Salmos 91
-Morando bajo la sombra del Omnipotente-
1 El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
3 El te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
4 Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
5 No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
6 Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.
7 Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
8 Ciertamente con tus ojos mirarás
Y verás la recompensa de los impíos.
9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
10 No te sobrevendrá mal,
Ni plaga tocará tu morada.
11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.
12 En las manos te llevarán,
Para que tu pie no tropiece en piedra.
13 Sobre el león y el áspid pisarás;
Hollarás al cachorro del león y al dragón.
14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
15 Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
16 Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación.
1. VEINTISEIS GUARDIAS
Algo que recordar cuando escuches la voz de Dios llamando... Aquí va un mensaje que te dará
escalofríos.
¿Alguna vez has sentido la urgencia de orar por alguien y luego lo pones en una lista y dices "Oraré
por ellos más tarde"? O te ha llamado alguien diciendo Necesito que ores por mi, tengo esta
necesidad"? Lee la siguiente historia que me enviaron y quizás pueda cambiar tu manera de ver las
oraciones y también tu manera de orar, Esto te bendecirá.
Un misionero de Furlough contó esta historia verdadera cuando visitaba su iglesia en Michigan.
"Cuando servía en un pequeño hospital de África, cada dos semanas viajaba en bicicleta a través de
la jungla hacia una ciudad pequeña para comprar víveres. Era un viaje de dos días y tenía que
acampar durante la noche en el punto medio. En uno de estos viajes, llegué a la ciudad donde
planeaba sacar dinero del banco, comprar medicinas y víveres y luego emprender el viaje de regreso
hacia el hospital. Al llegar a la ciudad observé a dos hombres peleando, uno de ellos había sido
gravemente herido. Lo atendí de sus heridas y al mismo tiempo le hablé del Señor. Luego viajé
durante dos días, acampé una noche y llegué a casa sin incidentes.
Dos semanas después repetí mi viaje y al llegar a la ciudad, se me acercó el joven a quien había
curado. Me dijo que él sabía que yo llevaba dinero y medicinas y me confesó: "unos amigos y yo te
seguimos hacia la jungla sabiendo que acamparías durante la noche, planeábamos matarte y
llevarnos tu dinero y medicinas, pero justo cuando íbamos a acercarnos a tu campamento, vimos que
estabas rodeado por 26 guardias armados". En este punto me reí y le dije que yo había estado
completamente solo en la jungla, sin embargo el joven insistió y me dijo: "No, señor, yo no fui el
único que vio a los guardias, mis amigos también los vieron y entre todos los contamos. Fue por
esos guardias que sentimos miedo y te dejamos en paz".
En este punto del sermón, uno de los hombres de la congregación se paró de un salto e interrumpió
al misionero para preguntarle si le podía decir el día exacto en que sucedió esto. El misionero le dijo
a la congregación la fecha y el hombre que lo interrumpió contó esta historia: "La noche de tu
incidente en África, aquí era la mañana y yo me preparaba para ir a jugar golf, estaba a punto de dar
un golpe cuando sentí la urgencia de orar por ti. De hecho, la urgencia que me enviaba el Señor era
tan fuerte, que les llame a varios hombres de este santuario para que oraran por ti, ¿se pueden
parar todos aquellos hombres a quienes llamé ese día?" Los hombres que se habían reunido para
orar se pusieron de pie, al misionero no le importaba quienes eran ellos, estaba contando cuantos
eran. Eran 26. La historia es un ejemplo increíble de como el Espíritu del Señor se mueve de
maneras misteriosas. Si alguna vez escuchas ese prodigio, recíbelo como viene. La oración no daña a
nada más que a las puertas del infierno.
Te animo a que envíes esto a toda la gente que conozcas, si todos lo tomamos con el corazón,
podemos hacer que este mundo gire hacia Dios nuevamente, como lo ilustra claramente la historia
anterior: "Con Dios todas las cosas son posibles". Lo que es más importante, como escucha y
responde Dios las oraciones de quienes tienen fe. Después de leer ésto, por favor reenvíalo y dale
gracias a Dios por el regalo precioso de tu fe, por el regalo poderoso de la oración y por los muchos
milagros que El realiza en tu vida diaria. ¿Quién dice que Dios no obra de maneras misteriosas? Yo
le pedí al Señor que te bendijera cuando oré por ti el día de hoy, para guiarte y protegerte mientras
avanzas en tu camino... Su amor está siempre contigo, sus promesas son verdaderas y cuando le
damos nuestras preocupaciones, sabemos que el nos ayudará a
salir adelante.