El documento analiza las opciones que enfrenta la derecha chilena para superar su crisis actual: una refundación total de sus ideas y estructuras, o solo ajustes menores. Señala que la derecha optó débilmente por los ajustes, lo que no ha sido suficiente. Argumenta que la crisis es política, ideológica y cultural, y que para volver a ser competitiva requiere adaptar su imaginario neoliberal rígido a los nuevos tiempos, superar su autoritarismo cultural, y ofrecer un nuevo proyecto para Chile.
Proyecto por la Regionalización y la Función Municipal
Los dos caminos de la derecha: ¿Ajuste o Refundación?
1. INFORME # 265
PULSO SEMANAL – LA SEMANA POLÍTICA
del 26 enero al 01 de febrero del 2015
LOS DOS CAMINOS DE LA DERECHA: ¿REFUNDACIÓN O AJUSTE?
2. En política se han visto muertos cargando ataúdes. Piñera salió del piñeragate, Allamand del caso drogas y
Novoa del caso Spiniak. La historia de la derecha desde fines de los ochenta ha estado cruzada por
profundas crisis, enfrentamientos y derrotas. Luego, en el contexto de la crisis de la concertación y de la
breve paz del sector bajo el liderazgo de Piñera se convierten en Gobierno en marzo del 2010. Todo
indica, por tanto, que de la actual situación saldrán en algún momento y podrán volver a ser
competitivos. El problema es, no obstante, saber cuándo, cómo y bajo qué liderazgos. Eso sí, a corto
plazo no se ven buenas perspectivas.
El caso Penta vino a profundizar un escenario de crisis que ya estaba instalado. La crisis de la derecha en
general y de la UDI en particular comienza a profundizarse con el conflicto de intereses que domina la
primera etapa del gobierno de Piñera, que pone en evidencia la relación incestuosa del sector con los
negocios y el dinero, con las movilizaciones del 2011 que ponen en jaque “el modelo” y con el destape de
los escándalos y abusos de los empresarios. Desde entonces, todo es declive y debacle. La guinda de la
torta fue la derrota electoral, política e ideológica que sufren en diciembre del 2013.
Desde ese momento se enfrentan a un nuevo desafío político: adaptarse a las nuevas condiciones del país
y a la “era de las reformas” que va dominar los siguientes años. Las respuestas, dependiendo de la
profundidad, oscilan entre la refundación total y los ajustes estructurales. La derecha opto tibiamente,
por el segundo camino.
El error de diagnóstico se observa cuando ambos partidos –RN y la UDI- creen que todo pasa por un
cambio de rostros y se instalan nuevas generaciones en la conducción de los partidos. Del mismo modo,
creen que hay que hacer ajustes en la declaración de principios. Mientras RN cambio su declaración, la
UDI la dejo intacta. Los hechos, han demostrado de manera dramática y vergonzosa que el “cambio de
rostros y ajustes en los principios” no son suficientes ni eficientes.
Todo indica que están lejos de encontrar las respuestas. En esa búsqueda han hablado de partido único,
de una federación de partidos, de ser más tolerantes con la diversidad, de cambiar los nombres de los
referentes, de separar aguas con el mundo empresarial. En fin, un conjunto de respuestas “desesperadas”
que no tienen un hilo conductor ni muchas esperanzas de éxito.
La respuesta para salir de la crisis y volver a ser competitiva se encuentra en la política, en la ideología y
en la cultura. De alguna manera, podemos decir que la crisis es política, ideológica y cultural. Política,
porque han perdido credibilidad, capacidad de liderazgo y desde las próximas elecciones deberán
competir en una democracia “sin limitaciones”. Ideológica, porque siguen pensando y creyendo lo mismo
que hace 30 años. Cultural, porque siguen anclados en prácticas y esquemas autoritarios y en una visión
iluminada de sí mismos.
PULSO SEMANAL # 265 02 de febrero del 2015
LOS DOS CAMINOS DE LA DERECHA: ¿REFUNDACIÓN O AJUSTE?
