Conferencia 77 Autoengaño Producto de la identificación, y con la intención de proteger y engrandecer a la personalidad, el hombre mecánico-natural se mantiene en la inercia de atribuirse a sí mismo la bondad y toda una serie de virtudes —como si fueran su posesión—. Como mecanismo natural de defensa, cuando se pone en riesgo el sostén de esas pretendidas cualidades engrandecedoras o resultan afectadas —ya sea por error o incapacidad—, surge el autoengaño como un recurso de protección. También aparece cuando se provoca algún daño y no se tiene la disposición para afrontar las consecuencias. Todos dicen: “yo soy inteligente”, pero ninguno sabe escapar de la trampa en que ha caído. Confucio La verdadera causa del engaño es la ligereza humana, y nadie puede culpar a otro salvo a sí mismo. Nadie tiene la paciencia de estudiar hasta convertirse en maestro. Todos quieren volar antes de tener alas. Todos, obnubilados por el engaño, obran sin saber lo que hacen. ¡He aquí la ligereza humana emprendiendo obras de las que se sabe incapaz! Paracelso, Las Siete Apologías www.frecuenciaom.com