El artista Mateo Maté inauguró una gran instalación en el centro de arte MATADERO con una performance sonora. El sonido generado por escribir con cinta adhesiva sobre planchas de acero fue modulado y repetido hasta formar el mensaje "Me compran luego existo". La instalación mostraba un caos de objetos a través del cual discurría un coche con cámara, proyectando en blanco y negro su recorrido por la ciudad desde el caos al cosmos.