GONZÁLEZ LLAGUNO
3. Desde el punto de vista político es fundamental aceptar y entender que la construcción del orden, de la
sociedad, en definitiva del país, ya no puede hacerse bajo las condiciones políticas que imperaron en
dictadura y en democracia con los enclaves autoritarios. Desde ahora, no podrán competir con “subsidio
político”: ya no hay binominal ni tampoco dinero espurio. En este contexto, deberán instalar liderazgos de
nuevo tipo, recuperar “credibilidad” y reconstruir sus estructuras partidarias.
Desde el punto de vista ideológico es fundamental aceptar y entender que las ideas que dominan su
universo ideológico son las mismas que fundaron el neoliberalismo chileno a mediados de los setenta.
Son las mismas, que usaron para defender y cuidar el modelo durante los años de la Concertación; y, son
las mismas, que hoy instalan para oponerse a las reformas. Es más, son las mismas que están usando para
salir de la crisis.
Probablemente, en esta dimensión se encuentre su mayor debilidad. Están, en definitiva, atrapados en un
liberalismo económico ortodoxo que se transforma en fundamentalismo económico en que todo es
crecimiento, en que el éxito de un país y de una sociedad depende del crecimiento económico, en que
todo es un “bien de consumo”, en qué el desarrollo humano se inscribe en la lógica del ingreso per-cápita,
en qué el único derecho trascendente es el “derecho a la propiedad” y que el Estado solo debe tener un
rol “subsidiario”.
Ha llegado, por tanto, el momento de adaptar su imaginario ideológico a las condiciones culturales,
políticas y económicas del nuevo ciclo chileno. Ha llegado, el momento de pensar, de pensarse a sí misma
y de pensar el nuevo Chile sin “subsidio político” y sin ortodoxia liberal ni soberbia técnica.
Sin duda, que la lucha política es intensa y no deja espacio para la reflexión. Hay graves problemas para
avanzar en este punto: ¿quiénes son los intelectuales de la derecha de hoy?, ¿quiénes están pensando al
sector y su proyección?, ¿quiénes están pensando en el Chile de los próximos 20-30 años?, ¿quiénes
están pensado el liberalismo de los nuevos tiempos?, ¿quién está pensando el Chile del nuevo ciclo?
En esta dimensión está en juego el proyecto que quieren ofrecerle a Chile. La derecha, ha quedado sin
proyecto país. Lo instalaron con Pinochet, lo defendieron durante los gobiernos de la Concertación y lo
defienden hoy con posturas contra reformistas: ¿qué pueden ofrecer hoy?, ¿más modelo?
Desde el punto de vista cultural la tradición autoritaria de la derecha chilena se tensiona con un orden
plural, diverso y democrático. Este hecho no sólo se expresa en que la diversidad que surge desde las
profundidades de la cultura se ve limitada por sus rasgos autoritarios que terminan por traicionar, incluso,
su limitado liberalismo, sino también en pensar y creer que sus ideas son “verdades develadas” y las
únicas capaces de sacar al país de la pobreza y el subdesarrollo y hacer del hombre y ser feliz. Al pensar
en que sus ideas son “infalibles” caen en la soberbia y terminan creando una visión iluminada y narcisista
de sí mismos. El gobierno de Piñera es la máxima expresión de esto último.
En consecuencia, superar su debilidad política, su dogmatismo ideológico y su autoritarismo cultural son
las condiciones necesarias para comenzar a revertir su actual situación y volver a ser competitivos. En ese
camino, debe aprender a competir sin subsidio político, a revalorizar el rol del Estado, de lo público y el
valor de la inclusión, a pensar que la igualdad no se opone a la libertad y que la libertad no sólo es
económica, sino también política y cultural. ¿Refundación o ajuste?
GONZÁLEZ LLAGUNO
PULSO SEMANAL # 265 02 de febrero del 2015