Este documento presenta tres experimentos sobre el desarrollo de plantas. El primero muestra cómo girar continuamente una rueda con semillas de lenteja simula diferentes niveles de gravedad y permite observar cómo afecta la gravedad al crecimiento de las plantas. El segundo experimento usa tubos con glicerina y bolas metálicas para explicar cómo las auxinas de la planta responden a la rotación. El tercero propone usar gelatina y bacterias para demostrar la importancia del lavado de manos.
Criadero de insectos: experimentos sencillos para entender la vida de los insectos
1. Criadero de insectos
Necesita:
Un frasco de vidrio
Banano majado
Un retazo de tela y un elástico
Montaje:
Llene unos tres centímetros del frasco con esta masa de banano. Ahora coloque el
frasco afuera, medio escondido en el zacate o entre plantas. Observe el frasco cada
2 o 3 días hasta que vea larvas arrastrándose en el alimento o en los bordes del
frasco. Ahora tape el frasco con la tela y sujétela con el elástico. En unos cuantos
días esas larvas se transformarán en mosquitos y moscas.
¿Qué está pasando?
Los insectos atraviesan varias etapas en su desarrollo (metamorfosis). Nacen de
huevos y sus larvas pasan por un ciclo de transformaciones hasta llegar a los
insectos adultos que conocemos.
La luz como fuente de energía
Necesita:
Una caja con divisiones y tapa (puede ser de
zapatos)
Tijeras o cuchilla
Un vasito con tierra para sembrar
Unos frijoles
Una ventana que reciba luz directa
Una semana o más.
Montaje:
Haga algunos huecos entre paredes internas, para
conectarlas y permitir la entrada de luz en la caja. Siembre
unos 3 o 4 frijoles en el vasito con tierra húmeda y
póngalos en el extremo interno de la caja. Tape la caja,
para evitar que la luz entre por otros lados. Coloque la caja
al lado de una ventana soleada, con el hueco externo hacia
la luz. Ábrala cada 2 o 3 días y humedezca la tierra.
¿Qué está pasando?
Los tallos de las plantas siempre crecen hacia la luz, su
fuente de energía y vida.
2. Transporte de nutrimentos
Materiales:
3 vasos
2 cucharaditas de azúcar
agua
una cuchara
3 tallos frescos de apio con sus hojas
Procedimiento:
Marca los vasos 1,2 y3
Agrega 1 cucharadita de azúcar a los vasos 2 y 3
Llena los vasos con agua cuidadosamente hasta la mitad
Sólo revuelve el azúcar en el vaso 2 hasta disolverlo
Coloca las ramas de apio en cada vaso
Pon los vaso en la refrigeradora por 48 horas
Ahora saborea las hojas de los tres tallos
Resultados:
Las hojas del tallo de apio en el vaso 2 saben dulces y las otras no.
¿Por qué?
Al igual que disolvió el azúcar, el agua disuelve los nutrimientos del suelo y los
transporta dentro de la planta, desde sus raíces hasta sus hojas.
Lanzacohetes de vinagre
materiales
Corcho para tapar una botella
Una botella
Tachuelas
Cinta de papel plástico
1/2 taza de agua
1/2 taza de vinagre
Bicarbonato de sodio
Pedazo de papel absorbente de 10 X 10 cm.
procedimiento
1) Toma el pedazo de papel absorbente y ponle una cucharadita de bicarbonato
de sodio. Arróllalo bien, para que el bicarbonato quede adentro.
2) Arma el corcho con las cintas. Prénsalas con las tachuelas.
3) Pon el agua y el vinagre en la botella.
montaje
Busca un lugar donde el techo sea alto. Pon tu botella en el suelo y deja caer el
3. papel con bicarbonato en el fondo. Ponle el corcho tan fuerte como puedas.
resultado
Pronto el líquido va a mojar el papel absorbente y entonces el bicarbonato reaccionará con
el vinagre, produciendo bióxido de carbono. Pronto el corcho será lanzado al espacio.
¿qué está pasando?
Al producirse el gas bióxido de carbono, la presión aumentará dentro de la botella,
lanzando el corcho.
El pececillo flotador
Un pequeño pececillo de cartón flotará en el agua. Sin
embargo, se moverá cuando pongás otro líquido al agua.
materiales
Una cartulina o cartón delgado
de 6 X 12 cm.
Lápiz y regla
Tijeras
Una palangana con agua
Aceite de bisagras.
montaje
Recorta una figura del pececillo como la que se muestra en la ilustración.
Cuida que el canal central quede recto, así como el orificio central bien
definido.
procedimiento
1) Con mucho cuidado, pon el pececillo sobre el agua, de
manera que quede flotando en ella.
2) Echa una gota de aceite en el orificio central del pez.
resultado
El aceite tiende a expandirse por el agua, por lo que sale
inmediatamente por el canal, y el pececillo ¡sale disparado
hacia adelante!
¿qué está pasando?
Algunos objetos pueden flotar sobre el agua, a pesar de que son más densos que ella. Por
ejemplo, el acero, o nuestro pez. Al añadir el aceite, y por ser éste menos denso que el agua,
flota sobre ella, y se aplana en su superficie. Encerrado el aceite en el orificio del pececillo,
éste se escapa hacia afuera del canal, sirviendo de impulso a chorro para moverlo por el
agua.
