El documento describe el viaje del autor desde Polonia hasta Perú, donde conoció a sacerdotes franciscanos que lo acogieron. Durante una misa en la localidad de Colcabamba, el autor sintió la vocación de servir como sacerdote para esa gente, siguiendo el ejemplo de los mártires Miguel y Zbigniew. El autor siente que Pariacoto es la tierra prometida donde Dios lo llamó a desarrollar plenamente su vocación sacerdotal.
Ingeniero naval polaco descubre su vocación sacerdotal en Perú
1. Hasta antes del 1993, yo era un Ingeniero Naval de la Marina de Gdansk de Polonia. Por mi trabajo navegando de puerto en puerto llegamos al puerto peruano del Callao; y, siguiendo una antigua tradición polaca buscamos a un sacerdote católico para compartir la Santa Misa y fue así como nos contactamos con los Franciscanos Conventuales de Lima. Nuestros compatriotas franciscanos se mostraron muy abiertos y nos dieron buena acogida; entre ellos estaban: Jarek Wysoczànski, Estanislao Olbrycht, Marcos Wilk y Vicente Imhof. Cada vez que nuestro barco llegaba al puerto peruano, nosotros visitábamos a nuestros amigos. En una ocasión, hablé seriamente con Jarek acerca de mis planes de aprender el castellano. Él me propuso que fuera a vivir a alguna de sus comunidades conviviendo con los frailes Fue así que a los dos meses, “aterricé” en Lima, en momentos que aún los frailes se proyectaban a mantener su labor evangelizadora luego de los sucesos de Agosto de 1991, en Pariacoto – Ancash – donde Miguel y Zbigniew dejaron huella como Mensajeros Mártires de la Paz. Mi convivencia con los frailes, compartiendo su vida misionera, duró un mes en Lima, y otro en Pariacoto. Fui descubriendo, poco a poco el camino que Dios había preparado para mí. El momento clave tuvo lugar durante la visita que hicimos con Fr. Estanislao Olbrycht a Colcabamba, con motivo de la fiesta patronal. En el transcurso de la celebración eucarística, sentí una voz dentro de mí que me decía que estaba destinado para servir a esta gente como sacerdote. Para mí, Miguel y Zbyszek son los padrinos de mi vocación. Con el martirio de mis hermanos siento que Dios me señala que mi vocación se desarrolle plenamente en Perú. Siento que Pariacoto es “la Tierra Prometida” que Dios tenía reservada para mi. Navegando llegué a buen Puerto … Pariacoto es mi “Tierra Prometida” Estaba destinado a servir como Sacerdote Los Mártires Miguel y Zbigniew son los padrinos de mi vocación