad. Encontraron que la duración de la lactancia durante 6 meses o más
se asocia con un menor riesgo de infecciones en las vías respiratorias inferiores.
Estos hallazgos son compatibles con la hipótesis de que el efecto protector de la
lactancia materna para las infecciones de las vías respiratorias persiste después de
la infancia.
La leche materna contiene diversas sustancias antimicrobianas, componentes anti-
inflamatorios y factores que promueven el desarrollo inmunológico y refuerza los
mecanismos de defensa contra agentes infecciosos durante el período de lactancia.
No significa que los niños que no tomen leche materna presentan más
probabilidades de sufrir infecciones respiratorias, pero sin duda la lactancia materna
es un escudo protector frente a enfermedades respiratorias tan habituales en niños
pequeños. Dar lactancia a demanda significa dar el pecho cada vez que el recién
nacido lo pida, sin embargo hay que tener en cuenta que ellos no “piden” ser
alimentados de manera verbal, sino que hemos de ser nosotros los que recibamos
las pistas que nos dan para saber que tienen hambre.
3. Sustituyendoproteínas de leche de vaca por proteínas humanas
Como bien sabemos todos, la leche materna es el mejor alimento posible para un
bebé porque es la leche más adaptada para los recién nacidos humanos, no sólo
por ser leche humana, sino porque además se adapta a cada bebé en concreto,
modificándose en base a la edad del bebé, y también en base a las particularidades
del día a día (si está enfermo, si está comiendo mucho, si está comiendo poco, etc.).
En ausencia de leche materna, la mejor opción para alimentar a un bebé es la leche
artificial, que proviene de la leche de vaca o bien de la leche de cabra. Aun así, su
calidad queda lejos de la de la leche humana porque es mucho menos completa: la
leche materna contiene más de 700 bacterias diferentes, células inmunitarias, más
de 1.600 proteínas con sus funciones cada una (en muchos casos aún no se
conocen), y como hemos dicho, tiene la particularidad de ser cambiante, de manera
que se va modificando con el paso de las horas y con el paso de las semanas y
meses. Ahora una empresa especializada en la ingeniería genética quiere intentar
acercar un poco la calidad de la leche artificial a la de la leche materna, y para ello
va a sustituir proteínas de la leche animal por proteínas de leche humana
recombinantes.
El motivo de empezar con esta proteína es que está en gran concentración en la
leche materna, como acabamos de comentar, pero sobre todo que se trata de una
proteína muy simple a nivel molecular. Ahora han logrado cultivar esta proteína
humana y están buscando inversores para poder solicitar la aprobación de la
FDA (la Administración de Alimentos y Medicamentos) como ingrediente
alimenticio. Hasta la fecha, sí hay proteínas recombinantes aprobadas por la FDA
como ingrediente en medicamentos, pero no todavía como alimento. Para lograr
dicha aprobación, deberían poder demostrar que la proteína creada en laboratorio
es exactamente igual a la producida por el cuerpo humano, y que al ser ingerida se
asimila correctamente.
4. Alimentación complementaria delniño de seis a doce meses de
edad
La escasez de hierro y zinc, durante los primeros dos años de la vida, es la
deficiencia nutrimental más frecuente. Esto se debe a que se trata de una etapa de
rápido crecimiento y desarrollo en la que las reservas neonatales de estos
nutrimentos se agotan desde el sexto mes de vida, y cuando su ingestión, por medio
de la dieta, frecuentemente es inadecuada. Entre las implicaciones graves
causadas por deficiencia de hierro y zinc durante los primeros años de la vida se
encuentran la disminución de la capacidad física y del desempeño cognoscitivo, y
cambios en el comportamiento, entre otros. Es por ello pertinente resaltar que, en
la medida en que los lactantes logren enfermar poco y consumir la energía y los
nutrimentos necesarios, podrán aprovechar su máximo potencial de crecimiento
determinado genéticamente. En este sentido que la alimentación complementaria
(AC) del niño de seis a 12 meses de edad cobra especial relevancia, ya que de no
proveerle todo lo necesario para su crecimiento adecuado, las oportunidades que
implica este periodo se pierden propiciando así fallas difícilmente resarcibles e
inclusive, algunas de ellas, irreversibles. En la medida en que la madre esté bien
alimentada, las necesidades nutricias de los niños sanos, y nacidos a término,
generalmente son bien provistos por la leche materna durante los primeros seis
meses de vida. Después de este periodo es poco probable que la leche materna
cubra todos los requerimientos del niño, en especial los relacionados con la energía,
las proteínas, el hierro, el zinc y algunas vitaminas liposolubles como la A y D. La
importancia de iniciar la AC en el momento oportuno, no sólo responde a la
necesidad de cubrir los requerimientos nutricios del niño, sino también al hecho de
aprovechar la oportunidad que ofrece este periodo para establecer las primeras
bases de lo que más adelante serán los patrones de hábitos alimentarios del
individuo. El proceso de la alimentación ofrece múltiples oportunidades para que el
infante exprese conductas relacionadas con la fase normal de separación
individuación del ser humano. Esta es la fase en la que el niño ha de lograr funcionar
en forma independiente de su madre, sin prescindir de su papel emocional.
5. Normas APA
Pardío López, J, (2012). Alimentación complementaria del niño de seis a 12 meses
de edad, Revista del Instituto Nacional de Pediatría. (3), 80-88.
http://www.redalyc.org/pdf/4236/423640333007.pdf
Ortega L, (2016). Alimentación equilibrada durante embarazo y lactancia. Revista
de Bebés y Más.
https://www.bebesymas.com/lactancia/bebes-alimentados-con-leche-materna-
aceptan-mejor-nuevos-alimentos
Rovati L, (2017). La lactancia materna protege las infecciones respiratorias. Revista
Bebes y Más.
https://www.bebesymas.com/salud-infantil/la-lactancia-materna-protege-contra-las-
infecciones-respiratorias-en-la-infancia
Bastida A, (2017) sustituyendo proteínas de leche de vaca por proteínas humanas.
Revista Bebes y Más.
https://www.bebesymas.com/lactancia/la-posible-proxima-leche-artificial-mejorada-
sustituyendo-proteinas-de-leche-de-vaca-por-proteinas-humanas-recombinantes