Cuando un docente aplica criterios sistémicos para pensar, actuar y crear en el aula, una clase cambia de la siguiente manera: 1) Se genera una mayor interrelación entre los estudiantes que permite flexibilidad en las preguntas, diálogos y exposición de puntos de vista. 2) La clase se vuelve más dinámica a medida que se incorporan las emociones de los estudiantes. 3) El profesor puede redireccionar la clase reconociendo el contexto para lograr que el grupo sea más estable.