La Guerra de Flandes (1568-1648) enfrentó a las Diecisiete Provincias de los Países Bajos contra el rey de España Felipe II, con el objetivo de las provincias de conseguir su independencia. Tras 80 años de guerra, el tratado de Münster en 1648 reconoció formalmente la independencia de las Provincias Unidas, que emergieron como potencia mundial, mientras que para España supuso una gran pérdida de prestigio y contribuyó al hundimiento de su economía debido al alto coste del conflicto.