2. Santo Rosario
Rezo personalizado genérico (puede ser más concretado con la vida de cada uno)
Septiembre 2014 Emilio Perucha Herranz
Juan Pablo II en su carta apostólica Rosarium
Virginis Mariae, sobre el Santo rosario, de 16 de
octubre de 2002 y
Benedicto XVI en su discurso en el Santuario de
Fátima el 12 de octubre de 2010:
Se pronunciaron sobre la conveniencia de
sintonizar la plegaria del Rosario con los hechos
que entraman la vida del individuo, la familia, la
nación, la Iglesia y la humanidad.
3. ¿Cómo realizar este rezo personalizado del rosario?
Creo que al rezo tradicional pueden añadirse peticiones sobre los aspectos
más importantes de la vida de cada persona, que serán los comunes a todas las
personas, y pueden determinarse así:
Los padres y todos los hombres; las madres y todas las mujeres; las pasiones
o motores que mueven a hombres y mujeres; la familia en la que todos nacen y
las situaciones en que nos encontramos como consecuencia del grado de
aceptación de la buena nueva de Jesús.
Al término de cada una de cada una de las diez avemarías que se rezan en cada
misterio, puede hacerse una petición también común o prácticamente común a
todas las personas (o, en su caso, la que cada persona considere oportuna).
A continuación se especifican las que se le han ocurrido al diseñador de esta
presentación:
Los cinco motivos principales a desarrollar en cada decena serían:
el amor de Dios;
la buena nueva de Jesús;
la acción del Espíritu Santo en nosotros;
la Iglesia como Sacramento; y,
la Comunión de los Santos.
4. 1º. Misterio. Por nuestro padres, por el Papa, por todas las autoridades, porque sean obedecidas.
El tema ha desarrollar en las diez avemarías es el Amor de Dios.
1ª Porque en la naturaleza y en la civilización busquemos los verdaderos valores, que no están
en la cantidad ni en la cualidad, sino en el Amor de Dios que hay en ellos.
2ª Porque no despreciemos las cosas pequeñas, que son semilla de las grandes. Especialmente
el pecado venial que nos impide ser sacerdotes, profetas y reyes, como Dios quiere.
3ª Porque no perdamos el alma con los grandes ideales y empresas, pues más grande es Dios y,
por ello, le hemos de amar sobre todas las cosas.
GOZOSO
LA
ENCARNACIÓN
DEL SEÑOR
(Cf. Lc. 1, 26-38)
DOLOROSO
LA ORACIÓN
EN EL HUERTO
(Cf. Lc. 22, 39-
42)
GLORIOSO
LA
RESURRECC
IÓN DE
JESÚS
(Cf. Mt. 28, 1-
8)
LUMINOSO
EL BAUTISMO
DE JESÚS
(Mt. 3, 13-17)
5. “ Lo que agrada a Dios es el amor
que siento a mi pequeñez y mi
pobreza; es la esperanza ciega que
tengo en su Misericordia. ”
[Teresa de Lisieux † 25 años].
Declarada Santa Teresa del Niño
Jesús de la Santa Faz en 1925 y
Doctora de la Iglesia en 1997.
4ª Por la juventud, por el esplendor de las fuerzas humanas; porque con ellas produzcamos el trigo
del buen amor, y no la cizaña del odio o amores indebidos.
5ª Por lo desconocido, por lo que hemos de conseguir para realizarnos; porque perseveremos en
ello, especialmente en el conocimiento del Amor de Dios.
6ª. Por lo que hemos conseguido con nuestro esfuerzo; por lo que hemos recibido,
especialmente el encuentro con Dios y su presencia continua en nosotros, porque en esta
abundancia tengamos siempre actitudes que le agraden.
7ª. Por la infancia y la adolescencia; por las primeras y más débiles fuerzas
humanas. Porque comprendamos que con ellas se puede llegar a las más
altas cimas de la espiritualidad cristiana, según lo evidencian las vidas de
muchos santos.
6. 8ª, Porque en la tentación o el desfallecimiento, recordemos que no
utilizamos, ni con mucho, todo el Espíritu Santo que Dios nos tiene
concedido, como le sucedió al mismo Moisés; pues si tuviéramos fe como
un grano de mostaza, nada nos sería imposible.
¿Qué cosa hay más imposible, ya cumplida, que una mujer, María, sea
Madre de Dios?
9ª. Por los que nos encontramos apartados del torrente de la vida, por la
enfermedad, la prisión, las deficiencias físicas, psíquicas o la marginación
social. Porque comprendamos que Dios está con nosotros todo lo que le
permite no quebrantar la libertad que ha concedido a todos los hombres.
Pues al decir Jesús: lo que hagáis a mis hermanos pequeños, a Mí me lo
hacéis; nos introduce en el torrente de la vida espiritual al hacernos
colaboradores de su redención.
