“El camino hacia la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro”, decía Franklin. Aumentar ingresos y reducir gastos.
La naturaleza da continuas muestras de sabia economía, con un equilibrio admirable de beneficios y costes. Pero a los humanos nos cuesta verlo salvo cuando entramos en crisis. No se trata de trabajar menos sino con más inteligencia.
Concepto y definición de tipos de Datos Abstractos en c++.pptx
crecer y decrecer
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Efrén Martín, gerente de , profesor de , asociado de
Links: CONDUCCIÓN VITAL
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Nº 126 junio 2017 http://www.fvmartin.net
«… se hace camino al andar…»
Progresar no es sólo crecer. Decrecer puede
ser vital, como lo es combinar acelerar y frenar
en la conducción.
Primer escenario:
Conducimos por una autopista donde todos
los usuarios aumentamos la velocidad y
reducimos la distancia de seguridad, para
llegar cuanto antes a nuestro destino.
Periódicamente se produce alguna colisión
por alcance, que origina un enorme atasco
en la circulación.
Todos hemos de esperar a que lleguen
grúas, ambulancias y policía que, tras
laborioso esfuerzo, conseguirán restablecer
lentamente el tráfico.
La autopista de la economía también propicia
una loca carrera que, más pronto que tarde,
sufre los frenazos de la crisis.
Segundo escenario:
En esa misma autopista, no sabemos cómo,
el inconsciente colectivo se invierte y
conducimos más despacio.
También aumentamos distancias, disfrutando
del viaje y llegando a nuestro destino en un
plazo razonable de tiempo; superior a las
ocasiones en que corríamos mucho, pero
muy inferior al de los días de atasco.
El promedio es aceptable y sin disgustos.
El crecimiento acelerado y sin freno es
absurdo, por el agotamiento de recursos y
porque una insaciable voracidad nos lleva a
consumir más, para sentirnos igual que antes.
En la segunda mitad del siglo XX se triplicó el
bienestar material, sin incrementarse el
bienestar subjetivo, la satisfacción con la vida.
No fuimos más felices acelerando más y
después sufrimos la aversión a la pérdida de
ese frenazo llamado “crecimiento negativo”.
El progreso ha logrado que los ricos sean
cada vez más ricos, los pobres cada vez
menos pobres y que las diferencias entre ricos
y pobres sigan aumentando. A todo gas. Pero
casi nadie aboga por una reducción razonable
de la velocidad de crucero, que neutralice esas
crisis que causan un sufrimiento mayor que el
bienestar que las precede.
Sólo la implantación de innovaciones
tecnológicas puede salvarnos, como el tranvía
desahogó a New York en el siglo XIX: Los
200.000 caballos que constituían su parque
móvil estaban sepultando la ciudad entre pilas
de excrementos de hasta 18 metros de altura.
Mientras llega el 7º de caballería no estaría
de más conducir con cautela, lento pero seguro,
evitando montar en bonos de basura financiera
que son potentes bólidos conducidos por:
Pilotos suicidas
"El caracol construye la delicada arquitectura de su
concha añadiendo una tras otra las espiras cada vez más
amplias; después cesa bruscamente y comienza a
enroscarse, esta vez en DECRECIMIENTO, ya que una sola
espira más daría a la concha una dimensión dieciséis
veces más grande, lo que en lugar de contribuir al
bienestar del animal, lo sobrecargaría.
Pasado el punto límite de la ampliación de las espiras, los
problemas del sobre-crecimiento se multiplican en
progresión geométrica, mientras que la capacidad
biológica del caracol sólo puede, en el mejor de los casos,
seguir una progresión aritmética". IVAN ILLICH