4. Huevos en movimiento
materiales
Un huevo crudo
Un huevo hervido (por 10 minutos)
y mucho cuidado de no quebrarlos.
procedimiento
Mezcla los huevos bien, hasta que no sepas cuál está crudo y
cuál duro.
Ahora, ponlos a girar en una superficie grande, o sobre el suelo.
Observa cómo se mueven, cuál gira con más facilidad, más
rápido, o más tiempo.
Ahora pon los dos a girar al mismo tiempo. Deténlos y suéltalos
inmediatamente.
El huevo crudo empezará a girar nuevamente, porque aunque su
superficie se detuvo, el líquido adentro siguió girando.
Ahora podés hacer otro truco con el huevo duro. Ponlo a girtar
muy rapidamente y notarás el mismo fenómeno que sucede con
los trompos tradicionales. Si adquiere suficiente velocidad, en vez de girar acostado, se
levantará.
5. Este experimento es ideal para demostrarle a los más chicos (y recordarles a los adultos) la
importancia de lavarse las manos antes de comer para evitar enfermedades como el cólera y
la hepatitis. Todo lo que se necesita es un sobre de gelatina sin sabor, un cubito de caldo y
algunas envases chatos con tapa.
El procedimiento es el siguiente:
1) Disuelve el cubo de caldo y el sobre de gelatina en 1/2 litro de agua. Dejalo hervir
durante 10 minutos.
2) Esterilizá los frascos y sus tapas metiéndolas en agua hirviendo durante 5 minutos.
3) Colocá la mezcla en cada envase y mantenelos tapalos. Dejá que se enfrie y solidifique
la gelatina.
4) Luego, ensuciate las manos! No es necesario que limpies el inodoro del baño o que
jugués con barro. Estoy hablando de ensuciarlas “bacterialmente” por ejemplo: subite a un
micro, contá el vuelto que te dieron en el kiosko o agarrate del pasamanos de la escalera.
Cosas que hacemos todos los días, sin pensar en la cantidad de bacterias y virus que hay en
esos lugares. No es para volverse paranoico, pero sí para tener cuidado.
5) Ahora que tenés las manos sucias, tocá con la yema de tus dedos la gelatina ya
endurecida. Tapá bien los envases y dejalos en un lugar cálido durante 24 o 36 horas.
Pasado ese tiempo, observarás algo como ésto:
6. ada punto blanco es una colonia de bacterias. Te sorprenderías al realizar nuevamente el
experimento pero esta vez con las manos bien limpias (agua y muuucho jabón).
Crecimiento de plantas en diversas gravedades
Responsables:
Eduardo Riaza Molina
Ricardo Moreno Luquero
José Francisco Romero García
Centro:
Colegio Retamar (Pozuelo de Alarcón)
Fuente: VII Feria Madrid por la Ciencia 2006
Dirigido a: Público en general y Bachillerato
Materiales
Rueda de bicicleta.
Ventilador eléctrico.
Tubos de ensayo y lentejas.
Glicerina.
Bolitas metálicas de rodamiento.
Fundamento científico
Las auxinas son las hormonas que activan el crecimiento en las raíces y tallos. Son las responsables
del «geotropismo», el crecimiento en dirección de la gravedad. Si giramos lentamente una planta
durante un tiempo, las auxinas no se fijan en ninguna zona y la planta crecería igual que si estuviese
en microgravedad. Y, si existe además una fuerza centrífuga, puede simular cualquier gravedad. Esto
se consigue situando las semillas a distintas distancias del eje en una rueda de bicicleta que gira
continuamente durante varios días.
7. Desarrollo
El procedimiento seguido es el siguiente:
Se siembra una lenteja en 6 o 7 tubos de ensayo con un poco de algodón y unas gotas de agua. Esos
tubos se pegan con papel celofán a los radios de una rueda de bicicleta. Para hacer girar
constantemente la rueda durante varios días, se pone el eje de un ventilador al que hemos quitado las
aspas junto al neumático.
La aceleración centrífuga que sufre cada semilla depende de la velocidad de giro y del radio (ac = ω2 ·
r). Podemos medir la velocidad con un simple velocímetro de bicicleta, y el radio es la distancia de la
semilla al eje de la rueda, que podemos calcular para simular la g de un planeta concreto. Se puede
comprobar que el tiempo de inicio de germinación no varía con el valor de la gravedad, que el
crecimiento es aproximadamente proporcional a la gravedad y que la semilla crece especialmente bien
en valores de g cercanos al terrestre (9,8 m/s2).
¿Qué hizo el visitante?
Para explicar la respuesta de las auxinas al giro, el visitante tenía un tubo transparente lleno de
glicerina y con varias pequeñas bolas metálicas que simulaban las auxinas. Al darle media vuelta, veía
cómo las bolitas caían lentamente. Si daba otra media vuelta, luego otra media, etc., comprobaba que
permanecían en el medio, como si estuviesen en microgravedad.