10ª. Porque en nuestra evolución espiritual y en el camino de perfección,
no dejemos de avivar el fuego y la alegría del amor primero o primer
encuentro con Dios [Apocalipsis 2, 1-7. A la Iglesia de Éfeso: ¡Vuelve a tu
primer amor!]
Números 11, 14-17: … Yo solo no puedo soportar el peso de todo este pueblo:
mis fuerzas no dan para tanto. Si me vas a seguir tratando de ese modo,
mátame de una vez. Así me veré libre de mis males».
El Señor respondió a Moisés: «Reúneme a setenta de los ancianos de Israel –
deberás estar seguro de que son realmente ancianos y escribas del pueblo–
llévalos a la Tienda del Encuentro, y que permanezcan allí junto contigo.
Yo bajaré hasta allí, te hablaré, y tomaré algo del espíritu que tú posees, para
comunicárselo a ellos. Así podrán compartir contigo el peso de este pueblo, y no
tendrás que soportarlo tú solo.
7. 2º. Misterio. Por nuestras madres, por todas la vírgenes y por todas las mujeres, porque sean amadas y respetadas.
El tema ha desarrollar en las diez avemarías es la Buena Nueva de Jesús.
1ª. Que veamos lo que está sucediendo desde hace más de 20 siglos: el hombre
arrojado del Paraíso por el pecado de Adán, puede en esta vida, ahora, entrar en el
reino de los Cielos, la Iglesia “germen y comienzo de este Reino”, si acepta la
Buena Nueva de Jesús. Busquémoslo, que lo demás se nos dará por añadidura.
2ª. Que entremos en esta vida, ahora, en el reino de los Cielos, al no dejarnos fascinar
por el esplendor de los vicios y descubrir la bienaventuranza de la pobreza con virtud.
3ª. Que entremos en esta vida, ahora, en el reino de los Cielos, heredando la tierra de la
reconciliación, al utilizar la única arma que Jesús quiere: Amad a vuestros enemigos y
orad por los que os persiguen.
GOZOSO
LA
VISITACIÓN
DE MARÍA A
ISABEL
(Cf. Lc. 1, 39-
56)
LUMINOSO
AUTORREVELAC
IÓN EN LAS
BODAS DE
CANÁ
(Cf. Jn. 2, 1-12)
DOLOROSO
LA
FLAGELACIÓN
DEL SEÑOR
(Mc. 14, 65; Jn
19, 1)
GLORIOSO
ASCENSIÓN
DEL SEÑOR
A LOS CIELOS
(Mt 28, 20; Mc
16, 19)
"Te daré las llaves del reino
de los cielos; lo que ates en
la tierra será atado en los
cielos, y lo que desates en
la tierra será desatado en
los cielos".
Mateo 16, 19
8. 4ª. Que entremos en esta vida, ahora, en el reino de los Cielos, al aceptar que la consolación nace de la
misma desolación, si podemos la confianza en Dios y no en nosotros mismos.
5ª. Que entremos en esta vida, ahora, en el Reino de los Cielos, padeciendo hambre y sed de nuestra
justicia [hacer el bien ante los demás], para poder aceptar la justicia [la voluntad] de Dios.
6ª. Que entremos en esta vida, ahora, en el reino de los Cielos dando nuestros bienes de este mundo a
quienes no pueden devolvérnoslos o dejándonoslos arrebatar por los que emplean la fuerza o una simple
posición de ventaja.
7ª. Que entremos en esta vida, ahora, en el Reinos de los Cielos, de los limpios de corazón, al
circuncidarlo de las aficiones de este mundo; para que de él no surjan malos pensamientos y malas
acciones que nos impiden actuar con sencillez y sin doblez.
9. 8ª. Que entremos en esta vida, ahora, en el Reino de los Cielos aceptando la paz
que Jesús ofrece a los hombres de buena voluntad: suprimir el pecado, origen de
toda guerra y rechazando la falsa paz de este mundo, basada en la equivocada
seguridad humana que ignora o desconfía de la Providencia de Dios.
9ª. Que entremos en esta vida, ahora, en el reino de los Cielos, al aceptar ser
perseguidos por causa de la justicia; pues, su misión de descubrir el puesto de cada
uno entre las personas, es una misión imposible.
10ª. Que entremos en esta vida, ahora, en el reino de los Cielos, porque digan con
mentira, toda clase de mal contra nosotros por causa de Jesús y así, no hablen bien
de nosotros, como les sucede a los falsos profetas.
10. 3º Misterio. Por nosotros, por todas las personas, porque nuestras pasiones se ordenen, nos sintamos solos y veamos a Dios como nuestro único
auxilio, al que nunca nos acercaremos lo suficiente cumpliendo su voluntad.
