Ente de Coordinación Operativa de Servicios en la Capital
Las dudas para salir de la crisis
1. INFORME # 277
PULSO SEMANAL – LA SEMANA POLÍTICA
del 20 de abril del 2015 al 26 de abril del 2015
LAS DUDAS PARA SALIR DE LA CRISIS DE CONFIANZA
2. Hay consenso en la élite política, empresarial, ideológica y mediática que la actual crisis del sistema
político chileno es de credibilidad y confianza: “no nos creen” resuena como eco a lo largo y ancho de
Chile. PENTA, SQM y CAVAL vinieron no sólo a profundizar una crisis que ya estaba instalada, sino
también a contaminar y erosionar la credibilidad de la presidenta, sobre todo, desde que se instala el
conflicto CAVAL.
Este diagnóstico se viene a constituir en la síntesis de una crisis que muestra diversas facetas y
dimensiones: liderazgo, representación, participación y probidad. De este modo, terminan simplificando
una situación profunda que pone en “riesgo la democracia” y que encuentra raíces hacia mediados de los
noventa:
¿acaso, pretenden resolver los problemas de la democracia chilena
desde la credibilidad?;
¿cómo pretenden resolver un problema tan complejo y que tiene
claves en la sicología humana que la política no es capaz de
entender?;
¿acaso, “creen” que restituyendo las confianzas –vía credibilidad-
van a ser que los electores vuelvan a las urnas, que los chilenos
“hablen sobre política”, que las representación y su vínculo
fundacional de la democracia liberal se re-establezca y que la
legitimidad del sistema en su conjunto se vuelva a erigir como
principio articulador?;
¿acaso, pretenden que con un “mea culpa” institucional van a
superar la crisis actual de la política?
Si PENTA, SQM Y CAVAL marca un antes y un después en lo que respecta a la profundización de la crisis; la
entrega del informe de la Comisión Asesora contra la “corrupción” hace lo mismo en relación a los
caminos de solución, a lo menos, en lo que respecta a los problemas derivados del financiamiento de la
política, la probidad y la transparencia.
PULSO SEMANAL # 277 27 de abril del 2015
LAS DUDAS PARA SALIR DE LA CRISIS DE CONFIANZA
GONZÁLEZ LLAGUNO
3. Desde la entrega de dicho informe y la cadena nacional anunciada se pone en marcha una operación
política liderada por Bachelet –la misma que han acusado de no tener liderazgo- que viene a generar las
condiciones morales –y políticas- para intentar salvar “la credibilidad” de los actores del poder; y con ello,
re-legitimar las instituciones de la política –gobierno, partidos y parlamento- y de la economía –la
empresa-.
Para proyectar la viabilidad y éxito de esta operación debemos poner atención en la credibilidad humana.
En primer lugar, hay que afirmar que se trata de una “relación social” que se ve obligada a evaluar de
manera constante los hechos y los discursos que configuran la certeza y la confianza sobre la que se pone
en movimiento toda acción social; es decir, es la posibilidad que todos tenemos de “creer o no creer”
frente a lo que otros –de un padre/madre a una institución- afirman sobre los hechos o acontecimientos
del mundo del cual formamos parte. Sin duda, en el campo de la política es un hecho muy sensible: le
creo o no le creo al presidente; le creo o no le creo al representante; le creo no le creo a la
institucionalidad política; ¿será verdad que van a resolver mis problemas?; ¿será verdad que la
universidad será gratis?; ¿será verdad que vivimos en el reino de la libertad y las oportunidades?
En consecuencia, y en segundo lugar, la credibilidad se relaciona con la confianza y la certidumbre.
Podríamos plantear una hipótesis: a mayor credibilidad, mayor certeza –o menor incertidumbre-; o, a
menor credibilidad, menor certeza –o mayor incertidumbre-. En definitiva, la credibilidad genera certeza
y confianza. Sin duda, confiamos en lo que nos genere certeza; y no confiamos en lo que genera duda –o
incertidumbre-. Sin duda, confiamos en las personas y en las instituciones que generan certeza –el piso
firme sobre el cual caminar-; es decir, le creemos al que produce certidumbre. ¿Quién le puede creer al
que produce duda e incertidumbre?; ¿cómo creerle al que genera desconfianza?
En tercer lugar, la credibilidad, la confianza y la certeza se relacionan con la “verdad”; en definitiva, con lo
que consideramos verdadero. Sin duda, problema filosófico profundo y complejo. No voy a entrar en esa
discusión. Sólo afirmaré que “creemos” lo que nos parece “verdadero”; “le creemos” al que nos parece
“dice la verdad”; “le creemos” al que genera confianza y certeza.
Finalmente, lo anterior se vincula con la legitimidad; es decir, con lo que nos parece “legítimo”; lo que
consideramos como “verdadero, justo, adecuado, autentico, creíble y ajustado al deber ser”. En
definitiva, le “atribuimos legitimidad” a todo aquello que genera certeza y confianza.
De manera breve, he tratado de articular y comprender como funciona en la sicología humana y en las
relaciones sociales la credibilidad, la certeza, la confianza y la legitimidad. La idea de esta reflexión es
responder la pregunta que se deriva del diagnóstico compartido de que la crisis actual de la política es de
credibilidad y confianza.
En consecuencia, ¿cómo el sistema político chileno –sus actores e instituciones- restituyen y recuperan
la confianza ciudadana?
Hemos visto, del mismo modo, que hay una operación política transversal que busca resolver la crisis
actual del sistema político. La entrega del Informe Engel y la cadena nacional de la presidenta no sólo
marca un antes y un después. En efecto, desde ese momento comienza la cruzada por la restitución de la
credibilidad y la confianza. No obstante, las preguntas y las dudas abundan.
PULSO SEMANAL # 277 27 de abril del 2015
GONZÁLEZ LLAGUNO
4. En consecuencia, responder a esta crisis desde una agenda de financiamiento, probidad y transparencia
no resuelve los problemas que han hecho posible que esta “crisis” se haya instalado en nuestro país. De
hecho, ya estaba instalada antes de que emergiera PENTA, SQM y CAVAL. Como tampoco, es una
operación que va permitir que los ciudadanos recuperen la confianza y la credibilidad en sus
representantes e instituciones. Sin duda, más complejo para los primeros que para los segundos.
Sólo un proceso constituyente con un mecanismo participativo e inclusivo que avance hacia una nueva
constitución hará posible que las confianzas se restituyan y la credibilidad del proyecto democrático
vuelva hacernos soñar y “creer” que un mejor país es posible.
GONZÁLEZ LLAGUNO
PULSO SEMANAL # 277 27 de abril del 2015