El tema a desarrollar en las diez avemarías es, la acción del Espíritu Santo en nosotros.
No tenemos un retrato del Espíritu, pero podemos experimentar su acción: es como el viento (Jn 3,8), como el agua (Ez 36,25-26; Is 44,3-4; Jn 7,37-39);
como el fuego (Si 48,1); Jer 20,9; He 2,3-4; 4,31), como el aceite (Is 61,1-2); Lc 4,18).
1ª. Eva, sin pecado original, en un mundo sin pecado, pecó. María, sin pecado original,
en un mundo de pecado, no pecó y colaboró en la redención del mundo.
Nuestras almas, con pecado original, pero en un mundo ya redimido: ¡Nazcan a la vida
espiritual con el Viento-Agua-Fuego y Aceite del Espíritu Santo!.
2ª. Cuando se cumplan las palabras de Jesús: “El Espíritu Santo estará con vosotros y
testificaréis”, no pidamos prueba de cómo será eso, como tantos profetas, sino que
impulsados por el Viento del Espíritu Santo, digamos: Hágase en nosotros según tu
palabra.
GOZOSO
EL
NACIMIENTO
DE JESÚS EN
BELÉN
(Cf. Lc. 2, 1-
14)
LUMINOSO
ANUNCIA EL
REINO PARA
CONVERSIÓN
(Mc. 1, 14-15)
DOLOROSO
LA CORONACIÓN
DE ESPINAS
(Jn. 19, 2.3)
GLORIOSO
LA VENIDA
DEL ESPÍRITU
SANTO
(Hch. 2, 1-4)
11. 3ª. Que impulsados por el Viento del Espíritu Santo, cumplamos nuestra función
sacerdotal de convertir en hostias espirituales, aceptables a Dios por Jesucristo, nuestros
pensamientos, palabras y obras de cada día.
4ª. Que el Agua del Espíritu Santo nos renueve diariamente para que cumplamos la
misión profética de captar las maravillas de Dios en el sentido de la vida y el modo
concreto del cristiano en el mundo; sin que la ignorancia nos intimide, ni la ciencia nos
seduzca una solución, que hemos de descubrir meditando en nuestro corazón.
5ª. Que el Agua del Espíritu Santo nos renueve diariamente, para que aún cuando
considerándonos inocentes, seamos condenados y perjudicados, nuestra actitud, no sea
de rechazo sino de aceptación.
6ª. Que por el Fuego del Espíritu Santo sean expulsadas las debilidades de nuestras
potencias, para afrontar nuestra relación con el mundo de una gran paciencia, para
soportar las incertidumbres de lo provisional y las situaciones difíciles que solo
gradualmente evolucionan.
12. Santo Tomas Aquino Summa Theologiae I-II q70 a3…El número de los
doce frutos enumerados por San Pablo está bien dado, y pueden verse
indicados en los doce frutos de los que se habla en Apocalipsis 22,2: A
un lado y a otro del río había un árbol de vida que daba doce frutos.
7ª. Cuando el Fuego del Espíritu Santo nos haga anunciadores de la
Palabra, para que la fuerza del Evangelio resplandezca en la vida
cotidiana, lo realicemos sin importarnos las condiciones de
inferioridad en que haya de hacerse.
8ª. Cuando el Fuego del Espíritu Santo nos impulse por el amor a
querer resolver las necesidades de la vida, nos comprometamos,
colaboremos con la Providencia de Dios.
9ª. Que el Aceite del Espíritu Santo tome posesión de nosotros,
como elegidos para cumplir la voluntad de Dios y llegar a ser hasta
Madre de Dios; pues dice: todo el que cumpla la voluntad de mi
Padre es mi hermano, mi hermana y mi madre [Marcos 3, 35].
10ª. Que por el aceite del Espíritu Santo cumplamos la misión real
de servir a Cristo en todos, especialmente en los más pobres.
13. 4º. Misterio. Por la Iglesia sacramento de salvación, cuerpo místico de Cristo y su corazón el Espíritu Santo.
1ª. Por las comunidades no cristianas que tienen con nosotros,, un mismo y un único fin último, Dios,
porque en su búsqueda del Dios desconocido encuentren en la Iglesia, que aprecia lo bueno y
verdadero que puede encontrarse en sus religiones, el mundo reconciliado.
2ª. Por las comunidades musulmanas, reconocen al Creador, profesan tener la fe de Abraham y
adoran con nosotros al Dios único y misericordioso, para que puedan encontrar en la iglesia, que
aprecia todo lo bueno y verdadero que hay en ellas, el mundo reconciliado.
3ª. Por las comunidades del pueblo judío, pueblo de Dios de la Antigua Alianza, la Iglesia
Nuevo Pueblo de Dios, tienden hacia fines análogos, porque en la espera del Mesías, de rasgos
velados en el judaísmo, puedan descubrir la imagen de Cristo.
GOZOSO
LA
PRESENTACIÓN
EN EL TEMPLO
(Cf. Lc. 2, 22-40)
LUMINOSO
LA
TRANSFIGURACI
ÓN DEL SEÑOR
(Cf. Mt. 17, 1-9)
DOLOROSO
JESÚS CON LA
CRUZ A
CUESTAS
(Jn 19, 16-17; Lc
23, 27)
GLORIOSO
LA
ASUNCIÓN
DE MARÍA
(Ct. 4, 7)
14. 4ª. Por las comunidades cristianas de las Iglesias ortodoxas, que están en una cierta
comunión con la Iglesia, próxima a poder celebrar en común la Eucaristía del Señor, porque
pronto lleguemos a la total unión.
5ª. Por las comunidades eclesiales protestantes [reformadas], que conmemoran en la Santa
Cena la muerte y resurrección del Señor, profesan que en la Comunión de Cristo se significa
la vida, y especialmente su venida gloriosa, lleguen a descubrir la sustancia genuina e
íntegra del misterio eucarístico.
6ª. Por las personas que no se casan por motivos dignos, porque contribuyan grandemente al
bien de la familia humana, lleven una vida plena de sentido humano y cristiano, irradiando
una fecundidad de caridad, de acogida y de sacrificio.
1Corintios 7, 8 y 17
8 A los solteros y a las viudas, les aconsejo que permanezcan como yo.
Pero si no pueden contenerse, que se casen; es preferible casarse que arder
en malos deseos.
17 Fuera de este caso, que cada uno siga viviendo en la condición que el
Señor le asignó y en la que se encontraba cuando fue llamado. Esto es lo
que prescribo en todas las Iglesias.
15. 7ª. Por la comunidad conyugal, porque recuerden las palabras de Jesús: donde dos…estén
reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos, y oigan lo que él les dice.
8ª. Por la comunidad familiar, porque cumpla su misión de Iglesia doméstica.
9ª. Por la comunidades parroquial y diocesana, porque cumplan su misión de Iglesia particular.
10ª. Por toda la comunidad universal de los creyentes [todos los hijos de Dios] y miembros de
una misma familia en Cristo. Al unirnos, en el amor mutuo y en la misma alabanza a la
Santísima Trinidad, estamos respondiendo a la íntima vocación de la Iglesia.
16. 5º. Misterio Por la comunión de los santos y la comunión de los bienes espirituales.
1ª. Por la comunión en la fe, [yo creo, nosotros creemos] porque consigamos un lenguaje común, que
nos una en una misma confesión de fe.
2ª. Por la comunión de los sacramentos; porque veamos que, demuestran la virtud de la pasión de
Cristo, la gracia.
3ª. Por la comunión en los carismas; porque veamos que el Espíritu Santo reparte gracias especiales
entre los fieles para provecho común y edificación de la Iglesia.
GOZOSO
EL NIÑO
HALLADO EN
EL TEMPLO
(Cf. Lc. 2, 41-52)
LUMINOSO
LA
INSTITUCIÓN
DE LA
EUCARISTÍA
(Cf. 1Co 23-26)
DOLOROSO
LA CRUCIFIXIÓN
DE CRISTO
(Cf. Jn. 19, 18-30)
GLORIOSO
LA CORONACIÓN
DE NUESTRA
SEÑORA
(Ap. 12, 1.9)
17. 4ª. Por la comunión de todo lo que posee el verdadero cristiano con los demás; porque el cristiano
es un administrador de los bienes del Señor.
5ª. Por la comunión en la caridad; porque veamos que el menor de nuestros actos hecho con
caridad, repercute en beneficio de todos y todo pecado daña esta comunión.
6ª. Por los no cristianos, aunque no pertenecen a la Iglesia, son capaces de ser miembros de ella
por el poder de Cristo; por la libertad del hombre y según los designios de la predestinación divina,
lleguen a ser cristianos.
Rosario
Misionero
18. 7ª. Por los pecadores, aunque no son miembros de Cristo en ese estado, son semejantes a miembros
paralizados, porque se arrepientan y alcancen la gracia.
8ª. Por la comunión con los difuntos, Iglesia purgante, porque veamos que nuestras oraciones pueden
ayudarles y hacen eficaz su intercesión por nosotros.
9ª. Por la comunión con los santos bienaventurados, Iglesia triunfante, porque veamos que su
intercesión nos une más a Cristo.
10ª. Por la comunión con los ángeles, porque veamos que desde la infancia a la muerte la vida humana
está rodeada de su custodia y de su intercesión, cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y
pastor para conducirlo por la vida.
Iglesia triunfante, purgante y peregrina